Los recortes de Trump a la lucha contra la tuberculosis matarán a dos millones de personas en 2035 si no se recupera la financiación
La OMS sostiene en su informe anual sobre la enfermedad infecciosa más letal del mundo que la suspensión de USAID y la disminución de presupuesto del Fondo Mundial amenazan los avances en prevención, diagnóstico, tratamiento e investigación
Los recortes de Donald Trump a los programas de salud global serán letales en la lucha contra la tuberculosis, la enfermedad infecciosa que más muertes causa en el mundo pero que sin embargo, es prevenible. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula, en las proyecciones publicadas en el Informe Global de Tuberculosis 2025 difundido este miércoles, que si no se reemplaza la financiación que aportaba el Gobierno de EE UU a USAID y al Fondo Mundial, dos millones de personas que no deberían morir prematuramente, fallecerán de aquí a 2035. Además, se producirían 10 millones de nuevos casos no previstos.
Para Tereza Kasaeva, directora del Departamento de VIH y Tuberculosis de la OMS, los recortes de 2025 suponen “un grave desafío”. “Es fundamental contar con un liderazgo político fuerte que impulse el aumento de las inversiones nacionales en los países con mayor carga [de tuberculosis]. Las decisiones que se tomen hoy determinarán si aceleramos el progreso o si nos conformamos con unos escasos avances”, ha asegurado en una rueda de prensa virtual este martes.
Los recortes amenazan la tímida recuperación en la lucha contra la enfermedad tras los estragos de la pandemia. La OMS ha calculado que las interrupciones en el diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis en medio de la covid-19 y la crisis de los sistemas sanitarios mataron 700.000 personas más de las proyectadas entre 2020 y 2023.
En 2024, 10,7 millones de personas adquirieron la enfermedad y 1,23 millones murieron. Aunque es la primera vez desde 2020 que la morbilidad y la mortalidad se reducen, un 1% y un 3% con respecto a 2023, los datos aún son superiores a los registrados antes de la aparición de la covid-19.
Las decisiones que se tomen hoy determinarán si aceleramos el progreso o si nos conformamos con unos escasos avancesTereza Kasaeva, directora del Departamento de VIH, Tuberculosis, Hepatitis e Infecciones de Transmisión Sexual de la OMS.
Los recortes a la ayuda internacional para la salud global serían mucho más perjudiciales que la pandemia. Para agosto de este año, según informa la OMS, la reducción de ayuda ha impactado a los grupos de trabajadores comunitarios que hacían tareas de prevención, las actividades de cribado y diagnóstico, los tratamientos preventivos, el manejo de datos y el transporte de muestras a los laboratorios.
África ha conseguido reducir la incidencia de tuberculosis en un 28% y las muertes en un 46%. Otra buena noticia, ahora en peligro, es el avance en el desarrollo de nuevas vacunas y fármacos. La OMS ha destacado en su informe que hay 18 vacunas contra la tuberculosis en fase de desarrollo clínico y que, de estas, seis están en ensayos de fase III. También se están desarrollando 63 nuevos test diagnósticos y 29 medicamentos. El problema, advierte el organismo en su informe, es que “se cancelaron muchas subvenciones de los NIH [los Institutos Nacionales de Salud, una agencia estadounidense] para la investigación relacionada con la salud y se ha propuesto una reducción del 40% en el presupuesto de los NIH para 2024″.
Una de las vacunas afectadas es, de hecho, la que se desarrolla en España. Carlos Martín, microbiólogo de la Universidad de Zaragoza y uno de los investigadores detrás de la vacuna, había explicado a EL PAÍS en mayo que uno de los ensayos en Sudáfrica se interrumpió por las decisiones del Gobierno de EE UU.
Los recortes de 2025 empeoran una situación financiera que ya era crítica. La respuesta global a la tuberculosis está estancada desde 2020. En 2024, la financiación en los países de ingresos bajos y medios fue de 5.900 millones de dólares, lo que representa apenas un 27% de los 22.000 millones de dólares que se deben invertir anualmente, según las metas trazadas por Naciones Unidas, hasta 2027 para enfrentar la enfermedad.
Si bien el 82% de los recursos vienen, en general, de presupuestos nacionales, hay países que dependen mucho más de donantes internacionales. Por ejemplo, 26 países con alta carga de tuberculosis dependen en un 54% de recursos externos. En los países de bajos ingresos, la dependencia escala a un 63%.
EE UU ha sido hasta ahora el mayor contribuyente a programas de atención a la tuberculosis en el mundo. Entre 2015 y 2024, aportó cerca del 50% de los recursos a través de USAID y el Fondo Mundial. Países como Zambia, Camboya, Malaui, Etiopía y Filipinas son algunos de los países que más dependían de los fondos de USAID para atender esta enfermedad.
Peter Sands, director ejecutivo del Fondo Mundial, alerta de que el mundo no puede permitirse “otro revés” como el ocurrido durante la pandemia. “Cualquier déficit de financiación ahora pone en riesgo de revertir los logros que tanto nos ha costado conseguir, especialmente en las comunidades más vulnerables”, ha asegurado a través de un comunicado este miércoles tras conocer los datos del informe de la OMS. El Fondo Mundial celebrará su reposición de recursos para el ciclo 2027-2029 la próxima semana. De esta organización dependen más del 70% de los fondos globales para la lucha contra la tuberculosis.
En este escenario, la OMS ha hecho un llamado a los Estados para aumentar la financiación nacional para tratar de cerrar las brechas de financiación. Países como Nigeria y Sudáfrica, destaca el informe, ya han aumentado sus presupuestos para este fin.
Tenemos que asegurarnos de que las nuevas herramientas lleguen más rápidamente, que sean asequibles y que los países las adopten lo antes posibleYogan Pillay, director de programas contra el VIH y la tuberculosis de la Fundación Gates
Yogan Pillay, director de programas contra el VIH y la tuberculosis de la Fundación Gates, ha añadido, durante la rueda de prensa, que las innovaciones también jugarán un rol clave. Pillay, por ejemplo, ha destacado el estudio que adelanta la fundación sobre la tuberculosis asintomática, que afecta al 50% de las personas con tuberculosis.
El experto también celebra que se adelante el desarrollo de pruebas moleculares de bajo coste para la detección del parásito que produce la enfermedad, la prevención a través de medio digitales para reducir los impactos del estigma y la ayuda de la inteligencia artificial en los diagnósticos. “Necesitamos cambiar la forma en que hacemos las cosas para poder mantener los logros que hemos visto en 2024. Tenemos que asegurarnos de que las nuevas herramientas lleguen más rápidamente, que sean asequibles y que los países las adopten lo antes posible″, ha resaltado Pillay.