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Las sanciones a la ayuda exterior aumentan la mortalidad materna e infantil en los países de ingresos bajos y medios

Un análisis de tres décadas de estas medidas coercitivas, publicado en ‘The Lancet Global Health’, estima que aquellas que duran cinco años o más pueden anular el 64% de los avances en la lucha contra la mortalidad materna y el 26% del progreso en reducción de muertes de menores de cinco años

Las reducciones de la ayuda al desarrollo fruto de las sanciones a la ayuda exterior aumentan las muertes maternas, de niños menores de cinco años y de bebés de menos de un año en los países en los que estas medidas se han aplicado, poniendo así fin a los avances logrados en estos territorios en los últimos años. Esta es la principal conclusión de un estudio publicado este jueves en la revista The Lancet Global Health que analiza el impacto a lo largo de tres décadas de estas herramientas económicas adoptadas contra 67 países de ingresos bajos y medios como respuesta a un golpe de Estado, conflictos armados o violaciones de derechos humanos.

Según los autores de la investigación, es el primer estudio de este tipo que analiza el impacto de las sanciones a la ayuda exterior en la salud humana y, en concreto, en la salud materno-infantil. “Parte de mi objetivo como académica es poder explicar, utilizando herramientas analíticas, lo que significan las intervenciones geopolíticas y lo que hacen. Ser capaces de poder demostrar y cuantificar el impacto de las sanciones a la ayuda exterior”, cuenta a EL PAÍS Ruth M. Gibson, investigadora postdoctoral de la Universidad de Stanford y la autora principal del estudio junto con un equipo multidisciplinar de Stanford, la Universidad de Drexel y la Universidad de Washington.

Los autores mencionan que los resultados del análisis son particularmente relevantes en el contexto actual, con el giro en la política de ayuda exterior del Gobierno estadounidense este 2025 y la congelación de fondos de USAID, la agencia de cooperación estadounidense. Gibson enfatiza el hecho de que no se puede hacer una comparación directa, ya que las sanciones a la ayuda exterior son un método de castigo a un país y el recorte de los programas de ayuda exterior de los Estados Unidos es una decisión interna que se está aplicando de forma generalizada. “Es una herramienta política y un mecanismo diferente”, incide. “Sin embargo, hay lecciones que podemos aprender de este estudio sobre lo que podría suceder con el cierre de USAID, recortes y cancelaciones de contratos de ayuda exterior”, explica. “Lo que nuestra investigación muestra es que hay un retraso en las dificultades humanitarias que se producen consecuencia de la sanción a la ayuda exterior. Así que es razonable pensar que habrá un retraso en cuanto a las implicaciones de las decisiones políticas que se están tomando ahora mismo y es probable que los impactos a largo plazo sean muy sustanciales”, añade.

Gibson vivió en Madagascar durante tres años después del golpe de Estado de 2009. “La comunidad internacional retiró casi toda la ayuda exterior, excepto la destinada a los programas humanitarios esenciales. Y, en esencia, vi como el sistema de salud se derrumbaba y el país se desmoronaba”, explica. “La ONU dijo al respecto que una generación de niños se vería afectada por la retirada y las sanciones a la ayuda exterior. Vi que esto sucedía, y es por eso por lo que hice este estudio”, añade.

El análisis se centra en 88 episodios de sanciones en 67 países de ingresos bajos y medios entre 1990 y 2019 y explica cómo estas medidas redujeron la Ayuda Oficial al Desarrollo (ODA por sus siglas en inglés) y la destinada específicamente a la salud (DAH por sus siglas en inglés). En concreto, estas sanciones supusieron una reducción del 17% en la ayuda al desarrollo destinada a la salud. Un total de 66 países nunca sancionados sirvieron como grupo de control a la hora de hacer la investigación.

Hay lecciones que podemos aprender de este estudio sobre lo que podría suceder con el cierre de USAID
Ruth M. Gibson, investigadora postdoctoral de la Universidad de Stanford

Las sanciones a la ayuda exterior redujeron aproximadamente el 2,4% del gasto total en salud de un país. “Los pequeños cambios en la cantidad de dinero que un país recibe para la ayuda al desarrollo destinada a la salud tienen enormes implicaciones en el bienestar y la vida de mujeres y niños”, explica la coautora del estudio. “Cuando se reduce la ayuda al desarrollo para la salud como porcentaje del gasto total en salud, es cuando se empiezan a ver los efectos en la mortalidad materna e infantil”, añade.

Como consecuencia de esta reducción se produjo un aumento de un 3,1% en la mortalidad infantil en niños menores de un año, con un promedio anual de 129,3 muertes adicionales por cada 100.000 nacidos vivos. Respecto a la mortalidad de los menores de cinco años, se produjo un aumento del 3,6%, (47,1 muertes adicionales por cada 100.000 nacidos vivos). Y en cuanto a las muertes maternas, el incremento fue de un 6,4% (10,9 decesos por cada 100.000 nacidos vivos). “La mayoría de las muertes ocurren en el cuarto o quinto año [desde que se imponen estas sanciones a la ayuda exterior]”, abunda Gibson.

Gran retroceso

El estudio estima que la imposición de sanciones de cinco años o más —la duración media observada en la muestra— puede anular el 64% de los avances en la lucha contra la mortalidad materna, el 29% de las mejoras en las tasas de mortalidad en bebés de menos de un año y el 26% del progreso en la reducción de muertes de niños menores de cinco años que se han producido en estos países entre 1990 y 2019. “Empezamos el análisis en 1990 porque las Naciones Unidas tuvieron una ‘época dorada’ de sanciones entre 1990 y el año 2000. Se utilizaban todo el tiempo. Paramos en 2019 por la disponibilidad de los datos”, resume Gibson. Entre los países emisores de sanciones, el estudio muestra que EE UU representa sistemáticamente alrededor del 50% y, junto con la Unión Europea, representan alrededor de las tres cuartas partes de las sanciones emitidas.

Los autores del estudio recomiendan monitorear los impactos en la salud durante los regímenes de sanciones, considerando la posibilidad de disminuir la duración o la intensidad. “La intensidad depende, básicamente, del tiempo que mantienes la medida en vigor o de la cantidad de apoyo que retiras”, explica Gibson, y añade que también se sugiere en el análisis “evaluar la fragilidad de los países antes de que se impongan estas medidas”.

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