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Una persona singular

No ha hecho ningún esfuerzo para ser como es, se trata simplemente de un estado de gracia

De algún antepasado habrá heredado esa elegancia natural, que se manifiesta en pequeños detalles, en la forma de caminar, de saludar, de dar la mano, de sonreír, de sentarse, de cruzar las piernas. Solo con esto es suficiente para saber que estás ante...

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De algún antepasado habrá heredado esa elegancia natural, que se manifiesta en pequeños detalles, en la forma de caminar, de saludar, de dar la mano, de sonreír, de sentarse, de cruzar las piernas. Solo con esto es suficiente para saber que estás ante un ejemplar humano distinto de los demás. Abrirá el armario por la mañana y aunque elija la ropa al azar ten por seguro que le caerá bien y la combinación de colores será la adecuada. No importa lo que coma o beba, que sea rico o pobre, joven o viejo, alto o bajo, gordo o delgado, hombre o mujer, puesto que esto no es cosa del cuerpo sino del aura inaprensible que emana su figura. Se trata de esa persona a la que quisieras conocer y que te cae bien aun sin conocerla. Las veces en que ha debatido sobre cualquier problema político o social su opinión siempre ha sido sorprendente, con las palabras justas llenas de sentido común, que siempre daban en el clavo con una carga de profundidad insospechada. Hace que te preguntes, ¿cómo no se me había ocurrido antes? En su caso callar también es un modo de hablar y no asistir a los actos donde se le espera es a veces su mejor forma de estar presente. Cuando acude a una cita siempre da la sensación que llega feliz de un lugar donde lo ha pasado muy bien con gente agradable y ha visto cosas que tú nunca has visto. Siempre va un poco por delante de la actualidad. Ha leído antes que tú el libro que había que leer y de cualquier parte del planeta que le hables te dirá que ya ha estado allí. Por su parte no ha hecho ningún esfuerzo para ser como es, se trata simplemente de un estado de gracia. Su sabiduría le viene solo de observar la vida como un espectáculo. Su actitud optimista y llena de alegría de vivir le da pie para creer que basta con esperar para que el tiempo disuelva todas las desgracias. ¿Conoces a esa persona? Alguna vez se habrá cruzado en tu vida. Es ese tipo que en la barra del bar levanta la mano para pedir una copa. Nunca has visto a nadie que lo haga de esa forma.

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