¿Un examen selectivo para acceder a la Universidad?

Los lectores escriben sobre la Selectividad, la inviolabilidad del rey, la campaña de las elecciones andaluzas y los hombres que han entendido el feminismo

Vista del polideportivo de la Universidad de La Rioja, en Logroño, donde comenzaron este miércoles las pruebas de Selectividad en España.JAVIER HERNÁNDEZ

Sacar un 10 en Selectividad ya no es la aspiración o la recompensa de los alumnos más brillantes; casi se puede decir que los estudiantes de ahora lo consideran un derecho. Los exámenes de todas las asignaturas tienen que ser asequibles o, de lo contrario, se considera un ataque a su legítima ambición. Nos solidarizamos con los estudiantes que han tenido que enfrentarse a un examen de Matemáticas demasiado difícil o aceptamos con normalidad que existan cuatro opciones de temas de Historia de España y que los chicos sólo tengan que estudiarse la mitad de esa asignatura. ...

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Sacar un 10 en Selectividad ya no es la aspiración o la recompensa de los alumnos más brillantes; casi se puede decir que los estudiantes de ahora lo consideran un derecho. Los exámenes de todas las asignaturas tienen que ser asequibles o, de lo contrario, se considera un ataque a su legítima ambición. Nos solidarizamos con los estudiantes que han tenido que enfrentarse a un examen de Matemáticas demasiado difícil o aceptamos con normalidad que existan cuatro opciones de temas de Historia de España y que los chicos sólo tengan que estudiarse la mitad de esa asignatura. Tal vez se trata de una prueba obsoleta, carente de sentido en este mundo en el que lo que se potencia en los alumnos es el desarrollo de competencias. Desde luego, no merece la pena invertir tiempo y recursos en unas pruebas de acceso a la Universidad para ordenar a los estudiantes en un rango de notas entre el 12.5 y el 14. Quizá por eso cambiaron su denominación a EvAU porque lo de Selectividad ha dejado de ser realista.

Celia Maya Díaz. Sevilla

Inviolabilidad real

La mayoría de los ciudadanos creemos que el rey no puede ser inviolable si comete delitos en el ámbito privado fuera de su actuación como jefe del Estado. No entenderíamos que no pudiera ser juzgado si violase a una menor o robase un banco. Los letrados del Congreso opinan lo contrario, y el PSOE, el PP y Vox se amparan en esa opinión para no acometer un cambio constitucional que aclarase de una vez esta importante cuestión. Sería bueno y pertinente que Felipe VI se pronunciase con claridad sobre este asunto. Facilitaría mucho la cuestión.

Alejandro Fernández. Majadahonda (Madrid)

Campaña en feria

La campaña electoral andaluza ha coincidido con varias de las ferias con mayor arraigo sureño. Obviamente, los ciudadanos, después del tenaz encierro, nos hemos incorporado a ellas con todo el ánimo que cada uno ha sido capaz de aportar; a nadie le amarga un dulce. Mientras tanto, los candidatos se han hecho abanderados de la peineta, del caballo, de la sevillana, del clavel, del fino... en fin, de todo junto y a la vez. ¿Y ahora? Pues ahora, señoras y señores cabezas de lista: se nos acabó la feria. Ahora queda una Andalucía atónita por la imagen que han dado de ella en estos días. Una Andalucía tremenda a pesar de todo. Madre mía, cuanta pandereta o papeleta o lo que sea.

Aurora Montes Quesada. Granada

Hombres feministas

Leyendo el artículo de Estefanía Molina del 16 de junio, recuerdo a mi padre, Alejandro Alonso. Era uno de esos hombres sobre los que ella escribe: los hombres que sí aman a las mujeres. En mi infancia, nos llevaba de excursión a chicas y chicos, sin distinción, en bicicleta o andando, incluso alguna vez en borrico, a bañarnos al río o a buscar restos arqueológicos en el pueblo donde pasábamos los veranos. Con 17 años, me buscó una residencia en Londres para que pudiera aprender inglés. Mientras estudiaba Ciencias Químicas, me consiguió una estancia de cuatro meses en un laboratorio en Inglaterra. Y, cuando aún no éramos conscientes del perjuicio del tabaco, me regalaba las marcas de moda. Eran los años sesenta y mi padre, que había nacido en 1914, ya era feminista. Gracias, papá.

Carmen Alonso Núñez. Madrid



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