Migrados
Coordinado por Lola Hierro

Carta de un refugiado en Bosnia a los líderes de la Unión Europea

Sufyan Ali es uno de los más de mil refugiados en el asentamiento de Lipa, en Bosnia y Herzegovina. En esta misiva denuncia las condiciones de vida inhumanas y el bloqueo de las carreteras impuesto para evitar que puedan entrar en Europa

Numerosas personas hacen cola para obtener una ración de comida en el campo de refugiados de Lipa, en Bosnia, en febrero de 2021. La imagen está tomada por Eddie, uno de los residentes en este asentamiento, y facilitada por la ONG No Name Kitchen.Eddie (No Name Kitchen)

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Somos refugiados. No tenemos trabajo. No se nos permite tenerlo. Aquí no hay dignidad. Necesitamos perspectivas. Sin ninguna posibilidad realista de entrar en la Unión Europea, estamos atrapados en las fronteras exteriores. Les rogamos que hagan algo por las personas refugiadas en Bosnia. ¡Esta es nuestra petición a la Unión Europea! La mayoría de quienes consiguen cruzar la frontera con Croacia acaban siendo “devueltas en caliente” a Bosnia y Herzegovina. Han sido golpeadas por la policía croata constantemente, en particular los hombres migrantes, pero también las mujeres y menores.

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Con el actual sistema de protección de fronteras no podemos llegar a Europa de ninguna manera legal, y nos vemos obligados a intentarlo de forma ilegal, por lo que el objetivo de la mayoría de las personas migrantes es viajar sin ser detectadas a través de Croacia y luego de Eslovenia para llegar a Italia. Italia es el primer lugar de la ruta donde el riesgo de que seamos devueltos en caliente a Bosnia es menor.

Por mi parte, yo vivo en el campo de Lipa, en Bosnia, donde somos unas 1.500 personas entre inmigrantes, refugiados y solicitantes de asilo. El momento más difícil aquí es cuando cocinamos. Nos preparamos nuestra propia comida porque la que nos dan después de hacer cola no es buena. Por la mañana nos dan un pequeño paquete de pescado, un paquete de pollo y una taza de té negro y pan. Y durante el día, reparten lentejas. A veces cambian el menú, pero la mayoría de veces son lentejas. No obstante, en este campo no tenemos ningún sitio para cocinar. Todos lo hacemos en un fuego en un bosque cercano, sin techo, y lo hacemos todo a la intemperie. No hay ninguna instalación apropiada y todos los días lo tenemos que hacer en un frío extremo. La madera no está seca y es muy difícil encender una hoguera porque estamos en la temporada de lluvias y nieve. Tenemos que lidiar con todo esto todos los días. ¡Queremos hacer algo mejor para nosotros, queremos trabajar!

Un chico cocina comida en el campamento de Lipa el 18 de febrero de 2021.FEHIM DEMIR (EFE)

Otra cosa es que, cuando alguna organización distribuye comida en Lipa, lo primero que hacen algunas de ellas es sacarnos fotos. Muestran en las redes sociales que están ayudando mucho, pero lo cierto es que algunas nos dan buena comida una vez y desaparecen. Y yo les pido: que pasen una noche y un día en el campo de Lipa y vean cómo es esto realmente.

También explicaré lo de los baños: solo hay una docena de aseos químicos para más de mil personas. No hay agua corriente para beber y a menudo nos quedamos sin ella. El estado de los inodoros aquí no es bueno. Solo se limpian cada dos o tres días, solo hay cinco duchas en total para toda esta gente. No hay agua caliente en las duchas para todos, y en las noticias se dice que todas las instalaciones de aquí sí que tienen, ¡pero es todo mentira!

Vista general del campo de Lipa en una imagen tomada por un dron en febrero de 2021.ANTONIO BRONIC (Reuters)

Otra cosa es que se celebró una reunión en el campo de Lipa en la que se nos dijo que la gente del campo, nosotros, limpiaríamos la zona. Se nos advirtió con que, a los que no participaran, se les quitarían los calentadores de la tienda. Prefieren amenazarnos y controlarnos antes que considerarnos seres humanos. Somos hombres jóvenes y en forma, ¡podemos trabajar! Estar atrapados sin nada que hacer nos enferma.

Y sobre la covid-19: Los operarios del campo perjuran que el virus no se propaga dentro del campo, pero no hay manera de verificar o controlar esto. También otras enfermedades como la sarna que se están expandiendo entre la población. Las tiendas en las que vivimos son minúsculas: en una de las pequeñas puede haber más de 30 personas, lo que significa que estamos muy hacinados. En este momento, con una epidemia como la actual en el mundo, se hace muy difícil vivir en estas tiendas y si los seres humanos también contraen esta enfermedad aquí, se perderán muchas vidas. Pedimos que haya un sistema de control que permita hacer una buena prueba de covid-19 y realizar un sistema de aislamiento para prevenir el problema.

Por favor, necesitamos una posibilidad legal de entrar en la Unión Europea y no estar aquí atrapados o con riesgo de sufrir violencia si vamos en busca de una nueva vida. ¡Necesitamos perspectivas!

Sufyan Ali es un refugiado en el campo de Lipa, en Bosnia y Herzegovina. Su carta ha sido facilitada por la ONG No Name Kitchen

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