Acuerdo para Irlanda del Norte

La negociación entre Londres y Bruselas para normalizar las relaciones entre ambos lados del canal de la Mancha asume la necesidad de gestionar mejor el Brexit

El primer ministro británico, Rishi Sunak, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, en el anuncio del acuerdo de copperación el 27 de febrero en Windsor, Inglaterra.Dan Kitwood (AP)

La presidenta de la Comisión Europea y el primer ministro del Reino Unido presentaron juntos el pasado lunes un intento de acuerdo para poner solución al asunto que más ha envenenado las relaciones entre ambos lados del canal de la Mancha en los últimos dos años: el Protocolo de Irlanda del Norte.

Boris Johnson, en su afán por acelerar la firma de su anhelado Brexit, ...

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La presidenta de la Comisión Europea y el primer ministro del Reino Unido presentaron juntos el pasado lunes un intento de acuerdo para poner solución al asunto que más ha envenenado las relaciones entre ambos lados del canal de la Mancha en los últimos dos años: el Protocolo de Irlanda del Norte.

Boris Johnson, en su afán por acelerar la firma de su anhelado Brexit, aceptó que Irlanda del Norte continuara dentro del espacio aduanero y normativo de la Unión Europea. E intentó engañar a los partidos unionistas de ese territorio británico y convencerles de que no iban a tener que aplicar leyes distintas de las que se aplicarían en el resto del Reino Unido.

Los problemas que trajo consigo el protocolo fueron de índole política y práctica. Las empresas que transportaban mercancía desde Gran Bretaña (Inglaterra, Escocia y Gales) a Irlanda del Norte, o viceversa, sin ánimo de salir de territorio británico, estaban obligadas a superar unos controles aduaneros o sanitarios que complicaban y encarecían su tarea. La comunidad unionista, escarmentada por anteriores episodios en la historia, consideró el protocolo una nueva traición de Londres y el Partido Demócrata Unionista lleva más de un año bloqueando el normal funcionamiento de las instituciones del Gobierno autónomo.

Rishi Sunak y Ursula von der Leyen decidieron sellar el nuevo acuerdo en la histórica ciudad inglesa de Windsor, y bautizarlo como el Windsor Framework (Acuerdo Marco de Windsor). Ambos lo presentaron como la oportunidad de dejar atrás años de enfrentamiento y rencor, y abrir un nuevo capítulo en las relaciones entre el Reino Unido y la UE. Son cientos de páginas de documentos legales con los que se pretende solucionar los problemas derivados del protocolo. “Líneas verdes” y “líneas rojas” para distinguir las mercancías que no salen del espacio británico y aquellas cuyo destino es un país de la UE, con el propósito de facilitar la vida a los empresarios y ciudadanos norirlandeses y preservar a la vez el preciado mercado interior comunitario.

Sunak ha sabido usar la diplomacia, el sentido común y la buena voluntad. Todo depende ahora de la actitud de los unionistas, que se han dado un plazo para estudiar el acuerdo. Si deciden rechazarlo y seguir adelante con su boicot, Sunak tendrá que sopesar si sigue adelante con el acuerdo, a costa de nuevas divisiones en su partido. Cuenta con el voto de apoyo de la oposición laborista, pero sobre todo con el consenso general de economistas, empresarios y gran parte de la opinión pública de que el Brexit ya no puede ser un arma política sino una realidad que, respaldada o no, debe comenzar a ser bien gestionada.

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