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La violencia de las bandas condena a los haitianos a refugiarse en colegios donde malviven y pasan hambre

Una coalición de grupos armados controla el 80% de la capital. Casi la mitad de los habitantes del país tiene dificultades para conseguir alimentos y depende de la ayuda de las ONG

Ricardo Arduengo Pedro Valtierra Anza (Reuters)
Desde el asesinato en 2021 del último presidente de Haití, varias bandas armadas han ampliado su poder e influencia, apoderándose de la mayor parte de la capital, Puerto Príncipe, y extendiéndose a las tierras de cultivo cercanas, con saqueos, incendios provocados, violaciones masivas y asesinatos indiscriminados. El control de estos grupos ha aislado a la ciudad de sus proveedores, paralizado las rutas comerciales y llevado al país caribeño a los niveles de hambre más altos jamás registrados. En la imagen, Fameux Marcialine, de 36 años, comía con su hija en brazos en la Escuela Nacional Argentine Bellegarde, en Puerto Príncipe, transformada en refugio para personas desplazadas por la violencia, el 6 de mayo. Ricardo Arduengo (REUTERS)
Raciones de comida caliente preparadas por un centro de acción comunitaria, con el apoyo del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, para los desplazados por la violencia que se refugian en el instituto Jeunes Filles de Puerto Príncipe, el 3 de mayo. Unos cinco millones de haitianos, casi la mitad de la población del país, tienen dificultades para alimentarse debido al conflicto, según la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC, en inglés), una herramienta internacionalmente reconocida para medir la gravedad del hambre. Sin posibilidades de trabajar, las familias dependen de las raciones de comida y los kits de higiene que traen las organizaciones no gubernamentales. Ricardo Arduengo (REUTERS)
Un niño llevaba las raciones de comida distribuidas por un centro de acción comunitaria para los desplazados por la violencia de las bandas, en el instituto Jeunes Filles, en Puerto Príncipe, el 3 de mayo. "Es complicado", explica Jean-Martin Bauer, director para Haití del Programa Mundial de Alimentos de la ONU. "Puede haber un tiroteo cerca de uno de los lugares a través de los que distribuimos, por lo que es posible que haya que cancelar y dejar a la gente sin comida ese día". Ricardo Arduengo (Reuters)
Para huir de los enfrentamientos entre la coalición de bandas que controla la mayor parte de Puerto Príncipe y la policía, los residentes se refugian en campamentos improvisados en las escuelas de la ciudad, en los que viven en malas condiciones. En la imagen, Mirriam Auge, de 45 años, lavaba la ropa en la escuela Darius Denis, el 5 de mayo. "No podemos hacer nada, no hay dinero ni comercio", decía Auge, que se vio obligada a abandonar su casa tres meses antes. "Lo perdimos todo en nuestras casas. Lloré mientras todos dormían". Ricardo Arduengo (Reuters)
Una niña jugaba a dar de comer a la cabeza de una muñeca rota en la Escuela Nacional Argentine Bellegarde de Puerto Príncipe, convertida en un refugio para desplazados por la violencia de las bandas, el 6 de mayo. Ricardo Arduengo (Reuters)
Un médico pesaba a una niña en el hospital del barrio de Solano en Puerto Príncipe, el 9 de mayo. "Necesitamos una fuerza de intervención de seguridad, pero también una respuesta humanitaria sólida", afirma Jean-Martin Bauer, director para Haití del Programa Mundial de Alimentos. "Haití nunca estará en paz mientras la mitad de sus ciudadanos pasen hambre". Ricardo Arduengo (REUTERS)
Niños desplazados por la violencia jugaban al fútbol en la Escuela Nacional Argentine Bellegarde, en Puerto Príncipe, el 6 de mayo. Muchos menores tienen pocas opciones para conseguir comida, y la desesperación los lleva a unirse a las bandas. Ricardo Arduengo (Reuters)
Decenas de haitianos seguían a miembros de bandas en una marcha organizada por el expolicía Jimmy 'Barbecue' Cherizier, líder de la alianza de grupos armados que controla el 80% de Puerto Príncipe, en el barrio de Delmas, el 10 de mayo. "Si estás desplazado o tu familia no tiene un lugar donde dormir, es posible que tengas que unirte a grupos armados solo para cubrir tus necesidades", explica Jules Roberto, asesor alimentario de Save the Children Haití. Pedro Valtierra Anza (Reuters)
Hombres armados en la marcha organizada por Jimmy 'Barbecue' Cherizier, líder de la coalición de bandas que controla el 80% de Puerto Príncipe (según estimaciones de la ONU), en el barrio de Delmas, el 10 de mayo. En junio llegó a Haití el primer contingente de una fuerza internacional respaldada por la ONU para reforzar los servicios de seguridad del país, que carecen de recursos suficientes, y policías kenianos empezaron a patrullar la capital.Pedro Valtierra Anza (Reuters)
Enoc Jean Batis (izquierda), de 28 años, y su esposa, Celimaine Heixil, de 29, con su hija en brazos, cocinaban en el campamento improvisado instalado en la escuela Darius Denis, en Puerto Príncipe, el 5 de mayo. Ricardo Arduengo (Reuters)
Un aula de la escuela Darius Denis de Puerto Príncipe, el 5 de mayo. Casi 580.000 personas se encuentran desplazadas internamente en Haití, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones de mediados de junio. Esta cifra supone un aumento del 60% desde marzo.Ricardo Arduengo (Reuters)
Rita Losandieu, de 53 años, frente a su casa con sus nietas, Solius, de 4 años, y Alisha, de 6, en la zona de Monoville del barrio de Juvenat en Puerto Príncipe, el 7 de mayo. "Para comprar algo de comer se necesita mucho dinero. Es muy difícil", decía Losandieu, cuyos dos hijos tienen trabajos ocasionales para llegar a fin de mes. Ricardo Arduengo (Reuters)
Una mujer desplazada tendía ropa recién lavada en la escuela Darius Denis, en Puerto Príncipe, el 5 de mayo. Ricardo Arduengo (Reuters)
Varios niños comían raciones distribuidas por un centro de acción comunitaria en un aula del instituto Jeunes Filles, en Puerto Príncipe, el 3 de mayo. Ricardo Arduengo (Reuters)
Niños desplazados jugaban al dominó en la escuela Darius Denis, en Puerto Príncipe, el 5 de mayo. Ricardo Arduengo (Reuters)