Hay alguien excavando para ti

Se amontonan muchísimas buenas noticias ahora que se acerca el Día del Libro

Una librería de Madrid.Samuel Sánchez

El periodismo tiene la costumbre de dar malas noticias; y el reproche generalizado que recibimos los profesionales es por qué no damos las buenas. Por qué todo son escándalos, muertes, guerras, desastres. Sin profundizar hoy en la respuesta, que se resume rápidamente en ese no news, good news que vale tanto para los hijos cuando viajan como para los periódicos, diremos que también hay buenas noticias. Muchísimas buenas noticias. Vamos a hablar de ellas.

Una de las alegrías de estos tiempos es comprobar cómo los libros no se derrumban en esta era frenética de imagen, prisa y visua...

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El periodismo tiene la costumbre de dar malas noticias; y el reproche generalizado que recibimos los profesionales es por qué no damos las buenas. Por qué todo son escándalos, muertes, guerras, desastres. Sin profundizar hoy en la respuesta, que se resume rápidamente en ese no news, good news que vale tanto para los hijos cuando viajan como para los periódicos, diremos que también hay buenas noticias. Muchísimas buenas noticias. Vamos a hablar de ellas.

Una de las alegrías de estos tiempos es comprobar cómo los libros no se derrumban en esta era frenética de imagen, prisa y visualización, sino que solo han multiplicado los canales para llegar al lector. Este es hoy un tema de debate tan habitual como lo han sido las series y las plataformas: ¿dónde leemos? ¿Cómo leemos u oímos los libros? ¿En qué formato? ¿Cuándo? ¿Por qué? Los libros están en la conversación porque los necesitamos y porque las posibilidades se han actualizado. Yo confieso que me acuesto muchas veces con Un libro, una hora, un podcast esplendoroso sobre la buena literatura. También confieso que, cuando viajo o voy en metro, leo en formato electrónico, especialmente en una app del móvil que me aísla de los mensajes de texto. Y que todo eso convive con lo que exhiben los libreros, sin duda la mejor vía del mundo. Otros añaden las bibliotecas. ¿Ven cuántas buenas noticias?

Se acerca el Día del Libro, arrancan las ferias en todas las ciudades, llega Sant Jordi y siguen las buenas noticias. Es hora de saber una cosa: como los arqueólogos descubren restos tartésicos que cambian el relato de la historia o nuevas necrópolis romanas en el corazón de París, también los autores estamos excavando en busca de hallazgos que nos permitan saber más de nosotros mismos. Y, por el camino, divertirnos.

Ahí está La bajamar, un libro con el que Aroa Moreno nos enseña que se puede escribir aún mejor de lo que creíamos. Ahí están Los elegidos, en la que Nando López excava en los perfiles de quienes se resistieron a ser amordazados en la dictadura; los nuevos relatos de Manuel Gutiérrez Aragón en Oriente; Chatarra, que es el debut recuperado de Daniel Ruiz, o Falsa liebre, el de Fernanda Melchor; o Los silencios de la libertad, el nuevo libro de mi compañero Guillermo Altares, tan prometedor como lo fue el anterior.

Estos son solo algunos recientes o que se agolpan en mi mesita. En las librerías y en los stands de las ferias hay cientos para elegir. Solo tenemos que celebrar que tanta gente aplicada excave para que aprendamos más. A disfrutarlo.

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