El PP responde con ETA

El principal partido de la oposición impugna toda la acción de Gobierno, instrumentaliza la lucha contra el terrorismo y elude el debate económico

La portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, junto al presidente de su partido, Alberto Núñez Feijóo en el debate sobre el estado de la nación este martes en el Congreso.Foto: LUIS SEVILLANO | Vídeo: EPV

El diagnóstico y las nuevas propuestas del presidente del Gobierno en el debate del estado de la nación no encontraron eco en el principal partido de la oposición. El PP optó por la impugnación de toda la acción del Gobierno e ignoró las medidas planteadas por Pedro Sánchez. En un co...

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El diagnóstico y las nuevas propuestas del presidente del Gobierno en el debate del estado de la nación no encontraron eco en el principal partido de la oposición. El PP optó por la impugnación de toda la acción del Gobierno e ignoró las medidas planteadas por Pedro Sánchez. En un contexto de inflación desbocada mundial y una reordenación del mercado energético global por la guerra de Ucrania, el PP se limitó a señalar que el problema es Pedro Sánchez. El primer debate del estado de la nación en siete años, y en una coyuntura absolutamente extraordinaria, se transformó en una sesión más de control al Gobierno.

En el estreno silente de Núñez Feijóo —estaba como senador y no como diputado, no podía intervenir—, la portavoz popular, Cuca Gamarra, empezó pidiendo un minuto de silencio en memoria de Miguel Ángel Blanco, asesinado por ETA hace 25 años. Su gesto fue secundado por toda la Cámara puesta en pie. Pero no se trataba de provocar un momento de concordia, como se vio cuando Gamarra siguió su discurso extendiéndose sobre una banda terrorista felizmente desaparecida. La ley de memoria democrática, que el Ejecutivo pactó con Bildu entre fuertes críticas, fue la excusa para comprobar que Feijóo sigue la senda de Aznar, Rajoy y Casado en el uso partidista del terrorismo.

Gamarra acusó al Gobierno de ser el responsable directo de la inflación y de los altos precios de la energía. Puso en duda la veracidad de los datos más positivos de la economía española —la evolución del PIB, las cifras récord de empleo—, repitió la propuesta de bajar impuestos a los hidrocarburos y la electricidad, que están entre los más bajos de Europa, especialmente tras la reciente bajada del IVA, reclamada precisamente el PP. Es posible que la decisión de Sánchez de reconocer los problemas de los ciudadanos y la gravedad de la inflación descolocara a los populares que hilvanaron una respuesta de manual sin responder a los asuntos clave: el apoyo o la crítica a los impuestos a la banca y las eléctricas y la batería de medidas sociales anunciadas.

Se pueden —se deben— discutir las recetas para afrontar esta época difícil. Y esta era otra ocasión para un debate de altura que no se produjo este martes. Decir que con los impuestos y la inflación Sánchez llena “sus arcas”, las arcas públicas, y sugerir que unas elecciones acabarán con todos los problemas es una caricatura argumental que no aporta nada a quienes temen por sus sueldos e hipotecas. La sesión evidenció también que no se atisba solución pactada al bloqueo del Consejo General de Poder Judicial y el Tribunal Constitucional que el PP mantiene desde hace más de tres años. Ese bloqueo es intolerable en una democracia. Este es, sin duda, uno de los asuntos que definen “el estado de la nación”.

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