Cartel indignante

Los lectores opinan sobre una valla publicitaria considerada machista, la sanidad pública, el abandono de la política a favor de la mercadotecnia y las mascarillas

Cartel publicitario de una bodega del Bierzo denunciada por el Ministerio de Igualdad.ana f. barredo (EFE)

Hace unos días, el Ministerio de Igualdad pidió a una bodega del Bierzo que retire una valla publicitaria en Ponferrada por considerarla sexista. Cuando vi el cartel, pensé en lo poco que hemos evolucionado, recordando aquellos de los años ochenta en los que aparecían culos de chicas en pompa, tomando el sol, con un hombre al lado leyendo un libro y el patético eslogan de “España bajo el sol”. Aquello fue corregido, y creí que a estas alturas estaba ya superado, pero no. Lo peor es que ha salido el autor del cartel ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Hace unos días, el Ministerio de Igualdad pidió a una bodega del Bierzo que retire una valla publicitaria en Ponferrada por considerarla sexista. Cuando vi el cartel, pensé en lo poco que hemos evolucionado, recordando aquellos de los años ochenta en los que aparecían culos de chicas en pompa, tomando el sol, con un hombre al lado leyendo un libro y el patético eslogan de “España bajo el sol”. Aquello fue corregido, y creí que a estas alturas estaba ya superado, pero no. Lo peor es que ha salido el autor del cartel diciendo que la petición de Igualdad es una intromisión en el arte y una falta de inteligencia, encontrando ridícula la llamada de atención del ministerio que acabó retractándose. Utilizar el culo de una mujer para vender vino, adornado de ridículos corazoncitos, mientras tres amigotes beben vino es, sencillamente, indignante. El “artista” defiende que es una oda a la belleza de la mujer, a la naturaleza y a la felicidad, en un conjunto romántico que dan ganas de vomitar.

Celia Rodríguez Martínez. Salamanca

Apoyar a los sanitarios

Hace unos días, sufrí un accidente de montaña no grave en la sierra de Madrid. Tras una infructuosa búsqueda de un centro de salud en los pueblos de la bien llamada sierra pobre, mis amigos me llevaron al único lugar con centro de salud en los alrededores: La Cabrera. Ahí fui magníficamente atendido por una extraordinaria profesional de enfermería. Por suerte, mis heridas no requerían de un médico, en ese centro inexistente: habría sido trasladado a otro. Sirva este testimonio de modesto apoyo y reconocimiento a nuestros imprescindibles sanitarios, a su excelente profesionalidad, y a la sanidad pública madrileña, pésimamente gestionada por unos políticos incompetentes.

Javier Gimeno Perelló. Madrid

¿Qué fue de la política?

A veces creo que en las instituciones no tenemos cargos públicos conscientes de su responsabilidad, sino unos influencers adolescentes ávidos de seguidores. Entre cualquier glamuroso photocall y el desfile de discursos a las puertas del Congreso por el Día de la Constitución cada vez veo menos diferencias y me parece muy preocupante. Reconocer un error, aceptar que una propuesta ajena es buena o ceder para acordar, es decir, la política de verdad, se ha sustituido por el marketing. Un abandono de la política que nos puede salir muy caro a todos.

Noemí Felipe Santos. El Rosario (Tenerife)

Mascarillas inútiles

¿Por qué las mascarillas siguen siendo obligatorias? Hace más de un año, su uso quedó reducido exclusivamente a los centros sociosanitarios y al transporte. Como persona que cada mañana coge varios autobuses para poder desplazarme hasta mi centro de trabajo, veo que esta “obligación” tiene cada vez menos sentido cuando el aforo del transporte es ilimitado, lo que conduce a que el espacio personal desaparezca por completo. ¿A quién estoy protegiendo? Desgraciadamente, esta situación va para largo porque, claro, a un par de meses de que comience el circo y el caos de las elecciones, ¿quién es el listo que se atreverá a cambiarlo?

Marta Eugenia Rodríguez. Las Palmas (Gran Canaria)

Más información

Archivado En