ANATOMÍA DE TWITTER

Jack Lemmon y el vampiro Pinochet

El actor protagoniza una insospechada tendencia en X con motivo de su inmortal interpretación del padre de un periodista estadounidense desaparecido tras el golpe de Pinochet en la película ‘Missing’

Jack Lemmon y Sissy Spacek, en una imagen de 'Missing', de Costa Gavras.

Unos vecinos tenían uno de aquellos primeros vídeos, un mamotreto, que bien podría ser atrezo de Star Trek. De vez en cuando organizaban una sesión nocturna de cine y convocaban a unos cuantos en su casa de la playa. El criterio de elección era muy amplio, siempre y cuando la película prometiera un poco de acción. Una noche pusieron Missing, el filme sobre el go...

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Unos vecinos tenían uno de aquellos primeros vídeos, un mamotreto, que bien podría ser atrezo de Star Trek. De vez en cuando organizaban una sesión nocturna de cine y convocaban a unos cuantos en su casa de la playa. El criterio de elección era muy amplio, siempre y cuando la película prometiera un poco de acción. Una noche pusieron Missing, el filme sobre el golpe de Estado de Pinochet en el que un padre estadounidense, cristiano practicante de clase media, viaja a Chile en busca de su hijo, periodista, desaparecido. Jack Lemmon interpreta al padre. Recuerdo la tensión contenida durante aquella proyección de la impactante película, pero sobre todo no me olvido del comentario de uno de los asistentes cuando acabó: “Eso le pasa por meterse donde no le llaman”.

La película de Costa Gavras, de 1982, ya es un clásico y ha fijado en el imaginario colectivo la violencia criminal de un golpe de estado, de los desaparecidos, del ominoso uso de los estadios de fútbol. TVE la emitió el pasado lunes, 11 de septiembre, con motivo del 50 aniversario de la muerte del presidente democrático de Chile, el socialista Salvador Allende, y provocó que Jack Lemmon, fallecido en 2001, se convirtiera en insospechada tendencia por unas horas en X (antes Twitter). “El cambio de expresión facial y corporal de #JackLemmon al comprobar que el gobierno USA no está al servicio de sus ciudadanos, es la mejor representación de la pérdida de la “inocencia”, escribe un tuitero. “Reconozco que fue una de las películas que más me marcó y más mala baba me sacó (lloré la primera vez que la vi). Es un peliculón de tal calibre que es de las veces que el cine sí tiene sentido y fue inventado para rodar estas películas. Y lo de Jack Lemmon son palabras mayores”, afirma otra.

También hay palabras de elogio para una extraordinaria Sissy Spacek que encarnaba a la pareja del periodista al que se le ocurrió meterse donde no le llamaban, pero Lemmon se lleva la palma. La película ganó el festival de Cannes y el actor se llevó el premio al mejor actor. Ahora, el cineasta chileno Pedro Larraín ajusta cuentas presentando a Pinochet como un vampiro en su última película El conde.

Hay algo de mitomanía y de nostalgia. Pero lo cierto es que Lemmon bordó personajes inmortales como el desgraciado C. C. Baxter de El apartamento, antagonista del machirulo, del jefe que se llevaba a la currita (Shirley MacLaine) a la casa del primero. Un personaje que ahora ha sido ponderado de rebote en las redes, saturadas de comentarios a propósito del 11 de septiembre, una fecha muy señalada y no solo por el ataque de las huestes terroristas de Bin Laden a las torres gemelas de Nueva York en 2001 o el golpe de Estado en Chile en 1973.

Hay preguntas recurrentes que sirven unas veces para animar una conversación y otras para desanimarse, pero siempre dan juego. ¿Dónde estabas aquel día? Las fechas no son inamovibles, pero algunas son inevitables. En España funciona (o funcionaba) con el 23F, por ejemplo; en el ámbito internacional, con el 11-S, referido principalmente al 11 de septiembre de 2001. La escritora y periodista Emma Vallespinós alude de alguna manera a ello en su cuenta de X: “Un día eres joven y al siguiente el compañero de trabajo que se sienta a tu lado te dice: ‘Yo el 11S tenía un año”. “O estáis comiendo con la familia y explicando dónde nos pilló a cada uno y tu cuñada dice que a ella le faltaban dos días para nacer. Nunca me sentí más vieja y eso que yo puedo decir casi lo mismo del golpe de estado de Tejero y lo decía en las comidas familiares también”, apunta una de las numerosas réplicas a partir de un 11 de septiembre que se asocia también a un actor del que Billy Wilder dijo que trabajar con él era “la felicidad”.

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