Incendio en Valencia

Los lectores escriben sobre el uso de materiales inflamables en las fachadas de los edificios, el patrimonio cultural de Badajoz, los usuarios de patinetes eléctricos que no cumplen con las normas de tráfico y sobre la exhortación a ser resilientes frente a las adversidades de la vida

Bomberos trabajan en el edificio de bloques incendiado en Valencia, este viernes.Alberto Saiz (AP/ LaPresse)

Todo parece apuntar a que el material empleado en el aislamiento de la fachada actuó como mecha imparable en el edificio incendiado en Valencia. La primera pregunta es cómo puede permitirse un material altamente inflamable en la terminación de una fachada continua. Confías e...

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Todo parece apuntar a que el material empleado en el aislamiento de la fachada actuó como mecha imparable en el edificio incendiado en Valencia. La primera pregunta es cómo puede permitirse un material altamente inflamable en la terminación de una fachada continua. Confías en que todo lo que afecta a la arquitectura se haya sometido a estrictos controles y ensayos, hasta que un día descubres que tu casa es tan frágil como la del cuento de Los tres cerditos. Entiendo que en el siniestro del inmueble del barrio de Campanar han confluido factores ambientales que han facilitado la combustión, pero sin un acelerante como los paneles sintéticos la tragedia podría haberse evitado. Supongo que ahora toca corregir errores, incluso con carácter retroactivo, y obligar al uso de materiales ignífugos en las edificaciones.

Gonzalo de Miguel Renedo. Logroño

Badajoz, una ciudad infravalorada

Vivo en París y uno de mis placeres, cada vez que regreso a España de vacaciones, es pasearme por las calles de Badajoz. Y mientras observo los singulares edificios de su casco antiguo, reflexiono sobre lo infravalorada que está y lo desconocida que es cuando se trata de una ciudad con mucho potencial, que cuenta con un interesante legado andalusí, así como con un rico patrimonio: una extensa alcazaba, hermosas plazas, diversos espacios expositivos, rincones que nos transportan a siglos pasados o sublimes torres, como la Giralda. Quizás durante años no hemos sabido venderla suficientemente bien.

Miguel Pozo Merino. París (Francia)

Cumplir las normas de tráfico

El otro día vi a alguien en patinete cumpliendo con las normas de tráfico y del sentido común. Estuve a punto de pararlo para felicitarlo porque hay muchos usuarios de estos vehículos que circulan incumpliéndolas: van por zonas peatonales, por direcciones prohibidas, con dos usuarios montados sin protección alguna (incluso adultos con menores de edad), con velocidades excesivas... Si queremos que el número de accidentes provocados por los patinetes no se incremente, las autoridades competentes deberían tomarse más en serio este asunto.

José Miguel Grandal López. Los Alcázares (Murcia)

La ley del más fuerte

En la actualidad, se habla muchísimo de los perfiles profesionales “resilientes”, palabra que proviene de un contexto tal vez ingenieril, y que de repente se adopta para definir cualidades de las personas. En internet encuentras que “la resiliencia es la capacidad de adaptarse a situaciones difíciles”. Pues bien, en algunos casos la adaptación se ha de dar sí o sí. Si no, malo. Parece que enfrentarte a leones, lanzarte a lo desconocido o sumergirte en arenas movedizas es algo positivo, cuando lo que haces es sobrevivir porque alguien, o algo, te ha empujado por la espalda. ¿No es mejor dejar que todo sea un poquito más fácil y adaptable a las personas? Necesitamos más mecanismos y más empatía, y menos batallas, que parece que si no pasas por un campo de minas no te dan premio.

Belinda Pelaz. Galdakao (Bizkaia)




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