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A clase a partir de los 70 años en uno de los mayores asentamientos informales de África

El centro de día de Kibera, en Nairobi, Kenia, ofrece un espacio para que personas de edad avanzada aprendan a leer, sean conscientes de sus derechos, ahuyenten su soledad y coman correctamente

En uno de los mayores asentamientos informales de África, en el barrio de Kibera, en Nairobi (Kenia), los ancianos se reúnen todos los lunes y martes para comer, beber, jugar, hablar y recordar. Se trata del Centro de Día para Ancianos de Kibera, fundado por Mama Agnes Kariuki en 1989. En la imagen, una de las mujeres que acuden al centro sostiene un plato de una mezcla de arroz, judías y col durante el almuerzo, el 20 de julio del año pasado.Jeremiah Onyango
Peter Tei revisa el registro para confirmar cuántas personas asisten al programa de alimentación de los martes en el Centro de Día para Ancianos de Kibera. Según la organización HelpAge, en Kenia, alrededor del 90% de los adultos carecen de un plan de pensiones, lo que prepara el terreno para un aumento de la pobreza en la tercera edad. Algunos ancianos pueden beneficiarse del Programa de la Tercera Edad Inua Jamii, una pensión social financiada con impuestos que se concede a los kenianos una vez cumplidos los 70 años y que les otorga 2.000 chelines al mes (12,80 euros). El salario mínimo en una ciudad como Nairobi ronda los 17.000 chelines.Jeremiah Onyango
Mzee Elijah, parcialmente ciego, entrecierra los ojos para mirar su libro durante las clases del programa de alfabetización, en las que 15 personas mayores aprenden cada lunes nociones básicas de Matemáticas, inglés y suajili. El porcentaje de mayores de 15 años alfabetizados en Kenia ronda el 83%, según datos del Banco Mundial. En 2007 era del 72%.Jeremiah Onyango
Mama Alice es una de las maestras del centro. Sostiene un trozo de tiza y un borrador de pizarra, durante un descanso después de sus clases de alfabetización que imparte los lunes. Este centro también educa a los ancianos sobre sus derechos. Para algunos, esta comunidad es un segundo hogar, para otros, su único refugio, el lugar donde pueden saborear el tiempo de calidad y ahuyentar la soledad. Se olvidan, aunque sea durante un rato, de las dificultades de la vida cotidiana y el estrés emocional que conlleva la vejez.Jeremiah Onyango
Un grupo de ancianos participa en una clase en el Centro de Día de Kibera, en Kenia, en la que se les explican sus derechos y diversas cuestiones de salud pública para evitar que sean discriminados.
Mzee Jared Okusi, líder espiritual del Centro de Día para Ancianos de Kibera, lee un pasaje de la Biblia antes de que los asistentes empiecen a comer. Este centro de personas a partir de 60 años abre a diario de forma gratuita. Se financia en parte por un programa gubernamental y en parte por donaciones. Jeremiah Onyango
Maria Oduso posa en su casa de Kibera, donde vivía antes de que las fuertes lluvias arrasaran sus pertenencias. No puede acudir al centro de día debido a su delicado estado de salud. El asentamiento informal de Kibera es el hogar de al menos 250.000 personas, aunque algunas organizaciones calculan que los habitantes superan el millón.Jeremiah Onyango
Mama Lucy distribuye comida a los ancianos durante el reparto semanal de comidas. Cada martes, alimentan a unas 100 personas mayores en nueve de los asentamientos que forman parte de Kibera. Jeremiah Onyango
Dos voluntarias sirven un plato de una mezcla de arroz, judías y repollo para distribuirlo al resto del grupo en el Centro de Día para Ancianos de Kibera. La esperanza de vida al nacer en Kenia aumentó en nueve años en dos décadas desde el 2000, pasando de 54 años a 63 en el 2019. Tras el retroceso de la pandemia, en 2021 bajó a 61 años, según datos del Banco Mundial. Eso quiere decir que cada vez más personas en Kenia llegan a la tercera edad, con los retos que representa en términos de cuidados.Jeremiah Onyango
Una de las mujeres que asiste al centro día de Kibera ayuda a preparar kachumbari (una mezcla de cebollas, tomates, zanahorias, chiles y cilantro), durante una boda comunitaria celebrada en el asentamiento.Jeremiah Onyango