Europa tiene que moverse ya
Con la alianza entre la Casa Blanca y las grandes tecnológicas contra la regulación, la UE debe dejar de procrastinar sobre la soberanía digital
Escenario: la Casa Blanca. Protagonistas: los consejeros delegados de las grandes tecnológicas estadounidenses y el presidente Donald Trump. El vídeo, de un par de minutos, muestra a los capitostes de la industria empezando sus intervenciones con ditirambos a la figura presidencial. “¿Quieres decirnos unas palabras, Bill?”, dice Trump. “Bill” es Gates, fundador de Microsoft, que responde: “Gracias por su increíble liderazgo, incluyendo el reunir a este grupo”. “Gracias por ser un presidente a favor de los negocios y de la innovación”, dice Sam Altman, consejero delegado de OpenAI. El presidente parece pasar lista. “¿Alguien quiere decir algo? Tengo un montón de genios de este lado de la mesa”, solicitaba.
Incredible clip of tech CEOs fawning over Donald Trump. Someone store this clip in the underground archive vault
— Ketan Joshi (@ketanjoshi.co) Sep 6, 2025 at 20:54
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Evidentemente, el vídeo, elaborado por el británico Canal 4, se centra solo en los ditirambos. En todo caso, lo que queda claro es que, como con los emperadores romanos peor recordados, la táctica para conversar con Trump es envolver cualquier información en un paquete (preferiblemente dorado) de adulación y sonrisas. Pero al final el presidente hará lo que bien le plazca: como cuando en julio la Comisión Europea llegó a un acuerdo comercial con Estados Unidos para, en palabras de Bruselas, “reducir la incertidumbre” sobre los aranceles. Pues bien: el pasado viernes la Comisión anunció una multa de 2.950 millones de euros contra Google por abuso de posición dominante en el mercado de la publicidad digital y Trump salió diciendo que “¡es una injusticia que el contribuyente estadounidense no tolerará!”.
Trade war heats up: Donald Trump lashes out against the European Commission for imposing a €2.95 billion antitrust fine on Google. He threatens to invoke Section 301, which allows him to introduce tariffs and non-tariff measures in retaliation for a foreign act.
— Jorge Liboreiro (@jorgeliboreiro.bsky.social) Sep 5, 2025 at 21:45
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Es para esa clase de respuestas para lo que los gigantes digitales se sientan a la mesa con Trump y le dan coba hasta sacarle brillo: el consejero delegado de Google, Sundar Pichai, también estaba en la reunión. Silicon Valley está encantada con la idea de tener todo un Departamento de Estado como su ariete contra las jurisdicciones que quieran ponerles firmes. Y Bruselas todavía no ha visto cosas como las sanciones bajo la ley Magnitsky (creada originalmente para castigar a oligarcas rusos) aprobadas contra el juez brasileño Alexandre de Moraes. El motivo ostensible del castigo es que Moraes es el ponente del caso en el Tribunal Supremo contra el expresidente Jair Bolsonaro, que Washington considera una “caza de brujas”.
Pero Moraes también fue el juez que osó cerrar por 39 días la plataforma X (antes Twitter) cuando esta decidió que no tenía por qué cumplir la legislación brasileña. Elon Musk, el dueño de X, no estaba sentado a la mesa con Trump —todavía no ha vuelto a caer en gracia con el presidente tras su pirotécnica disputa de junio—, pero dado que Trump también tiene una red social, su lucha es la suya: el lunes, el Financial Times indicaba que EE UU va a dejar de colaborar con Europa en la lucha contra la desinformación, algo lógico habida cuenta de que para el trumpismo “libertad de expresión” quiere decir la libertad de desinformar a favor de sus causas preferidas.
Con Washington y Silicon Valley formando un frente común, algo parecido a lo que ha tenido China desde el principio, la pregunta es si Europa va a dar una respuesta a la necesidad de soberanía digital más allá de vagas declaraciones de intenciones. Este periódico publicaba hace un par de semanas una exasperada tribuna del excomisario europeo Thierry Breton preguntándose eso mismo. Mi pálpito es que lo que limita a Bruselas es su obsesión, que dura ya años, por tener la misma mesa que Trump (o Xi Jinping): grandes tecnológicas con las que competir de igual a igual con Google y Baidu, Amazon o Alibaba, Apple o Xiaomi.
Quizás la respuesta sea buscar reglas y estándares, adoptarlos y que un universo de pequeñas empresas y organizaciones crezca a su alrededor. La fortaleza de Europa es su diversidad: está en el lema de la UE. Va siendo urgente tomárselo en serio.