Autodefensa armada LGTBI

Una asociación estadounidense que reivindica el uso “inclusivo y seguro” de las armas acude a actos, como un taller trans, para proteger a sus participantes de las amenazas de la extrema derecha

Flores y recuerdos en memoria de las víctimas del Club Q de Colorado Springs, en una imagen del martes.ISAIAH DOWNING (REUTERS)

El pasado sábado, se organizó un taller de lecturas trans en Denton (Colorado). Grupos de extrema derecha y los Proud Boys (organización neofascista y supremacista blanca) querían reventar el acto. “Pero, una vez más, activistas proLGTBIQ+ se presentaron armados para defender el taller”, cuenta el historiador ...

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El pasado sábado, se organizó un taller de lecturas trans en Denton (Colorado). Grupos de extrema derecha y los Proud Boys (organización neofascista y supremacista blanca) querían reventar el acto. “Pero, una vez más, activistas proLGTBIQ+ se presentaron armados para defender el taller”, cuenta el historiador Jaime Caro en su cuenta de Twitter. Aporta imágenes: por una parte, de la protesta en defensa de los “valores tradicionales” y de algunos de sus participantes, ataviados con ropa militar de camuflaje, y, por otra, de varias personas con armas de fuego y chalecos antibalas rodeadas de banderas y activistas LGTBIQ+. “No es la primera vez. Este agosto pasó lo mismo en otra ciudad tejana, cada vez hay más presencia de grupos de autodefensa LGTBIQ+”, añade.

Caro, doctor en Historia Contemporánea por la Autónoma de Madrid y especialista en la historia del socialismo estadounidense, incide en que los defensores armados de Denton llevaban identificaciones de la Socialist Rifle Association, una entidad sin ánimo de lucro “dedicada a educar y abogar por todos los aspectos de la autodefensa y la defensa comunitaria”. “Buscamos, defendemos y promovemos una cultura de armas de fuego inclusiva, segura y saludable en Estados Unidos para combatir la cultura de armas de fuego tóxica, derechista y excluyente que existe hoy en día”, precisa la asociación en su web.

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El primer tuit sobre el asunto tiene fecha del pasado 20 de noviembre, cuando se celebra el Día Internacional de la Memoria Transexual en memoria del asesinato de la mujer trans Rita Hester en 1998. Por ello, se organizaron diversos actos en EE UU tanto la víspera como ese mismo día. Uno de ellos se celebraba en el club Q, refugio de la comunidad LGBTIQ de Colorado Springs. Allí, un hombre entró el sábado por la noche mató a cinco personas y dejó heridas a otras 18, antes de que la policía lo detuviese. Dos clientes del club se enfrentaron al atacante y consiguieron reducirle. En 2016, un hombre abrió fuego y asesinó a 49 personas en una discoteca gay de Orlando (Florida).

Los tuits del historiador han despertado numerosos comentarios en España. Alfredo González-Ruibal, arqueólogo y responsable de la interesante cuenta Guerra en la Universidad, con más de 106.000 seguidores, afirma: “Una de las circunstancias que hacen posible el estallido de una guerra civil es la socialización de las armas. Y no se da en Occidente. Salvo en EE UU”.

Las reacciones son de diversa índole, entre el asombro y la comprensión, si bien la mayoría revela la perplejidad ante la presencia natural de armas en EE UU: “A mí esto me parece peligrosísimo. El paramilitarismo aparece donde el Estado no llega. Al final se liará”. “Si se lía no será por culpa de estos activistas armados, su intención no es otra que la de defenderse (evidentemente al Estado no le apetece defenderles, no es que no pueda, es que no quiere)”. “Ese país ha llegado a un grado de militarización de la población muy preocupante… y en algún momento va a estallar con numerosos bandos enfrentados entre sí en un caos explosivo”. “Por una parte pienso, jajaja se habrán meao encima al ver el recibimiento. Por otra parte pienso, joder, qué país da miedo”. “El ojo por ojo, se les va de la mano a los dos lo de seguir los preceptos de la Biblia”. “Más que ojo por ojo es precaución, si los de derecha quieren venir a amenazar con armas entonces se debe mostrar que la gente va a defenderse; es una mierda yep, pero es usar las herramientas del sistema contra él”.

El año pasado murieron víctimas de heridas de bala unas 25.000 personas —una media de 65 diarias— en todo EE UU.

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