¿Quién tiene miedo a los debates?
Los debates son un problema para quien se ve delante en la carrera electoral: si no vas parece que te tiemblan las piernas y si vas, te juegas perder la ventaja
Les voy a contar un cuento. A los periodistas nos encantan los debates políticos. Pocos países tienen tantas tertulias políticas, que ya aparecen hasta en programas de entretenimiento. Los debates por excelencia son los que protagonizan los candidatos a la presidencia del Gobierno. Se dan tan pocas veces y son tan imprevisibles que pueden tener efectos electorales. Por eso son un problema para quien se ve por delante en la carrera electoral. Si no vas parece que te tiemblan las piernas y en Twitter te llaman cagao. Con razón, pero a nadie le gusta que le llamen así. Si vas te juegas per...
Les voy a contar un cuento. A los periodistas nos encantan los debates políticos. Pocos países tienen tantas tertulias políticas, que ya aparecen hasta en programas de entretenimiento. Los debates por excelencia son los que protagonizan los candidatos a la presidencia del Gobierno. Se dan tan pocas veces y son tan imprevisibles que pueden tener efectos electorales. Por eso son un problema para quien se ve por delante en la carrera electoral. Si no vas parece que te tiemblan las piernas y en Twitter te llaman cagao. Con razón, pero a nadie le gusta que le llamen así. Si vas te juegas perder la ventaja. Por eso Pedro Sánchez pidió seis debates con Alberto Núñez-Feijóo y por eso el candidato del Partido Popular se hace el loco y solo acepta uno y no en RTVE sino en los medios del grupo Atresmedia, para jugar en casa y con árbitro amigo.
Los medios que ahora deben defender la postura de Feijóo se mueven en la contradicción. Quieren debates porque atraen toda la atención pública pero no quieren que su candidato se rompa los dientes. A los que defienden a Sánchez les da igual porque de perdidos al río y porque piensan que el presidente se va a comer al aspirante como se comió a las hormigas.
Esta situación hace que los medios progresistas lo tengan chupado. ¡Debate, debate! Nada que perder, todo por ganar. Agitprop y movilización electoral. Audiencia por las nubes. Los medios conservadores y los del más allá reaccionario viven en un mar de dudas. No pueden decir que debatir es malo porque sería quedar como cafres (aunque mejor cafre que cagao), pero tienen que buscar excusas para defender que no se debata mucho.
Abc editorializaba la semana pasada que “sería el momento de regular oficialmente la obligatoriedad de debates electorales. Los ciudadanos tienen derecho”. Le parece bien que se regule su obligatoriedad, así en general, pero es incapaz de pedir a Feijóo que acuda a debates.
El Mundo no ha editorializado al respecto pero su anterior jefe de Opinión, Jorge Bustos, escribió en Twitter: “El precio de una entrevista a Pedro (¿serán amigos en la intimidad?) es dejarle girar en su noria de trolas. En los debates será lo mismo. Así las cosas, es para pensarse si merece la pena darle espacio”. Lo dijo cuando Feijóo no había aceptado el duelo en Atresmedia. ¿Y si quien necesita pañales no es el candidato popular?