La India en el sur de la Luna

Narendra Modi exhibe el logro de su país, que supone un avance para llegar a Marte, para pisar fuerte en la escena internacional

Ciudadanos indios celebraban el día 23 en el Centro de Tecnología y Ciencia de Tamil Nadu el alunizaje de la misión 'Chandrayaan-3'.IDREES MOHAMMED (EFE)

El polo sur de la Luna ha recibido en los últimos días dos visitas no tripuladas con desenlaces muy distintos. El 19 de agosto, la misión rusa Luna 25 se estampó contra el duro suelo de nuestro satélite debido a un error de cálculo en la maniobra de alunizaje. Rusia se unía a sí a la lista creciente de fracasos ...

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El polo sur de la Luna ha recibido en los últimos días dos visitas no tripuladas con desenlaces muy distintos. El 19 de agosto, la misión rusa Luna 25 se estampó contra el duro suelo de nuestro satélite debido a un error de cálculo en la maniobra de alunizaje. Rusia se unía a sí a la lista creciente de fracasos —la israelí Beresheet, la india Chandrayaan-2, la japonesa Hakuto-R— que han caracterizado el arranque de la nueva carrera lunar emprendida por las agencias espaciales de medio mundo a 50 años de la llegada de la humanidad a la Luna. Pero una nueva misión no tripulada de la Organización India de Investigación Espacial (ISRO), Chandrayaan-3, logró alunizar en el polo sur el miércoles pasado, en lo que supone un doble hito. Es la primera vez que un país distinto de Estados Unidos, la Rusia soviética y China posa un artefacto en nuestro satélite. Y es la primera nave que lo hace en la región del polo sur, donde los científicos predicen que hay abundantes depósitos de hielo. Y el agua es un recurso de valor creciente no solo en la Tierra, sino también en la Luna.

La idea a largo plazo es convertir la Luna en una lanzadera para llegar a Marte y a otros lugares del Sistema Solar. La mayor parte del coste de un viaje espacial se debe a la necesidad de escapar de la gravedad terrestre. Bajo la exigua gravedad lunar, el despegue resulta casi un juego de niños. Lo mismo vale para construir una estación espacial que no orbite alrededor de la Tierra, como la actual, sino alrededor de la Luna. Y un factor clave es que el combustible para las misiones a Marte se fabrique en la propia Luna, porque llevarlo desde la Tierra es inviable. El agua del polo sur lunar será la fuente de ese combustible. Los cálculos de las agencias espaciales muestran que se puede aprovechar la luz solar para descomponer el agua del polo sur lunar en hidrógeno y oxígeno, dos excelentes combustibles. De ahí a Marte solo hay un paso.

Tras presenciar en directo el alunizaje de Chandrayaan-3, el primer ministro indio, Narendra Modi, declaró que el éxito pertenecía a toda la humanidad, pero enseguida lo interpretó como “el grito de victoria de una nueva India”. La tecnología exhibida en el alunizaje es un prodigio de la ingeniería que solo está al alcance de un gran país, y Modi quiere presentarlo como un aval de su emergente liderazgo internacional. El cuarto país del mundo que se ha posado con éxito en la Luna quiere ser un actor en el inestable panorama geopolítico. No es casual que Modi celebrara su éxito lunar en Johanesburgo, donde asistía a una cumbre de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), un grupo que crecerá pronto hasta abarcar el 46% de la población mundial. Para entender la carrera lunar, miremos a la Tierra.

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