Una vida menos humana

No sé cuándo vamos a dejar de politizar absolutamente todo, de crear tanto odio con esta España que ya solo es facha o roja, de lucir banderas de todo tipo, de besar escudos y de poner tantísimos límites. No sé cuándo nos enteraremos de que el ser humano está por encima de cualquier ideología, bandera y religión. No sé cuándo mejoraremos como sociedad, cuándo llegará la igualdad, cuándo dejaremos de lanzarnos piedras, cuándo valoraremos la educación y la sanidad, cuándo dejaremos de opinar de lo que no sabemos, cuándo dejaremos de ser hipócritas, cuándo dejaremos a la gente en paz de hacer con su vida lo que le dé la gana en absoluta libertad, cuándo dejaremos las pantallas para mirar de cerca a nuestros seres queridos. Porque ese es el problema, que no somos capaces de mirar un minuto a los ojos de los que tenemos a nuestro alcance por vergüenza. Por vergüenza de pertenecer a este mundo digitalizado, menos humano y más raro.

Rafael del Rosal Flores. Córdoba

Un acrónimo terrible

A veces pienso que mi sobrino de acogida podría ser perfectamente uno de esos niños que llaman menas, un acrónimo que inicia un proceso de deshumanización terrible. Podría ser uno de esos niños sin familia en un país extranjero, sin recursos, sin oportunidades, sin nada, podría ser uno de esos niños que reciben ataques racistas por parte de partidos políticos que legitiman discursos de odio en los medios de comunicación y en los parlamentos. Podría ser, solo podría, porque las personas que estamos en el lado bueno de la historia no lo vamos a permitir.

Ana Belén Pérez Villa. Soria

Balas al alcance de todos

Donald Trump dijo tras sufrir el atentado: “Es increíble que un acto así pueda ocurrir en nuestro país”. No es increíble, sino totalmente creíble por el hecho de que los ciudadanos norteamericanos pueden comprar y portar armas libremente. No es un hecho increíble en un país en el que han sido asesinados cuatro presidentes y en donde hubo más de 20.000 asesinatos con arma de fuego en el año 2023 y donde actualmente se pueden comprar balas en máquinas expendedoras, como quien compra un sándwich, con el único control de asegurar que quien compra munición es mayor de edad mediante un escáner de identificación y un programa de reconocimiento facial.

Antonio Nadal Pería. Zaragoza

No solo es fútbol

Confieso haber moderado mi emotividad futbolística, pero en la reciente Eurocopa no he dejado de estar exultante por las victorias de la selección española y cómo un grupo de jóvenes se imponían a selecciones con grandes divos futbolísticos. Jóvenes de diversas procedencias, de comunidades autónomas, de otros países y posteriormente nacionalizados, hijos de inmigrantes y también algún emigrado a otros países para ejercer su profesión. Todos, dirigidos con rigor y coherencia, han ofrecido un ejemplo a tener en cuenta en otros ámbitos sociales, por su inclusividad, sencillez y efectividad.

Ángel Andrés Villuendas. Barcelona