La democracia exige seriedad
Los lectores opinan sobre la labor de los políticos, la gestión del Gobierno de coalición, la dificultad de conseguir una plaza en un colegio y la falta de solidaridad y compromiso social
Hablar de política en los bares, aunque sea de buena fe, cae en la banalidad y mortifica la grandeza del tema en cuestión. La política exige respeto en la calle y, sobre todo, en los Parlamentos. La democracia exige seriedad, como sabemos todos. Esto es válido y exigible a unos cuantos de nuestros parlamentarios, que parecen siempre dispuestos sólo a la actuación. Elevémonos de una vez por encima de tanto galimatías y gesticulación. La deshumanización no sólo continúa, sino que se acentúa, como ya otros han señalado. Sabemos también que el poder de muchos necesita de la necedad de los otros. “...
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Hablar de política en los bares, aunque sea de buena fe, cae en la banalidad y mortifica la grandeza del tema en cuestión. La política exige respeto en la calle y, sobre todo, en los Parlamentos. La democracia exige seriedad, como sabemos todos. Esto es válido y exigible a unos cuantos de nuestros parlamentarios, que parecen siempre dispuestos sólo a la actuación. Elevémonos de una vez por encima de tanto galimatías y gesticulación. La deshumanización no sólo continúa, sino que se acentúa, como ya otros han señalado. Sabemos también que el poder de muchos necesita de la necedad de los otros. “Muchos hacen oficio de humildad y pretenden honra”, decía Quevedo. Estamos todos un poco frustrados. Pero tal vez yo exagere, pues, por otra parte, las cosas más fundamentales de la vida son las más elementales.
Ceferino Suárez de los Ángeles. Oviedo
Gestión, gestión y gestión
La derecha se presenta como magnífica gestora económica, pero cuando gobernó nos colocó a la cabeza de Europa en precariedad laboral y bajos salarios. Ahora, con el Gobierno de coalición de izquierdas, en el Parlamento más complejo de la democracia, se ha conseguido bajar por primera vez desde 2008 de tres millones de parados, récord en la afiliación a la Seguridad Social, subir el salario mínimo y elevar el número de contratos indefinidos. Y recuerden: con una guerra y sin acabar la pandemia. Aun así, a la derecha de Feijóo y Abascal le basta muy poco para mantenerse bien en las encuestas. Proponen la receta mágica para todas las crisis: bajada de impuestos y libertad de mercado, que nos conduce a beneficios extraordinarios para unos pocos, bajos salarios y elevada precariedad laboral. Añaden ETA y el “España se rompe” y es suficiente para las encuestas. ¿Por qué?
Avelino Menéndez Rodríguez. Luanco (Asturias)
Doble moral en el sistema educativo
Conseguir una plaza en el colegio público o concertado por el que tenemos preferencia para nuestros hijos es una utopía. Qué podemos esperar de un sistema de baremos que no comprueba la veracidad de los datos aportados por las familias, por ejemplo, el padrón, tal como publicó EL PAÍS hace unos días. Mientras el sistema fomenta una educación donde los valores cívicos quedan en segundo plano, yo dormiré tranquila sabiendo que mi hijo quizá no estudiará en el colegio que yo consideraba mejor, pero la honestidad y el respeto por otros sí será el eje de sus acciones.
Patricia Alvite Paz. Madrid
Vivimos en la sociedad del jabón
Sociedad del jabón. Somos un reflejo del mundo actual, ¿Dónde están el valor, la solidaridad, el compromiso, la generosidad, la confianza? Nos sobran egoísmo, personalismo, idolatría; soy yo y por delante de mí, yo. Nos pasamos la vida tratando de limpiar nuestras conciencias, jabón para todo. La falta de solidaridad; damos 15 euros para Médicos Sin Fronteras. La ecología; nos compramos una camiseta de algodón orgánico. Nos quejamos de nuestros políticos, pero ¿cuántos se presentan a concejal de su pueblo? Queremos ciudadanos con pensamiento crítico y pedimos más horas de Filosofía. Sacamos el perro a pasear todos los días y ¿cuántas veces salimos con la abuela? Jabón para todo.
Martiniano Fernández. Medina de Rioseco (Valladolid)