España se propone acabar con la transmisión del Chagas de madre a hijo con un cribado para las embarazadas “en riesgo”
La prueba se realizará a mujeres de origen latino de países endémicos de la enfermedad, que afecta a unas 55.000 personas en el territorio español, o a gestantes cuyas madres proceden de alguno de estos Estados u otras mujeres que hayan viajado a zonas endémicas
María Flores conoció a una madre que “se sentía muy culpable por haber transmitido el Chagas a su bebé”. Esta investigadora del Centro Nacional de Microbiología del Instituto Carlos III y colaboradora de la fundación Mundo Sano recuerda que aquella mujer, de origen boliviano y afincada en España, no tenía ningún síntoma y no supo, antes de quedarse embarazada, que había contraído en su país esta infección potencialmente mortal y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera como una enfermedad desatendida. El largo periodo que puede transcurrir desde la infección hasta el desarrollo de los síntomas hacía imposible calcular cuántos años llevaba en su cuerpo el parásito Trypanosoma cruzi, que se adquiere por el contacto con las heces u orina de las vinchucas (un tipo de chinche) presentes en los países endémicos —todos en Latinoamérica—, pero que “también puede transmitir una madre a un hijo durante la gestación”, añade Flores.
Ahora, para eliminar el Chagas congénito, el Ministerio de Sanidad de España acaba de incluir su cribado en la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud para todas las mujeres embarazadas en situación de “riesgo”. Detectar el parásito en la gestante permitirá tratar de forma inmediata al bebé si nace con la infección —no se puede dar la medicación durante el embarazo— y cortar la cadena de transmisión, ya que, si es una niña, no lo traspasará en un futuro si tiene hijos.
“No tiene sentido que en España exista Chagas congénito”, afirma Estefanía García, subdirectora de Promoción de la Salud y Prevención del Ministerio. La medida, que debe ser implantada durante los próximos dos años, ya se había adoptado en algunas comunidades autónomas —en Cataluña, desde 2009— y en algunos hospitales, pero con la orden ministerial publicada en el Boletín Oficial del Estado el pasado 18 de junio se generalizará en todo el territorio español. “No a todas las embarazadas, sino a las que están en riesgo”, apunta García.
Además de los beneficios en la salud pública, invertir en cribados ahorra tratamientos futuros de las formas graves de la enfermedad. Según Flores, la prueba cuesta “entre dos y ocho euros”, en función de si se encuentra un positivo y “hay que hacer además una prueba confirmatoria”. Pero “un trasplante de corazón según una evaluación hecha ya hace 10 años, cuesta unos 300.000 euros”, compara la científica. “No tenemos la cifra exacta, pero sí sabemos que en España ya hay personas que han tenido que recibir un trasplante de corazón como consecuencia del Chagas”, alerta Irene Losada, coordinadora de la Iniciativa de Chagas del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
Un protocolo aprobado por la Comisión de Salud Pública aclara quiénes son estas mujeres en riesgo: las procedentes de países latinoamericanos endémicos del Chagas, las embarazadas cuyas madres proceden de alguno de estos Estados u otras mujeres que hayan viajado a zonas endémicas. “Depende del viaje, es decir, no es lo mismo viajar una semana a un resort de lujo en una zona de poco contacto que haber sido cooperante y haber trabajado en lugares de riesgo, porque estas chinches viven, por ejemplo, en casas de adobe”, subraya García.
Según los cálculos que manejan los investigadores, viven en España unas 55.000 personas infectadas. Del total de quienes conviven con el parásito —entre seis y siete millones en el mundo— aproximadamente el 30% desarrollan la enfermedad, que comienza con síntomas como fiebre, fatiga, dolores o vómitos y que puede llegar a provocar graves afecciones cardíacas y digestivas. En los casos más extremos requiere un trasplante de corazón. Todos los expertos coinciden que solo una mínima parte de las personas infectadas son diagnosticadas y tratadas. “Es probable que pronto empecemos a tener casos sintomáticos de aquellas personas migrantes que vinieron a España entre 2002 y 2007”, explica Flores. Por ello, insiste, “es importante el acceso a la detección temprana, que a su vez facilita el acceso al tratamiento o la atención necesaria para prevenir complicaciones mayores”.
Un tratamiento eficaz en bebés
“El tratamiento del Chagas es 100% efectivo en los recién nacidos, no produce efectos adversos y podemos garantizar que se cura”, explica Flores. Sin embargo, en los adultos, la “curación” es mucho más compleja. Losada cree que la curación de esta infección es “el santo grial”. “La definimos en función de si los anticuerpos son negativos en sangre, y en un recién nacido son negativos en aproximadamente un año, pero en un adulto hay que esperar de 10 a 15 años”, añade. Además, continúa, la medicación en la población adulta tiene efectos adversos: “Son muy frecuentes y algunos son muy molestos y, aunque no son graves, sí condicionan que muchos pacientes acaben abandonando el tratamiento”. En concreto, las medicinas pueden provocar, “afectación cutánea con picores, dolores de cabeza y algunos efectos neuropsiquiátricos como la ansiedad”, abunda Losada.
Aunque la orden ministerial solo generaliza el cribado durante el embarazo, el protocolo hace recomendaciones que pueden ayudar a los médicos a detectar nuevos casos. “Se aconseja cribar a los familiares de primer y segundo grado porque, desde la investigación nos hemos dado cuenta de que, si detectas un caso en una embarazada, puedes detectar cuatro o cinco más entre los miembros de su familia”, bien porque hayan vivido en la misma casa y hayan estado expuestos al riesgo de infectarse o porque sean hermanos nacidos de una misma madre portadora del parásito, explica Flores.
“De la misma manera que si en una embarazada sale un VIH positivo tiene todo el sentido del mundo cribar a su pareja, cuando en una embarazada hay un positivo por Chagas, debe saltar la alarma para cribar a su familia”, afirma Losada. Aunque lo ideal, continúa, es que las mujeres en edad fértil consideradas población de riesgo que deseen tener hijos se sometan también a un cribado antes del embarazo. “Con mucha probabilidad, se interrumpirá la transmisión vertical, que es la única vía de transmisión activa en sitios donde no hay vector [la vinchuca]” y los bebés nacerán libres de infección.
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