Nace Jesús, hijo de una pareja de refugiados en Lesbos
Cada año, el director de Oxfam en Cataluña diseña un pesebre con muñecos de Playmobil para visibilizar una causa social. Este 2020 lo ha dedicado a los refugiados del campo de Moria, en Grecia
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En aquellos días tuvieron que marcharse de su ciudad porque la guerra había empeorado mucho y era imposible sobrevivir en su país. Empezaron a caminar hacia Europa. Les habían dicho que era una tierra donde se respetan los Derechos Humanos. El viaje fue largo, peligroso y pesado. El último tramo fue con una barquita neumática y a ella no la querían a bordo porque ya estaba embarazada. El trayecto fue duro porque estuvieron a punto de hundirse varias veces.
Cuando felices de llegar a Europa pensaban que ya estaba todo solucionado, los encerraron en Moria, un campo de refugiados, decían. Pero aquello era un lugar infernal, sin condiciones, sin esperanza y con un hacinamiento increíble. Antes había ONG que ayudaban en el campo tanto con materiales y comida como con los trámites burocráticos, pero ahora ya no las dejaban entrar.
Hace unas semanas tuvieron que salir corriendo del campo porque un incendio de noche lo quemó todo. No pudieron coger nada de lo que tenían: Ni la documentación que acreditaba que esperaban un reconocimiento como refugiados, ni siquiera algo de ropa. A María le costaba correr con el embarazo tan avanzado, pero lograron escapar. Estuvieron dos días durmiendo a la intemperie y el embarazo ya llegaba a su término.
Unos días después la policía los llevó a un nuevo campo de refugiados. Vieron en seguida que aquel lugar, más que un campo de refugiados era de nuevo una prisión. No estaba en condiciones y solo se podían lavar yendo al mar que bañaba una parte del recinto. Las informaciones que cada vez corrían con más fuerza decían que estaban expulsando a todos los que había allí fuera de Europa. No entendían por qué en las tiendas decía Naciones Unidas si aquello era una prisión del ejército del país, un centro de internamiento, para expulsarlos. ¿Por qué la ONU colaboraba allí? ¿Por qué no dejaban entrar a trabajar a ninguna ONG ni a voluntarias?
Los rumores decían que los próximos a expulsar serían los de su tienda. María esta pasada noche se puso de parto. Los compañeros de tienda han avisado a todo el campo y de las tiendas cercanas ha venido una enfermera, que ha atendido el parto. Cuando el ejército los venía a buscar para repatriarlos y han visto que estaba naciendo un niño han decidido posponer la expulsión del país que estaba prevista hoy.
Le han puesto de nombre Jesús, que significa el salvador, porque todo el mundo dice que este niño les ha evitado la expatriación. No saben por cuánto tiempo, pero pueden mantener la esperanza unos días más. La noticia ha corrido y los periodistas hemos ido al campo, pero no nos han dejado entrar y solo hemos podido hablar con algunos de ellos a través de la alambrada.
Esperan que, el 6 de enero, la Unión Europea humanice sus políticas de acogida y deje de tratar como delincuentes a personas que solo huyen de una guerra buscando una vida mejor.
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