Esperando la homologación

Los lectores escriben sobre las trabas burocráticas para poder ejercer una profesión estudiada en el extranjero, la violencia sexual, el cáncer y la decisión de ser madre sola

Una persona entra en una oficina del SEPE en Alcalá de Henares (Madrid).Andrea Comas

Me licencié en Psicología en Londres, hace casi una década. Desde entonces he sido madre, he vivido en dos países más y he completado muchas formaciones complementarias que en teoría me permitirían ejercer mi profesión en lugares muy diversos. Estos estudios incluyen un máster no oficial, ya que al haber estudiado en una universidad británica, el Gobierno español no me permitió la entrada en uno oficial. Tras muchos años de lucha, el Senado aprobó una moción por la que se instaba a agilizar la homologación de títulos extranjeros. Mis documentos llevan más de seis meses “pendientes de revisión”. Tengo dos licenciaturas, una infinidad de cursos completados, hablo perfectamente tres idiomas y no se me permite trabajar como psicóloga en mi país. ¿Me homologarán el título alguna vez? Vivir en un país que penaliza el haberse formado fuera y que desaprovecha la riqueza de sus potenciales trabajadores empujándolos a la pobreza parece ficticio, pero en España es real.

Gara Villalva García. Madrid

Violencia sexual cotidiana

En la última semana he empezado dos series y me he leído una novela. En las tres, una mujer era violada. La violencia sexual se ha infiltrado en nuestra cotidianidad por la puerta del entretenimiento. Esta violencia contra las mujeres está de fondo en los televisores de las casas mientras se prepara la comida o se charla. Hace 10 años una violación en pantalla me producía una profunda sensación de impotencia, rabia y tristeza, hasta el punto de provocarme náuseas. Ahora mismo, en cambio, me trago estas escenas a la vez que una tortilla de patatas para cenar.

Elena Morales Cendrero. Sevilla

El cáncer de mama también en hombres

Durante mi tratamiento contra un cáncer testicular me asusté al detectarme un bulto en el pecho y pensar que podría tener metástasis. Alarmado, pregunté a un médico de atención primaria si debería acudir a un ginecólogo. Me miró con gesto burlón y me mandó a medicina interna, allí me remitieron al oncólogo. Este me atendió, pero me dijo que el especialista era el ginecólogo. El susto quedó en nada, ginecomastia como efecto secundario de mi tratamiento. Digo esto porque el cáncer de mama masculino, aunque infrecuente, existe y estaría bien que los hombres también conociéramos sus síntomas y los especialistas tuvieran claro quién debe abordarlo en primera instancia.

David Martínez. Alcorcón (Madrid)

Madre soltera por elección

Cuando la gente se entera, o te felicita por ser una valiente o actúa como “pobrecita”… Y la verdad es que no es ni una cosa ni la otra. Ser madre o padre es ser valiente en cualquier caso, pues tener pareja no siempre te facilita las cosas. Por otro lado, se olvidan de que ser madre soltera ha sido una decisión querida y que las familias, sean más grandes o pequeñas, son familias completas. Dar normalidad a la diversidad familiar es importante para que los pequeños crezcan en el respeto y como un niño más.

Belén Domingo Millán. Córdoba

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