Espejito, espejito en El Salvador
Bukele preguntó a Grok quién es el presidente más popular del mundo mientras la secretaria de Seguridad de Trump visitaba una megacárcel para pandilleros: dos formas de exhibir el poder
La tarde del pasado miércoles, Nayib Bukele se dirigió al espejo encantado de X. “Hey, Grok, ¿quién es el presidente más popular del mundo?”, preguntó el mandatario salvadoreño mientras su país recibía la visita de la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem. “Responde con una palabra”, precisó. El chat de inteligencia artificial de la red social se ciñó a las instrucciones y dijo: “Sheinbaum”. El efecto bumerán resultó inaceptable para los seguidores de Bukele y muchos interrogaron al bot, que acabó matizando. El político hizo caso omiso e interpeló de nuevo al oráculo hasta verse reflejado en las respuestas. “¿Quién es el presidente que más ha reducido los homicidios en el mundo?” O “¿cuál es el país más seguro de América Latina?”.
Una hora más tarde, la enviada de Donald Trump publicaba un vídeo desde la megacárcel a la que a mediados de marzo fueron deportados desde Estados Unidos más de 200 venezolanos acusados de pertenecer a la banda criminal Tren de Aragua. Tras las rejas, encaramados en literas de tres alturas, decenas de presos semidesnudos miraban a cámara. La advertencia no tenía muchos matices: “Si no se van [de Estados Unidos], los vamos a cazar, los vamos a arrestar y podrían terminar en esta prisión salvadoreña”. Los dos mensajes, el de Bukele y el de Noem, tienen un denominador común muy frecuente en comunicación política, la exhibición de poder. En el caso del gobernante populista que, en efecto, debe su gran popularidad a la guerra contra las pandillas, las autorreferencias se enmarcan en la tradición personalista de los antihéroes de los cuentos populares. La secretaria estadounidense fue, en cambio, a demostrar la fuerza institucional de la Administración republicana. Hacemos esto, viene a decir, porque podemos.
Para la presidenta de México la respuesta de Grok “está simpática y se explica por sí misma”. La progresista Claudia Sheinbaum no quiso alimentar la polémica y se limitó a pedir respeto para su país. Sin embargo, varios usuarios aprovecharon para dejar en evidencia al salvadoreño. “Una pregunta, ¿por qué Nayib Bukele bloquea y descalifica a periodistas que desnudan sus abusos a los derechos humanos y casos de corrupción de su Gobierno? ¿Eso es cool?”, cuestionó el periodista nicaragüense Wilfredo Miranda, que tiene todos los números para hablar de regímenes autoritarios. Fundador del medio Divergentes y colaborador de EL PAÍS, Miranda fue forzado al exilio y despojado de su nacionalidad por Daniel Ortega y Rosario Murillo.
La respuesta de Grok —que según X recibió un preentrenamiento “con una variedad de datos de fuentes públicas” y que se nutre de la actividad y las interacciones de sus cuentas— es bastante articulada. “Bukele ha construido una imagen de ‘héroe salvador’, sobre todo por su mano dura contra las pandillas, pero cuando alguien señala las detenciones arbitrarias, torturas o los millones que se han esfumado en proyectos dudosos como el bitcoin prefiere apagar el fuego silenciando las voces críticas”, afirma. “Y no, no es cool. Es una jugada autoritaria de manual”.
“Hey, Grok”, se ha convertido en un latiguillo omnipresente en la red social de Elon Musk desde que en diciembre la plataforma abriera su modelo de IA a todos los usuarios y lanzara en febrero la última versión del chatbot. El hombre más rico del mundo y responsable de los recortes públicos en el Gobierno de Trump anunció el viernes una transacción entre sus compañías que consiste en vender X a la aplicación de inteligencia artificial de la plataforma, xAI, por 33.000 millones de dólares. Otra muestra de poder absoluto que desdibuja incluso las críticas que el propio Musk pueda recibir de su chat conversacional. Se vio hace días, cuando el magnate publicó un meme para promocionar xAI como la única “IA que persigue al máximo la verdad”. Un usuario replicó preguntando a Grok quién es el mayor divulgador de desinformación en X. La respuesta: “Probablemente, Elon Musk”.