Los ‘indepes’ y Putin

El Parlamento Europeo investigará los contactos del secesionismo catalán con el Gobierno ruso. La fracción Waterloo lo tendrá difícil para salir exonerada

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.David Borrat (EFE)

El Parlamento Europeo votó masivamente el miércoles 9 de marzo investigar “con profundidad” los contactos “estrechos y regulares” del secesionismo catalán con el Gobierno de Vladímir Putin. Una parte clave del mismo saldrá exonerada. La que encabeza el president de la Generalitat, Pere Aragonès (de ERC). Pues justificó su asistencia de ayer —¡por fin, tras 10 años de ausencia física!— a la Conferencia de Presidentes de...

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El Parlamento Europeo votó masivamente el miércoles 9 de marzo investigar “con profundidad” los contactos “estrechos y regulares” del secesionismo catalán con el Gobierno de Vladímir Putin. Una parte clave del mismo saldrá exonerada. La que encabeza el president de la Generalitat, Pere Aragonès (de ERC). Pues justificó su asistencia de ayer —¡por fin, tras 10 años de ausencia física!— a la Conferencia de Presidentes de La Palma, en la necesidad de “trabajar” de forma coordinada con el resto de españoles para la acogida de refugiados ucranios. Con las víctimas. No con los verdugos.

Más difícil lo tendrá la fracción Waterloo del secesionismo. Veamos. El expresident Carles Puigdemont se entrevistó el 12 de septiembre de 2019 con la hoy prohibida, por propagandística, Russia Today (RT) para propalar que el Estado español “es lo mismo que en la época del franquismo”: alguien jaqueó a TVE y reemplazó su emisión con esta entrevista. RT inventó el 28 de octubre que Barcelona estaba ocupada por tanques. Antes, en otoño de 2017, Víctor Terradellas, exjefe de Relaciones Internacionales de Convergència y ministro de Exteriores de Waterloo, viajó tres veces a Moscú.

¿Para qué? Para ofrecer al entorno de Putin reconocer la anexión a bombas de Crimea (en 2014) a cambio del aplauso de Moscú a la declaración unilateral de independencia, y se le prometieron “10.000 soldados y pagar toda la deuda catalana”, comentó, como consta en el sumario judicial Voloh, lo que provocó risas. O para buscar el apoyo ruso, pues “hablar de independencia no es delito”. O para “hablar de las necesidades energéticas” catalanas “en el futuro”, según la versión de su jefe de Gabinete, Josep Lluís Alay, a la labor del anterior o a la suya propia con el putinismo (CatRadio, 3 de septiembre de 2021), tras un reportaje de The New York Times (3 de septiembre).

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En esas fechas, la presidenta de la Assemblea Nacional Catalana, Elisenda Paluzie, decía que para ser independientes “necesitaremos el apoyo de Rusia” (SER, 6 de septiembre). Y Puigdemont se abstuvo, el 17 de febrero, en el apoyo de Estrasburgo a la ayuda financiera de la UE a Ucrania. Su consejera, Clara Ponsati (la que decía que jugó al póquer con sus conciudadanos en otoño de 2017, y “de farol”), añade ahora, al calor de Ucrania, que el Estado español está “dispuesto a matar” catalanes, un “riesgo” que debe correrse. Pues “con el planteamiento de no hacer nada si hay riesgo de muertos, no haríamos nunca nada” (9 de marzo).

A ver qué concluye el Parlamento de Estrasburgo.

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