‘¡Fake news!’ ¡También lo de Trump!
La confusión y la desinformación en la era de la decadencia de la verdad encuentra siempre en las redes sociales el clima adecuado para propagarse
El legendario “fake news!”, que tanto ha clamado el expresidente de Estados Unidos Donald Trump contra los medios, se le giró en contra el día en el que fue víctima de un intento de asesinato mientras daba un mitin en Pensilvania. “¿Es muy retorcido pensar que lo de Trump es mentira? ¿Qué es un montaje de él?”, rezaba mi primer grupo de WhatsApp al abrir el teléfono móvil por la mañana. “¿No está preparado por él?”, preguntaban en otro chat. “Yo también lo he pensado”, bromeaba una tercera persona, que enseguida corría a decir que era imposible. Pero la idea, confesaba, se le había pasado por la cabeza.
La confusión y la desinformación en la era de la decadencia de la verdad encuentra siempre en las redes sociales el clima adecuado para propagarse. En X, en WhatsApp o en TikTok, el ataque contra Trump se transformó en una bola conspiranoica, donde solo faltó el vídeo falso de un usuario de X, confundido con el tirador, para acabar de aliñar la ensalada: “Mi nombre es Thomas Matthew Crooks. Odio a los republicanos, odio a Trump, y adivinen qué, se equivocaron de persona”. El gracioso tuitero al final se puso candado en la cuenta, pero el bulo había logrado miles de visualizaciones.
Al otro lado del ring, se apuntaron a la juerga quienes vieron en los medios tradicionales un intento de silenciar el ataque contra Trump. Se valieron de los primeros titulares de última hora, que hablaban de “aparente atentado” (EL PAÍS), “Trump evacuado después de fuertes ruidos” (The Washington Post) o “El servicio secreto saca a Trump del escenario después de que caiga” (CNN). “Solo señalar que estáis comentando 12 horas más tarde estos tuits y titulares de última hora que se publicaron a medianoche, pocos minutos después del atentado y donde seguramente no había nada más confirmado. Vamos a calmarnos”, señaló el periodista Antonio Villarreal, advirtiendo de que no se quería meter en ese “barrizal”, pero que tuiteaba casi por “prescripción facultativa”.
La conspiranoia es previa a las redes sociales, solo faltaba. Bien lo ilustra el usuario Riley Hallock, que citó un tuit del FBI en el que comunicaban que asumían la investigación de lo ocurrido con el siguiente mensaje: “¿De verdad confías en quienes investigaron el asesinato de JFK, el Watergate, los ataques del 11-S, las bombas en el maratón de Boston, el tiroteo en la discoteca de Orlando, el tiroteo en el Route 91 Harvest festival, en Las Vegas, la interferencia rusa en las elecciones de 2016, o el 6 de enero [en referencia al asalto al Capitolio de 2021]?”. Pero siempre hay, también en la oscuridad de X, un rayo de luz que ilumina el camino: “¿Déjame pensar sobre eso? Sí, confío más en el FBI que en alguien que nunca ha conocido una teoría de la conspiración que no le encante. ¡El tirador fue alguien como tú!”, le respondió una usuaria, con referencias a esa idea de que los demócratas incitaron el ataque.
Y, por supuesto, el intento de asesinato convirtió las redes en arena política, en plena campaña para las presidenciales que se celebran en noviembre en Estados Unidos. “Dejemos una cosa clara desde el principio: Donald Trump fue víctima de un tiroteo en un país al que lleva años incitando a la violencia. Trump no es ni un mártir ni un héroe, es una causa”, arremetió la usuaria Andrea Junker, autodefinida como una “voz fuerte y persistente contra el trumpismo”, en un tuit con un alcance de medio millón de personas. “Donald Trump recibió una bala por este país. Si vas a votar por alguien más, puedes irte a la mierda. Ahí es donde estoy”, contrapuso la youtuber Blaire White, con más de medio millón de seguidores. Dos posiciones contrapuestas con unas preferencias políticas igual de claras.