Me duele lo de Israel

Las opiniones de un físico y periodista sobre el conflicto de Gaza, junto a una lista de grandes judíos de la historia, generan una cascada de reacciones en X

Memorial de homenaje a Walter Benjamin, en Portbou (Girona), obra del artista israelí Dani Karavan.gianluca battista

Principia Marsupia es el nombre que el periodista y doctor en Física Teórica Alberto Sicilia emplea en las redes sociales. Quizá algunos lectores lo reconozcan por sus incisivas y emotivas crónicas de la guerra de Ucrania para La Sexta. En X (antes Twitter) supera los 316.000 seguidores. Sus mensajes llegan. Su hilo sobre Israel, por ejemplo, ha tenido bastante eco. Es interesante tanto por lo que dice como por los comentarios, muy encontrados, que ha generado. Y también porque, ante otro hilo que enmienda u objeta alguna de sus afirmaciones, sugiere que lo que tuiteó el pasado domingo “seguramente sea una cagada importante”. Al tiempo, admite la autoridad del discrepante. Una actitud que ha sido celebrada por un ramillete de antiguos tuiteros por insólita en la red que Elon Musk compró para “recuperar su reputación”, por lo que debía “ser políticamente neutral” y “molestar a la izquierda y a la derecha por igual”. Eso dijo el multimillonario en abril de 2022, dos años y medio antes de participar en un mitin con el muy neutral Donald Trump.

Dice Principia Marsupia: “Voy a contar algo personal: me duele en lo que se ha convertido Israel. En el pasado viajé mucho allí y colaboré con el Weizmann Institute of Science”. Y continúa: “Siempre fui un profundo admirador de la contribución del pueblo judío a la Cultura Universal. Una lista rápida: Baruch Spinoza, Albert Einstein, Sigmund Freud, Karl Marx y los hermanos Marx, Jonas Salk, Robert Oppenheimer, Niels Bohr, Carl Sagan…“. Luego cita a científicos como Eugene Wigner, David Gross, Roger Penrose, Lev Landáu —”lo difícil es encontrar un Nobel de Física que no sea judío”—; a escritores como Franz Kafka, Philip Roth, Joseph Heller, Arthur Miller, Saul Bellow, Boris Pasternak, Elias Canetti, Joseph Brodsky, Imre Kertész o Harold Pinter; a músicos como George Gershwin, Yehudi Menuhin, Leonard Bernstein o Bob Dylan, o a cineastas como Woody Allen y Steven Spielberg.

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“Como grupo étnico, los judíos nunca han superado el 1 % (!!!) de la población mundial. Decidme otra minoría de la que se puede sacar una lista de personajes semejantes”, pregunta en otro mensaje. Después, puntualiza que su decepción empezó hace tiempo cuando a su novia cooperante, acreditada en Gaza y Cisjordania, la humillaban y desnudaban constantemente cada vez que subía a un avión en el aeropuerto Ben Gurion. Imaginad el trato a un palestino, añade, antes de sostener que los hoy ministros de Netanyahu hace 10 años eran “considerados freaks, delincuentes (literalmente), tarados peligrosos”.

Le respondió el también periodista y cofundador de la revista M’Sur, Ilya U. Topper: “A grandes rasgos estoy de acuerdo con @pmarsupia en este hilo, pero me parece llamativo, incluso triste, que para criticar la política de una sociedad en deriva hacia un ultrasionismo religioso caiga en la trampa del mito religioso-sionista del ‘pueblo judío’. Incide en que ‘el judaísmo es una religión’, comparable al cristianismo y al islam, fundamentada en mitos como que todas las personas de fe judía descienden de un pastor de ovejas llamado Abraham, que vivía hace 3.000 años en Mesopotamia antes de reasentarse en Palestina”. Luego refuta la lista, porque la mayor parte de sus integrantes no fueron judíos, sino “agnósticos o ateos, o bien creyentes en un dios abstracto” y además está compuesta en su inmensa mayoría solo por askenazíes.

Y no, en la lista no figura ninguna mujer, como coinciden varias internautas. Varias voces reprochan a Principia Marsupia que se haya caído ahora del olivo (por seguir con la simbología judía), porque Israel siempre ha actuado como ahora. Otras inciden en el derecho a defenderse de Israel, rodeado de enemigos. Y una tuitera recuerda que “gente como Walter Benjamin y otros sólo tomaron conciencia de ser judíos al ser perseguidos como tales”, es decir, “la persecución creó al pueblo judío y su necesidad de un Estado propio”. ¿Aprobaría Walter Benjamin en lo que se ha convertido ese Estado?


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