Horarios nocturnos

Los lectores escriben sobre las condiciones de trabajo en la hostelería, los beneficios del aburrimiento en la infancia, la decisión del Gobierno de Alpedrete de reemplazar EL PAÍS por ‘El Mundo’ en los centros de mayores, y sobre el reto de estudiar y trabajar al mismo tiempo

Ocio nocturno en el Casco Viejo de Pamplona.Jesús Diges (EFE)

No estoy de acuerdo con lo que propone la ministra Yolanda Díaz en relación al cierre de los restaurantes, pero menos aceptables son las declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Ni una ni otra hacen mención a lo importante de este asunto, que no es que sea “una locura que estén abiertos los restau...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

No estoy de acuerdo con lo que propone la ministra Yolanda Díaz en relación al cierre de los restaurantes, pero menos aceptables son las declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Ni una ni otra hacen mención a lo importante de este asunto, que no es que sea “una locura que estén abiertos los restaurantes a la una”, o que el Gobierno nos quiera “puritanos y materialistas, sin alma, sin luz y sin restaurantes”. El problema es que en muchos restaurantes no se respetan los convenios de sus empleados respecto a horas extra, nocturnidad, conciliación y salarios precarios. Convenios de los trabajadores de la industria del turismo, que alcanza un 12,8% del PIB.

José Enrique Perdomo García. Alcorcón (Madrid)

Aburrimiento por obligación

Que los niños no se aburran: es la máxima que mueve hoy a muchos padres que a sus 40 se lanzan a la aventura de la procreación. Niños hiperestimulados que van a judo, clases de inglés y flauta travesera, pero que no saben a qué jugar si les quitan la tableta. No soy yo de los supremacistas de las infancias noventeras, pero leche, qué bueno era aburrirse y tener que inventarse una etapa del Tour en un campo de arena para recorrerla con chapas en aquellos veranos tórridos de amigos analógicos. Y qué bueno dejar volar la imaginación con nuestros muñecos de los Masters del Universo. Debería ser obligatorio el aburrimiento.

Víctor Yuste Camacho. Las Rozas de Madrid

Censura

Que el Gobierno bipartito de Alpedrete (PP y Vox) haga políticas de derechas es lo lógico: es de derechas. Que intente censurar las opiniones contrarias a las de sus correligionarios mediáticos es, desde cualquier punto de vista, antidemocrático. Y hacerlo sustituyendo la adquisición histórica del diario EL PAÍS —que junto al Abc y Marca siempre ha estado a disposición de los vecinos en la Casa de Cultura Asunción Balaguer y en los centros de mayores de Alpedrete— por la del diario El Mundo es un insulto a la inteligencia de nuestros ciudadanos y una muestra más de hasta dónde es capaz de llegar la derecha para intentar censurar y manipular el pensamiento colectivo. ¿Se ha olvidado del artículo 20 de la Constitución? ¿Esa es su libertad?

Mari Luz Sancho. Madrid

Estudiar y trabajar

Los que estamos realizando una carrera y a la vez lo compaginamos con un trabajo tenemos que superar muchas dificultades. Por una parte, la falta de tiempo complica poder organizar los horarios para el estudio, la dedicación a la familia, o para tener un mínimo de vida social. Por otra, las carreras universitarias son muy caras, y hay familias que tienen varios hijos y que no pueden asumir el gasto tan importante que suponen. Por supuesto, existen las becas, aunque estas solo suelen cubrir el coste de la matrícula, no los gastos reales (transporte, material). La consecuencia es la presión psicológica que conlleva para el estudiante (estrés, ansiedad). Esta experiencia que uno empieza con mucha ilusión y motivación se convierte en un periodo del que lamentablemente no se puede disfrutar de manera plena.

Estíbaliz Sánchez. Barcelona

Más información

Archivado En