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Prótesis que allanan el camino para la reinserción social en Erbil

La capital del estado Kurdistán, en la región autónoma de Irak, se ha convertido en uno de los puntos estratégicos para ayudar a que miles de personas mutiladas a causa de las minas terrestres intenten llevar una vida normal

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) dirige en Erbil un centro de rehabilitación para atender a la población afectada por las minas terrestres y otros artefactos explosivos. Es el espacio más grande de Irak para este tipo de tratamientos médicos ya que puede atender a hasta 6.000 personas por año. Entre ellos hay residentes en la región del Kurdistán iraquí y de las gobernaciones vecinas, incluidas Nainawa, Kirkuk y Diyala, además de desplazados internos y refugiados, principalmente de Siria.Adri Salido
Una de las consecuencias de los conflictos sufridos durante los últimos años en la región son las amputaciones debido a las minas terrestres y otros artefactos explosivos esparcidos por el territorio. La mayoría fueron colocados durante la guerra entre Irán e Irak (1980-1988), aunque más recientemente, el grupo yihadista Estado Islámico (ISIS) también ha dispersado un gran número de minas y explosivos. Según datos del 2021 del IKMAA, la agencia gubernamental del Kurdistán encargada de desminar, se estima que hay 210 km2 de tierra que todavía contienen minas terrestres en el Kurdistán iraquí y que alrededor de 13.000 personas han muerto ya debido a la explosión de estos artefactos en la región.Adri Salido
Las amputaciones debido a las explosiones de minas terrestres y otros artefactos son la causa principal de las discapacidades de los habitantes del Kurdistán. En este centro, los pacientes reciben, entre otros, rehabilitación, prótesis, sillas de ruedas y otras ayudas para caminar. El centro también otorga subvenciones para que sus pacientes puedan convertirse en emprendedores y lancen pequeños negocios y brinda apoyo psicológico para fomentar su reinserción social. Según Jean-Jérôme Casabianca, jefe de la delegación del CICR en Irak, estos "servicios son cruciales para la rehabilitación y la integración social de las personas con discapacidad y para ayudarles a recuperar la confianza, la independencia y la capacidad de mantener a sus familias".Adri Salido
Najah se coloca una prótesis nueva en su pierna amputada. Oriundo de la ciudad iraquí de Fallujah, resultó herido en 2014, cuando su vehículo circuló sobre una mina. Su hija pequeña perdió un ojo y su esposa también quedó herida. Él perdió la pierna y sufrió varias fracturas. Tras recibir un tratamiento básico en el hospital de Fallujah (en ese momento controlado por el Estado Islámico), decidió pagar a unos mercenarios para que lo llevaran hasta Erbil y escapar así del territorio ocupado por los yihadistas. Desde 2015 ha sido sometido a más de 15 operaciones. Ahora, Najah vuelve a vivir en Fallujah y acude al centro a regular su prótesis.Adri Salido
Abdulstar Muhammad tiene 27 años y es de Erbil. Perdió parte de la pierna en 2010, cuando una mina explotó mientras caminaba con su familia por un camino de montaña de la región de Choman, en la frontera con Irán, una de las zonas donde hay más artefactos explosivos abandonados debido al conflicto bélico entre Irak e Irán, durante la década de 1980. El hombre trabaja como profesor y acude al centro del CICR cada cierto tiempo para ajustarse la prótesis.Adri Salido
Según datos del Ministerio de Salud de Irak, se estima que alrededor del 15% de la población en el país vive con algún tipo de discapacidad (aproximadamente 6 millones de personas). Entre 1996 y 2021, el centro de rehabilitación del CICR de Erbil ayudó a más de 16.300. De este total, más de 8.000 eran pacientes con amputaciones.Adri Salido
Una de las áreas más importantes en este centro es la de desarrollo e investigación, en la que los especialistas trabajan en las prótesis para poder ofrecer a los pacientes mejores soluciones. Una vez fabricado el dispositivo adecuado, el último paso es el entrenamiento para usarlo correctamente. Según Ana Rodrigues, fisioterapeuta de CICR, "lo ideal es que un paciente venga al centro para ayudarle a adaptarse a su nueva prótesis todos los días, o cada dos días, según su disponibilidad y capacidad financiera". El centro, además, brinda ayuda económica para el transporte, para que las personas que estén en este proceso puedan acudir a su rehabilitación.Adri Salido
Otro aspecto muy importante del proyecto es invertir en las personas que quieran convertirse en futuros especialistas en prótesis. Contar con personas formadas es fundamental ya que, según el CICR, más de 600.000 iraquíes necesitan servicios de rehabilitación física, de los cuales más de 200.000 requieren prótesis y/u ortesis. El CICR, junto con la Universidad Politécnica de Erbil, ha iniciado una formación de cuatro años en el Colegio de Prótesis y Ortesis de Erbil, donde iraquíes aprenden y reciben entrenamiento.Adri Salido
Abdulstar Muhammad y otro paciente amputado durante el entrenamiento para la adaptación a sus nuevas prótesis en Erbil. “Los pacientes vienen con la expectativa de volver a sus vidas anteriores”, dice la fisioterapeuta Ana Rodrigues. “En el momento en que les pones una pierna, se ponen de pie y empiezan a caminar, ya están a medio camino de conseguir su objetivo. Lo que brindamos aquí es un primer paso que a su vez les permite acceder a la educación, el trabajo y ser parte de la sociedad”. Adri Salido
Dos mujeres amputadas durante su rehabilitación, en una sala exclusivamente femenina del centro de rehabilitación del CICR de Erbil. Adri Salido