Otorgar el estatus de candidato a la UE a Moldavia: una oportunidad geopolítica
La integración del país ayudará a lograr el objetivo principal de la Unión: mantener la paz en el continente. No pedimos atajos y no esperamos concesiones; solo una oportunidad para dar esperanza a nuestros ciudadanos
Moldavia se encuentra en un momento histórico y a la vez está en medio de la mayor crisis de seguridad de su región y de Europa. La decisión de presentar su solicitud de ingreso en la UE el pasado 3 de marzo confirma el deseo inequívoco de Moldavia de unirse firmemente al mundo libre.
La aspiración de los ciudadanos moldavos de unirse a la Unión Europea se ha fortalecido más de 30 años después de la independenc...
Moldavia se encuentra en un momento histórico y a la vez está en medio de la mayor crisis de seguridad de su región y de Europa. La decisión de presentar su solicitud de ingreso en la UE el pasado 3 de marzo confirma el deseo inequívoco de Moldavia de unirse firmemente al mundo libre.
La aspiración de los ciudadanos moldavos de unirse a la Unión Europea se ha fortalecido más de 30 años después de la independencia del país. No ha sido un camino fácil, pero hoy nos encontramos ante una decisión histórica: la de otorgar a la República de Moldavia el estatus de candidato al ingreso en la UE. Esperamos que los líderes de la Unión Europea reconozcan esta oportunidad geopolítica única y respalden nuestra candidatura durante el Consejo Europeo del 23 y 24 de junio. Se trata de una oportunidad geopolítica que amplía la seguridad, defiende los valores de la UE y fortalece la unión.
Nuestro camino hacia la integración europea no ha sido fácil. Tras el colapso de la Unión Soviética, Moldavia, al igual que los países bálticos, tuvo la oportunidad de integrarse en Europa, pero la desaprovechó. Vimos con satisfacción cómo Rumania, nuestro socio y aliado más cercano, se convirtió en miembro de la UE, inspirándonos a tomar el mismo camino. Pero durante las dos primeras décadas, la Moldavia independiente atravesó dolorosas transiciones económicas y sociales. El conflicto en la región de Transnistria obstaculizó aún más nuestros esfuerzos de desarrollo.
A pesar de las numerosas decepciones con la clase política a lo largo de los años, nuestras aspiraciones europeas siempre se antepusieron a la nostalgia soviética. La democracia siempre encontró la manera de prevalecer.
En 30 años, cada cambio del Gobierno moldavo fue a través de elecciones pacíficas. Todos los gobiernos que intentaron inculcar la autocracia o descarrilar la democracia fueron derrocados. Y lo más importante, todos los gobiernos, buenos o malos, han buscado estrechas relaciones con la UE.
En 2019, los ciudadanos de Moldavia expulsaron a los corruptos del Gobierno. Votaron abrumadoramente por una clase política nueva, limpia y proeuropea durante las elecciones presidenciales de 2020 y las elecciones parlamentarias de 2021. La clase política recién elegida promueve la integridad, la transparencia y una financiación política limpia. Desde el año pasado, el país se ha embarcado en una ambiciosa agenda de reformas, dirigida por una presidenta, un Parlamento y un Gobierno fuertemente comprometidos y proeuropeos.
La verificación de los antecedentes de jueces y fiscales está en marcha mientras trabajamos para fortalecer la integridad y la independencia de nuestro sistema de justicia. Según el índice mundial de libertad de prensa para 2022, Moldavia ocupa el puesto 40º, avanzando 49 posiciones más en solo un año, y está al lado de democracias florecientes como Australia y muchos países de la UE.
Además, la UE se ha convertido en nuestro principal socio político, comercial y de inversión. Dos tercios de las exportaciones del país ya van al mercado de la UE, lo que contribuye a la integración de Moldavia en la Unión Europea. El Gobierno reformista introdujo políticas para mejorar la facilidad para hacer negocios y el clima de inversión en Moldavia.
La tendencia de crecimiento positivo de Moldavia parecía imparable hasta que las primeras bombas rusas golpearon a nuestra vecina Ucrania en la madrugada del 24 de febrero. La devastación de la guerra rusa en Ucrania se siente en Moldavia cada día. La tasa de inflación se disparó hasta el 29%. Los precios de la gasolina aumentaron más de cinco veces en menos de un año, se cerraron muchas rutas comerciales del Este y aumentó el riesgo de inseguridad, lo que obstaculizó las inversiones.
A pesar de todo esto, los moldavos abrieron sus corazones y sus hogares a miles de refugiados ucranios. Casi medio millón de ellos han cruzado las fronteras de Moldavia desde el comienzo de la guerra. Alrededor de 80.000 ucranios todavía están en Moldavia, lo que representa un aumento de nuestra población de casi un 3%. Fue un gran desafío, pero nada nos disuadió de hacer todo lo posible para ayudar a quienes huían de la guerra.
Esta guerra sin sentido contra Ucrania nos recuerda que la paz y la libertad no se pueden dar por sentadas. Nuestra solicitud de ingreso en la UE proviene de nuestro fuerte deseo de seguir siendo parte del mundo libre. Realmente creemos que sólo siendo parte de la UE podemos seguir siendo una democracia y consolidarla.
La solicitud de Moldavia a la UE es una elección basada en las aspiraciones de nuestro pueblo. Uno de cada tres moldavos ya es ciudadano de la UE. Muchos trabajan y estudian en la Unión Europea. Es probable que nos haya conocido: somos su banquero, su enfermera, el colega universitario de su hijo. Los moldavos conviven con los europeos, contribuyendo a los sistemas de seguridad social, pagando impuestos y enriqueciendo el patrimonio cultural de la UE.
Una Moldavia europea no solo traerá una mayor estabilidad en Europa y en el Este, sino que también ayudará a aumentar el comercio, extender la prosperidad y estabilizar la región. También es una oportunidad para llegar a una resolución pacífica del conflicto en Transnistria, permitiéndonos reintegrar la región a Moldavia y fortalecer aún más nuestro país. Pero lo que es más importante, una Moldavia europea ayudará a lograr el objetivo principal de la UE: mantener la paz en el continente.
Nos queda mucho trabajo. Muchas de las reformas requeridas por la UE son exactamente los mismos cambios que nuestros ciudadanos exigen del Gobierno. Y lo lograremos . No pedimos atajos y no esperamos concesiones. Durante estos tiempos difíciles, Moldavia solo pide una oportunidad para dar esperanza a sus ciudadanos. La esperanza de que todavía es posible una Moldavia más segura, democrática y pacífica. La esperanza de que todavía podrán volver a una Moldavia libre y europeísta.
Dicen que la historia se repite. Moldavia siempre ha sido una tierra europea atrapada en disputas geopolíticas. Esta vez, contamos con su apoyo para que Moldavia regrese a la gran familia europea y obtenga el respaldo a su perspectiva europea para lograr así una región más pacífica y estable.