¿Para qué se sacó Errejón el pene?
Al escuchar el lascivo chorreo del juez Carretero a Elisa Mouliaá, la funcionaria del juzgado no sabía dónde meterse del bochornazo
A veces, en el cine y en la vida, para comprender lo que sucede en una escena, además del rostro de los protagonistas, ayuda mirar el de los actores en segundo plano. De las imágenes filtradas de la declaración de la actriz Elisa Mouliaá ante el juez Adolfo Carretero por su denuncia contra...
A veces, en el cine y en la vida, para comprender lo que sucede en una escena, además del rostro de los protagonistas, ayuda mirar el de los actores en segundo plano. De las imágenes filtradas de la declaración de la actriz Elisa Mouliaá ante el juez Adolfo Carretero por su denuncia contra el político Íñigo Errejón por acoso sexual, además de la de la denunciante, subyuga la cara de una mujer que escucha, a pie derecho tras ella, las preguntas del magistrado. “¿Sabe para qué se sacó él el miembro viril? ¿Le intentó bajar las bragas? ¿No será que quería algo con él? ¿Cuánto tiempo estuvo chupándole las tetas?”. Al oír semejante lascivo y soez chorreo de un juez a una denunciante de violencia sexual, la oyente en cuestión, una funcionaria del juzgado a la que una se imagina curada de espantos de tanto escuchar a criminales tratados con exquisito respeto por sus señorías, no sabe dónde meterse del bochornazo. Así estamos muchas. Y muchos. Atónitos e indignados.
No se trata de quién lleva razón en el proceso. Errejón tiene derecho a la presunción de inocencia, y Mouliaá ni es ni tiene que ser la víctima perfecta. Impulsiva, incontinente y sospecho que imprevisible incluso para ella misma, se mete en charcos innecesarios y acude, previo pago, a programas de entretenimiento a someterse al juicio de los tertulianos. Pero se supone que un juez juez es otra cosa: confronta y pregunta, sí, pero ni riñe ni humilla. El Consejo General del Poder Judicial ha abierto una investigación al juez tras recibir más de 900 quejas de ciudadanos por su interrogatorio. Apuesto a que no da crédito. Para ser tan basto, ha demostrado tener la piel finísima. En un momento del interrogatorio, Mouliaá le tutea y a él le falta tiempo para corregirla, como si llamar de tú a un juez que te trata de ese modo fuera una intolerable falta de respeto. Como no soy jueza ni parte, yo sí me atrevo a decírselo en su propia lengua: hay que joderse, Carretero. Con jueces como tú a ver quién es la guapa que denuncia.