Récord en barbaridades

Los lectores opinan sobre la comparación que hizo Ayuso entre el Gobierno de Sánchez y la dictadura en Nicaragua, la adicción de los jóvenes a las redes sociales, el delito de sedición, y sobre la destrucción de la sanidad pública en Madrid

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.Chema Clares (gtresonline)

La presidenta de la comunidad de Madrid bate récords de barbaridades casi a diario con declaraciones provocadoras, insultos a todo lo se mueve en la oposición... en fin, una exhibición continua de su imagen y una práctica que sigue al dedillo. Como todo tiene un límite, aunque sea para Isabel Díaz Ayuso, esta vez ha cruzado la penúltima raya roja: ha dicho que el Gobierno y Pedro Sánchez quieren meter a la oposición en la cárcel y convertir España en otra Nicaragua. No es este el camino. Los madri...

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La presidenta de la comunidad de Madrid bate récords de barbaridades casi a diario con declaraciones provocadoras, insultos a todo lo se mueve en la oposición... en fin, una exhibición continua de su imagen y una práctica que sigue al dedillo. Como todo tiene un límite, aunque sea para Isabel Díaz Ayuso, esta vez ha cruzado la penúltima raya roja: ha dicho que el Gobierno y Pedro Sánchez quieren meter a la oposición en la cárcel y convertir España en otra Nicaragua. No es este el camino. Los madrileños necesitamos a alguien que no destruya la sanidad pública, que no siembre la discordia, que no olvide de que es la presidenta de todos y que todos pagamos su sueldo y su posición de privilegio; alguien que no privatice y destruya algo tan esencial como la citada sanidad. La soberbia de la que hace gala Ayuso está convirtiendo Madrid en un lugar inhóspito y desagradable. Alguien tendrá, por el bien de todos, que parar los pies a esta señora que se ha convertido en un grano en salva sea la parte para todos los madrileños, incluidos los votantes del Partido Popular.

Ángel Villegas Bravo. Madrid

Un cambio digital

Es necesario que los jóvenes cambien la adicción audiovisual que sufren. Nada bueno puede salir del enganche a las redes sociales, la nueva esclavitud del siglo XXI. En el caso de los influencers, la información sale filtrada por la heroificación que se les hace, de forma que todo lo que sale de ellos es religiosamente aceptado y copiado. La voluntad individual y social necesita de fuertes arraigos y convicciones personales, no en decretos de las redes sociales que atontan a nuestros adolescentes. Hay que cambiar esta tendencia peligrosa, pues los valores que el adolescente integre y haga suyos en esta difícil época lo serán para siempre.

Luis Mariano Moreno Ecija. Getafe (Madrid)

Delito de desórdenes

Solo desde un voluntarismo difícil de entender puede considerarse que el delito de desórdenes públicos, según la redacción incluida en la propuesta de supresión del delito de sedición, puede sustituir —aun con menos penas—, los hechos tipificados como sedición. En el tipo penal del delito de desórdenes propuesto se explicita que la alteración producida ha de ser “con el fin de atentar contra la paz pública”. ¿Es esta la finalidad con la que se produjeron los hechos del procés?, ¿es esta la finalidad de una eventual repetición de esos hechos? Un proceso de independencia tiene esa específica y singular finalidad, no la de alterar la paz pública.

Francisco Javier Martínez Hornero. Barcelona

Otro modelo sanitario

La huelga indefinida de profesionales sanitarios de las urgencias de atención primaria en Madrid y en Cantabria, es solo la punta del iceberg de una revolución sanitaria nacional. Un conflicto sin resolver que está destrozando vocaciones, carreras profesionales, familias, en definitiva, personas que han dedicado gran parte de su vida a formarse para poder atender de la mejor manera posible a los pacientes. El maltrato persistente hacia los profesionales sanitarios es incomprensible. Únicamente podría entenderse desde el desconocimiento más absoluto de la atención primaria. Se necesita urgentemente un cambio de modelo de la atención primaria en este país, de calidad, que de seguridad al paciente y a los profesionales sanitarios.

Begoña Rodríguez. Madrid

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