Medio siglo

Yo estoy ya en el nivel de hacer el lobo en cuanto me preguntan cuánto tiempo ha pasado de tal o cual suceso como el atentado contra Carrero Blanco

Socavón en la calle de Claudio Coello de Madrid por la explosión contra el coche de Carrero Blanco, el 20 de diciembre de 1973.EFE

¿Quieres oír a la abuelita imitar al lobo? Abuela. ¿Cuánto hace de...? ¡Uuuuhhhhh...! Yo estoy ya en el nivel de hacer el lobo en cuanto me preguntan cuánto tiempo ha pasado de tal o cual suceso que subjetivamente creo que ocurrió ayer mismo. Verbigracia, el atentado contra Carrero Blanco: 50 años, medio siglo ya, uuuuhhhhh... Salí de casa con mi padre y nos despedimos en el portal: él poquito a poco fue hacia la iglesia de la calle Maldonado dónde solía oír misa, yo, hacia la parada del 61 en Diego de ...

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¿Quieres oír a la abuelita imitar al lobo? Abuela. ¿Cuánto hace de...? ¡Uuuuhhhhh...! Yo estoy ya en el nivel de hacer el lobo en cuanto me preguntan cuánto tiempo ha pasado de tal o cual suceso que subjetivamente creo que ocurrió ayer mismo. Verbigracia, el atentado contra Carrero Blanco: 50 años, medio siglo ya, uuuuhhhhh... Salí de casa con mi padre y nos despedimos en el portal: él poquito a poco fue hacia la iglesia de la calle Maldonado dónde solía oír misa, yo, hacia la parada del 61 en Diego de León para ir a la Facultad. Camino del autobús advertí que había olvidado unos apuntes y me volví al trote. De nuevo me encontré con papá, que también volvía. “Pero, ¿cómo? ¿Ya acabó la misa?”. Se encogió de hombros, algo desconcertado: “No sé, parece que han volado la iglesia”. Así me enteré de la explosión que le costó la vida a Carrero y sus acompañantes.

Por entonces había gente de izquierdas (muchos, no uno ni dos) partidarios del terrorismo para derrocar al Estado capitalista. No es que les gustara la violencia, pero hay que hacer de necesidad virtud, ya saben. Estaba el gran teórico Toni Negri (Leonardo Sciascia imitaba con gracia sus precauciones para no tropezar por descuido en el tren con su maleta supuestamente explosiva), Alfonso Sastre y la ultra Eva Forest (sí, sí, ultra, diga lo que quiera el libro de estilo). Gente inepta pero peligrosa, como el clásico chimpancé con ametralladora. Lo dije entonces y, cosa rara, creo que fui el único o de los pocos. En la Sorbona discutí sobre el tema con Lyotard, que consideraba lo de Carrero una hazaña. Le dije que era una acción militar y que España necesitaba civiles democráticos, no más militares. Caray, estuve contra marxistas y posmodernos hace ya medio siglo. ¡Uuuuuhhhh...!

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