MASA 2022: una vitrina cultural desde Costa de Marfil hacia el mundo
El mercado artístico más importante de África, celebrado este marzo en Abiyán, reunió a más de 15.000 personas y 100 compañías locales e internacionales en busca de oportunidades de negocio y de sinergias
Cada dos años, Abiyán se convierte en el epicentro de las artes escénicas del continente africano. Cientos de artistas se dan cita en la capital de Costa de Marfil, con la esperanza de que su participación en el MASA (Mercado de Artes Escénicas de Abiyán), pueda servirles de trampolín hacia un horizonte más luminoso. Para algunas de estas compañías, el simple hecho de aparecer en la selección oficial es un motivo especial de orgullo. Y no es para menos. Puesto que desde empiezan a circular por la ciudad, ven desfilar cientos de banderolas corporativas colgadas en las farolas de los puentes principales, que se convierten en una especie de alfombra roja de bienvenida. Abiyán se ha puesto sus mejores galas para la mayor cita cultural del país. Y el público acudió en tropel a recibirlos.
La semana del 5 al 12 de marzo, 98 compañías de teatro, danza, música, circo, marionetas, cuentos, humor, moda y poesía, procedentes de 26 países, transitaron por los diferentes espacios de representación. Unos días antes de la inauguración fueron los habitantes de los barrios periféricos quienes vieron pasar a las primeras compañías de marionetas gigantes y de danza tradicional, que hasta allí acudieron para anunciar el inicio del evento más esperado. Además, previamente, algunos artistas realizaron entrevistas y actuaciones en la televisión, ya que el nuevo equipo de comunicación del MASA ha querido marcar un punto de inflexión con respecto a años anteriores en los que el público brillaba por su ausencia.
Ser un artista es una profesión. Y cuando se desarrolla una profesión hay que ser capaz de vivir de lo que se haceHervé Yapi, director general del evento
Miles de personas se concentraron en la ceremonia de inauguración para dar un pistoletazo de salida colectivo y para ver en el escenario, frente a numerosas personalidades, entre las cuales se encontraba Patrick Achi, primer ministro de Costa de Marfil, a la compañía de percusión Les Tambours de Burundi y a Magic Sistem, grupo clásico de coupé décalé, que puso el broche de oro a una jornada holgada de protocolos, pero bien arropada por la música.
Los desafíos para la nueva generación
Si hay algo que pueda sorprender al abrir el catálogo del MASA de este año, es la cantidad de nombres desconocidos para el público y para gran parte de los profesionales internacionales invitados. Han actuado figuras de la talla de Youssou N’dour, Ballaké Sissoko, Fatoumata Diawara, Oumou Sangaré o Jean-Pierre Guingané, la apuesta por lo joven es sin duda un indicador de renovación.
El director general del evento, Hervé Yapi, ha subrayado en varias entrevistas la importancia de que la programación tenga repercusión mundial, con el fin de colocar a los creadores africanos en los engranajes de las industrias culturales internacionales: “Ser un artista es una profesión. Y cuando se desarrolla una profesión hay que ser capaz de vivir de lo que se hace”. Yapi pone de relieve la importancia de contar con la presencia de profesionales como Ana Copete, directora del Festival Petronio Álvarez de Colombia, evento decano en la promoción de la música afrocolombiana y en la reivindicación del patrimonio de origen africano.
En este primer viaje, Copete aspira a construir puentes con el continente que generen formas de colaboración, de movilidad y de reconocimiento. Algo también necesario en Brasil, segundo país del mundo con mayor población afrodescendiente, y lugar del que procede Antônio Gutierrez, director del Festival Rec-Beat. El MASA es una gran oportunidad para él, puesto que desde hace varios años, Gutierrez invita a músicos locales a un evento que se celebra durante al carnaval de Recife para conjurar el encuentro entre las tradiciones carnavalescas afrobrasileñas y la música más contemporánea.
Programa para todos los públicos
La compañía maliense de marionetas Nama despertó el entusiasmo del público familiar con su espectáculo Le chat pèlerin (El gato peregrino), una propuesta que conjuga los sonidos de una kora ―percusión―, marionetas gigantes confeccionadas con telas africanas y un cuentacuentos. Una historia tradicional que pone hincapié en la importancia del diálogo y del entendimiento. Todo ello en tiempos poco dados a la escucha. Otro de los temas que se abordan es el sentido de la comunidad, que también evoca con su espectáculo Yaya Coulibaly, todo un maestro de la transmisión y de la memoria oral. Alguien que en su residencia familiar, custodia miles de marionetas que se remontan al siglo XV y a las que vuelve a dar vida según la ocasión que se presente. Y al que persiguen miles de niños, como los que estos días han ocupado las butacas de las salas del Palais de la Culture, sede principal del mercado. Niños de poco más de nueve años que esperan el ansiado momento en que se ilumine el escenario y vean en movimiento a bailarines de danza contemporánea o de teatro.
Las artes y los lenguajes híbridos forjados en la periferia también han estado en el centro de esta última edición del MASA. El espectáculo Abidjan at com de la compañía Ivoire Cirque Décalé – Dumanlé es un ejemplo de las inmensas perspectivas de futuro del mestizaje de géneros. Escenas callejeras, peleas entre amigos, luces de discoteca, acrobacias, baile, malabares, coupé décalé, micrófonos distorsionados y mucho humor, todo planteado desde el máximo rigor artístico. Otros de su misma generación, han pisado las tablas de la Zone Street, un espacio dedicado en exclusiva al slam o el hip hop, que ha concentrado a miles de adolescentes durante toda la semana.
De la programación de musical ha destacado en parte la presencia femenina, especialmente dos formaciones compuestas únicamente por mujeres, que proponen un recorrido musical inusual y contemporáneo: Djéliguinè de Guinea Conakri, compuesta por una orquesta de percusión, instrumentos tradiciones y voces, y Orchestre Jigeen Ñi de Senegal, un grupo que intercala percusión guitarra, voz, teclado y bajo. Quienes también levantaron al público de sus sillas fueron los argelinos Tikoubaouine, que con sus sonidos de blues tuareg, enarbolaron la belleza y la poesía del Sáhara. La cadencia del desierto se sintió también en la voz y en la guitarra de Samba Touré, un músico más que consagrado, que en los últimos años ha mostrado su rabia contra el conflicto bélico que asola a la población del norte de Malí.
La organización del MASA calcula que durante los dos días de rueda de negocios, se concertaron más de 800 reuniones entre artistas y programadores. La razón de ser de los mercados es precisamente el intercambio de contactos y la compraventa. Y, a buen seguro, en los próximos meses veremos a varios de los participantes del MASA en los escenarios de todo el mundo.
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