El abusón y el casco
Los lectores escriben sobre la ayuda a los débiles a partir del apoyo a Ucrania tras la invasión rusa, las explicaciones de la Corona sobre las irregularidades de Juan Carlos I y la importancia de educar contra la violencia machista
Recuerdo que en mi clase no faltaba el abusón. No era el más fuerte, pero sí era el que más utilizaba la fuerza para amedrentar a otros. Tenía varios amigos, aunque no sabías si lo eran o estaban con él para evitar su ira. Yo me sentía cómodo formando parte de una pandilla de gente razonable; basábamos nuestra relación en intereses comunes y en la seguridad de ser parte de un grupo. Uno de los amigos del abusón quería alejarse de él y acercarse a mi pandilla. Al enterarse, el abusón entró en cólera. Nos aseguraron que el abusón acabaría pegando al chico, y nos pareció que exageraba. Los de la ...
Recuerdo que en mi clase no faltaba el abusón. No era el más fuerte, pero sí era el que más utilizaba la fuerza para amedrentar a otros. Tenía varios amigos, aunque no sabías si lo eran o estaban con él para evitar su ira. Yo me sentía cómodo formando parte de una pandilla de gente razonable; basábamos nuestra relación en intereses comunes y en la seguridad de ser parte de un grupo. Uno de los amigos del abusón quería alejarse de él y acercarse a mi pandilla. Al enterarse, el abusón entró en cólera. Nos aseguraron que el abusón acabaría pegando al chico, y nos pareció que exageraba. Los de la pandilla nos reunimos y decidimos amenazar al abusón, que se rio en nuestras caras. Después de algunos avisos, el abusón comenzó a pegar y maltratar al chico. El chico nos pidió protección, y nosotros, dado que no íbamos a pegarnos con el abusón (pues el otro chico no era de nuestra pandilla), optamos por ayudarlo. Yo le di un casco, unas rodilleras y unas coderas para protegerse. Pasado el tiempo, no dejo de avergonzarme de mi comportamiento. ¿No pude hacer nada más por él?
J. Alberto San Román. Valladolid
Ayuda solidaria
Cuando estalla un conflicto entre países, son muchos los ciudadanos que aportan su granito de arena para ayudar a todas aquellas personas afectadas. Decíamos que de la pandemia saldríamos más fuertes y unidos, y desde que ha empezado la guerra en Ucrania son muchos los ciudadanos europeos que han enviado alimentos, medicamentos y ropa de invierno, pero ¿es suficiente? Claro que no. Esas personas se sienten devastadas, solas, con miedo a perder a su familia, a no sobrevivir una noche más. No podemos permitir que vuelvan los errores del pasado. En pleno 2022, no.
Irene Salmerón Sánchez. Cubelles (Barcelona)
Las explicaciones del Rey
La Fiscalía del Supremo dice que Juan Carlos I no es perseguible judicialmente por irregularidades fiscales, pero no dice que no existan. Lo que es seguro es que hizo dos declaraciones complementarias. Parece ser que manejó dinero fuera de España del que no dio cuenta a Hacienda. La responsabilidad penal debe quedar para los jueces; la responsabilidad política es otro tema. Las explicaciones deben partir de la Corona. Creo que los españoles nos merecemos una respuesta clara y veraz de todo lo que ha pasado y no cuatro generalidades en Nochebuena.
Eulogio Serna Badia. Albacete
Educar contra la violencia machista
Para cortar de raíz la lacra de la violencia de género hace falta apostar por una educación no puntual ni superficial, sino comprometida y constante que nos haga a todos partícipes de la erradicación de este ensañamiento estructural. Y también hace falta apostar por un empoderamiento femenino que se refleje en una apuesta por una educación defensiva real, que no convierta a las niñas en sujetos a proteger, sino en sujetos defensivos, independientes. No solo hay que dotar a las niñas de una conciencia auténtica de los peligros a los que se enfrentan; hay que instruirlas y habilitarlas para defenderse por su cuenta. El alarmismo quebradizo y frívolo no fortalece a las niñas, las empequeñece.
Eva Guerra Villaverde. Barcelona