Las mismas oportunidades

Los lectores escriben sobre la inmigración, la situación de las mujeres afganas, elegir no viajar en verano, y la cirugía estética promovida en las redes sociales

Una mujer lee un libro en una biblioteca.Cordon Press

He entrado muchas veces en una biblioteca, pero nunca había visto esos ojos, esa mirada. Después de un tiempo, dijo: “Ahora entiendo cómo las diferencias empiezan aquí, en oportunidades como esta que tenéis”. Tal vez sea hora de que todos nosotros, también nuestros políticos, entendamos esto: que la inmigración no es el origen de nuestros males, que quien migra no lo hace con el afán de apropiarse de lo que creemos nuestro, que quien migra solo busca oportunidades. Oportunidades que cualquiera de los que vivimos en este país también querríamos tener, como poder coger un libro de una biblioteca y leer un poema. Por cierto, aquella mirada no era la de un niño; era la de un hombre que vivió en el país con la guerra civil más larga del continente africano, un hombre de 52 años: mi marido.

Isabel Aguado Lobo. Segovia

Un infierno para las mujeres

Las injusticias que sufren las mujeres en Afganistán son cada vez más alarmantes. Las afganas van perdiendo derechos a medida que se promulgan nuevas normas que limitan su libertad. El caso más grave es la reciente ley que prohíbe a las mujeres hablar en público. Una ley que se suma a la ya intolerable prohibición de llevar la cara descubierta fuera de sus domicilios. Como estudiante de 14 años, y como mujer, me entristece enormemente esta situación, especialmente porque hay personas jóvenes con grandes talentos que sufren injustamente. Los talibanes han trasformado esa nación en un infierno.

Catalina Antonia Villaseca Guajardo. Valparaíso (Chile)

Porque sí

Me parece que ya no hacemos las cosas por placer, gusto o curiosidad. Este agosto me apunté a clases de costura y la reacción de mis amigos fue preguntar por qué. Pues porque sí. ¿Por qué todo tiene que estar centrado en el trabajo productivo o en actividades con las que uno puede fanfarronear? Mis amigos me preguntaron por qué no viajaba, convencidos de que era un desperdicio estar detrás de una máquina de coser en vacaciones. Creo que viajamos solo para imitar a los demás. Para mucha gente, viajar ya no consiste en conocer otra cultura o lugar, sino en consumir y regurgitar en las redes lo que hemos visto y hecho, que es lo que se nos ha dicho que hay que ver y hacer. Yo quiero aprender a coser porque sí.

Kalima Vico. Barcelona

El antes y el después

Cada día que entro a las redes sociales se sucede un auténtico bombardeo de anuncios de clínicas estéticas que ofrecen el antes y el después, invitándote a que tú también te unas a esa corriente que te deja con la cartera vacía, pero llena de nuevas necesidades que no tenías anteriormente. Te presentan el después de la foto para que no quede duda de que el después es siempre lo mejor para ti. “¿O es que aún no te has dado cuenta de que tus labios deben ser más gordos?”. “¿O que esos glúteos tendrían que ser más redondos?”. A veces, me gusta pensar que la palabra “antes” tiene derecho también a ser una palabra con connotaciones positivas. ¿O es que aún no te has dado cuenta de que “antes” de todo esto éramos un poco más felices y quizás un poco menos pobres?

María Gómez Murillo. Sevilla

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