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Cuando pienso en Endesa me llama Endesa y cuando pienso en Legalitas me llama Legalitas, pero es gente que llama mucho. Lo que yo buscaba era una corazonada

Un hombre habla por teléfono.UNSPLASH

Me estaba acordando de un amigo cuando sonó el teléfono y, sorprendentemente, no era él. Era otro en el que no pensaba desde hacía un año o dos. Y no quería nada, solo recordarme que existía. Hablamos unos minutos y nos deseamos feliz año. Tras colgar, volví a pensar intensamente en el amigo anterior. Enseguida, volvió a sonar el teléfono y tampoco era él, lo que me produjo una decepción profunda. Me gusta que las cosas encajen y tuve la impresión de que estaba todo desencajado. Calculé entonces la posibilidad de que alguien estuviera pensando en mí para llamarle yo y provocar de este modo una...

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Me estaba acordando de un amigo cuando sonó el teléfono y, sorprendentemente, no era él. Era otro en el que no pensaba desde hacía un año o dos. Y no quería nada, solo recordarme que existía. Hablamos unos minutos y nos deseamos feliz año. Tras colgar, volví a pensar intensamente en el amigo anterior. Enseguida, volvió a sonar el teléfono y tampoco era él, lo que me produjo una decepción profunda. Me gusta que las cosas encajen y tuve la impresión de que estaba todo desencajado. Calculé entonces la posibilidad de que alguien estuviera pensando en mí para llamarle yo y provocar de este modo una sincronicidad alentadora, pero no se me ocurrió quién, excepto Vodafone, que de vez en cuando se acuerda de mí para venderme algo. Por cierto, que en ese instante vibró el móvil y se trataba, en efecto, de Vodafone, pero no lo consideré una coincidencia significativa. También cuando pienso en Endesa me llama Endesa y cuando pienso en Legalitas me llama Legalitas, pero es gente que llama mucho. Lo que yo buscaba era una corazonada.

Como el amigo en el que continuaba pensando no daba señales de vida, decidí telefonearle yo. Descolgó enseguida y le pregunté si no había notado nada. ¿Nada de qué?, dijo. No sé, respondí, como si tuvieras de repente la necesidad de hablar conmigo. Dudó unos instantes y aseguró que no. Estaba en el supermercado, haciendo una compra especial porque tenía mucha gente para cenar en Año Viejo. Me molestó no estar entre sus invitados, pero fingí que me daba lo mismo. Al despedirnos, se me ocurrió que quizá había pensado en él porque intuía que estaba organizando para el día 31 una fiesta de la que me había excluido. Ahí había una sincronicidad, lo que me produjo cierto alivio.

No obstante, me supo a poco y decidí pensar en TotalEnergies, de donde enseguida me llamaron para hacerme una oferta.

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