Que termine pronto esta barbarie

Siguiendo con preocupación y muy de cerca los tristes acontecimientos de estos días en Ucrania, al ser de allí mi mujer al igual que nuestro entorno más próximo, hay dos factores muy claros que procedo a destacar: la locura de Vladímir Putin y su obsesión por oprimir no solo a los suyos, a quienes lleva cont...

Siguiendo con preocupación y muy de cerca los tristes acontecimientos de estos días en Ucrania, al ser de allí mi mujer al igual que nuestro entorno más próximo, hay dos factores muy claros que procedo a destacar: la locura de Vladímir Putin y su obsesión por oprimir no solo a los suyos, a quienes lleva controlando 23 años con mano de hierro y aplastando cualquier disidencia interna, sino también a las antiguas repúblicas soviéticas, empezando por Ucrania, un Estado soberano e independiente. Que en pleno siglo XXI siga habiendo opresores y tiranos al frente de algunos países como Rusia es un fracaso colectivo para la democracia, la libertad y el respeto a los derechos individuales. En nombre de mi familia queremos transmitir nuestro absoluto apoyo a todos los ucranios que están sufriendo, nuestro corazón está con ellos. Espero y deseo también que esta barbarie termine pronto y los responsables rindan cuentas algún día por los crímenes perpetrados.

Hugo Ortigosa Rodríguez. Pamplona

Dolor efímero

Las redes sociales siguen demostrando lo efímero del dolor. TikTok se ha llenado de vídeos de un soldado ucraniano bailando al ritmo de Michael Jackson haciendo que algunos le insulten por considerarlo una falta de respeto. Sin embargo, si bajas un poco en el perfil de esta persona, te das cuenta de que sus primeros vídeos son de bailes con una niña que no supera los cinco años. Pero no importa, porque nada más deslizar tu dedo por la pantalla TikTok te mostrará un vídeo de un estadounidense haciendo un trend de internet que sale mal. “Qué estúpido”, vas a pensar olvidándote de que hace dos segundos estabas a punto de llorar.

Adriana Quesada Ogando. Noia (La Coruña)

Especie tóxica

Tristeza, miedo, dolor es lo que la mayoría de los humanos, quiero pensar, sentimos ante los últimos acontecimientos en Ucrania. Por extraño que parezca, los causantes de tanto daño pertenecen a la misma especie. Es increíble que, en nuestra época, sigamos matándonos unos a otros y en luchas cuerpo a cuerpo. ¿Evolucionamos? Hace unos días fui a ver una obra de teatro para niños. En ella, una pareja de supuestos habitantes de la Luna cantaba una canción cuya letra decía: “Terrícolas, caca, caca, caca”. Pues eso.

Carmen Alonso Núñez. Madrid

El PP y la familia

En la semana en que el PP ha puesto a prueba nuestra capacidad de sorpresa he visto una constante en su discurso que suena como un desafío a los que dudamos de su fe en la familia. Empezó Díaz Ayuso afirmando que la familia era lo más importante. Ella ni siquiera vislumbra que pueda ser de otra manera para los demás. A los pocos días, nos enteramos de que García Egea tiene unos hijos por los que se ha estado sacrificando desde que ocupa su puesto en el partido. Ahora parece que compiten por ver quién es más familiar. La verdad es que cuesta entender esa contradicción entre su inmenso amor a la familia y a su partido. Es un amor que se sintetiza en el amor a la patria. Ante eso hay que silenciar cualquier alusión a facturas de mascarillas. Y el que aluda a esas menudencias es, claro está, un antipatriota comunista bolivariano.

Ricardo López Piñuela. Madrid