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Hijo, es un genocidio

Los lectores y las lectoras escriben sobre Gaza, la violencia sexual en la infancia y adolescencia, la turistificación de las ciudades y la IA

Le he tenido que explicar a mi hijo de cinco años que el acuerdo de paz entre Israel y Palestina no justifica el genocidio que hemos visto el resto del mundo desde el salón de nuestras casas. También le he dicho que esto no es una guerra, como escucho a mucha gente a mi alrededor (quiero pensar que por error). Mi hijo todavía no puede entender que en el mundo se den este tipo de masacres injustificadas, que espero que un día pueda digerir, como yo intento desde la primera bala que nos enseñaron los telediarios, pero que no consigo por mucho que lo intento. Espero que en un futuro no muy lejano se siente a Netanyahu en la Corte Penal Internacional, para que mi hijo no piense que uno puede irse de rositas después de perpetrar el mayor genocidio de los últimos tiempos.

Jorge T. García. Madrid

El miedo que nos acompaña

En España, tres de cada diez jóvenes declaran haber sido víctimas de violencia sexual en la infancia o adolescencia. Como mujer todavía menor de edad, el miedo ya lo tenía, pero estas cifras lo hacen más grande. Salir sola, caminar por las calles de noche, vigilar que no haya nadie a tu alrededor, genera una sensación de angustia constante que hace que incluso lo más cotidiano se sienta peligroso.

Carlota Espelt Llebaria. Barcelona

Adeu, Sagrada Família

Hace un año, tras 12 viviendo en esa zona, tuve que dejar mi piso porque los propietarios querían convertirlo en alojamiento turístico. Fue entonces cuando descubrí lo difícil que es encontrar piso: horas y horas en páginas especializadas, visitas con decenas de personas y seis meses de búsqueda hasta conseguir uno. Pero nadie habla de lo que significa dejar el barrio donde creciste, lleno de recuerdos, para que se convierta en un lugar fugaz para gente fugaz. Volver meses después a San Juan fue como entrar en otra ciudad: los bares ya no eran los mismos, los petardos ni se escuchaban… todo había cambiado. La Sagrada Familia no es solo un barrio, sino un ejemplo de cómo la vivienda se ha convertido en privilegio y no en derecho. Cada vez más jóvenes en ciudades de España se enfrentan a la misma situación: crecer y estudiar sin poder vivir en sus propios barrios. Es necesario replantear el modelo de vivienda antes de que desaparezca la esencia de nuestras ciudades.

Kelly Vanesa Caiza Arboleda. Barcelona

La IA nos come

Me he topado con un post en LinkedIn que me ha dejado mal cuerpo. Lo peor es que pensaba encontrar cierto rechazo en los comentarios y nada más lejos de la realidad. En el mensaje, un profesional alardeaba de que su empresa estaba despidiendo gente gracias a la implantación de herramientas de automatización con IA. Su entrada para enganchar al lector era un hashtag con la frase “we are firing” (estamos despidiendo) haciendo marketing precisamente de esta herramienta de la que él presumía ser el creador. Es inquietante la frialdad y entusiasmo con el que algunos ignoran que detrás de cada puesto o tarea había alguien viviendo de ella. Ahí está el verdadero síntoma de nuestra época. Un reflejo de cómo la IA nos está robando la humanidad haciéndonos olvidar que la eficiencia sin ética no es progreso.

Nani Escobar Ruiz. Alhendín (Granada)

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