Subvenciones, parches y discriminación

Los lectores escriben sobre el acceso a la vivienda, el juicio por la muerte de Samuel Luiz, los servicios público y el consumo de tabaco

Manifestación por el derecho a la vivienda, en Madrid, el pasado día 13.Chema Moya (EFE)

Las subvenciones al alquiler de la vivienda suponen en la práctica como poner una tirita a una gran herida sangrante. Hace falta construir viviendas ya. Por otra parte, siguen los topes de edades, las ayudas para jóvenes de 18 a 35 años. ¿Y los de 36 o 40? Muchos ciudadanos de estas edades continúan sin poder acceder a una vivienda. Son los olvidados de siempre. Esta sinrazón es el resultado de un producto de marketing. ¿Será porque quizás hay un caladero de votos más interesante en aquellos ciudadanos que no pasan de los 35 años? El simple hecho de citar la frase “para jóvenes” parece que vende mejor, pero recuerdo a quien le compete que la vivienda es un derecho básico de las personas recogido en la Constitución y que debe cumplirse independientemente de la edad.

Félix Jiménez Fernández. Madrid

Juicio a la sociedad

Hace unos días, comenzó el juicio por la muerte de Samuel Luiz, el joven asesinado en Galicia al grito de “maricón”. En el banquillo no solo se sientan estos criminales, sino toda la sociedad. La homofobia mata, y lo hemos visto en este caso. En los colegios, muchos niños conviven con ella a diario y son el blanco de abusones que les humillan por su orientación o identidad sexual. Este caso nos juzga como sociedad. Nos obliga a elegir: ¿queremos un país que fomente el odio o uno que celebre la diversidad y el respeto?

Aritz Durán Trigos. Madrid

Reforzar lo público

Durante la década de los ochenta, la implantación progresiva de la socialdemocracia permitió el desarrollo de la sanidad, la educación, los transportes y la vivienda. En función de unas sólidas políticas públicas respecto a estructuras esenciales para el Estado como la cobertura sanitaria, la educación general básica, las comunicaciones y las viviendas de protección oficial, se pusieron los cimientos para construir una sociedad más equilibrada. Con el paso del tiempo, la dejadez y degradación de los elementos públicos básicos e indispensables han deteriorado su calidad, junto a un progreso desigual y saturado. No se trata de nostalgia del pasado, sino de un presente que parece haber olvidado sus orígenes.

Ramón Puchades Rincón de Arellano. Valencia

La invasión del humo

El consumo de tabaco en espacios públicos, especialmente en terrazas, se ha convertido en una fuente de incomodidad para muchos. Pese a las normativas que buscan proteger a los no fumadores, el humo de los cigarrillos invade nuestros espacios, afectando nuestra salud y bienestar. Es frustrante disfrutar de una comida al aire libre y ver cómo el humo de otros interfiere. La falta de consideración de algunos fumadores no solo perjudica a quienes no fuman, sino que también crea un ambiente hostil en lugares donde se busca relajación y disfrute. Es fundamental promover el respeto hacia los no fumadores y buscar soluciones que garanticen un entorno más saludable para todos.

Lucía Cerdeira Garrido. Gavà (Barcelona)

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