Cuando no eres ejemplo

Los lectores opinan sobre el caso Novak Djokovic, el papel de la cultura durante el confinamiento, la política estadounidense y los efectos nefastos de la tecnología sobre las personas

El tenista Novak Djokovic a su llegada este lunes al aeropuerto de Belgrado (Serbia).Darko Bandic (AP)

Parece lógico pensar que cuando eres ejemplo de poco, no te pueden considerar en casi nada. Esto es lo que le ha pasado a Novak Djokovic. Su historial de mofas y raquetas rotas en la pista, alguna también lanzada a la grada en los últimos Juegos Olímpicos, debilitaba sus criterios antivacunación y su presencia en Australia habiendo sorteado los requerimientos sanitarios del país. ¿Se imaginan la misma actitud en sus otros dos competidores para ser número uno de la historia del tenis?...

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Parece lógico pensar que cuando eres ejemplo de poco, no te pueden considerar en casi nada. Esto es lo que le ha pasado a Novak Djokovic. Su historial de mofas y raquetas rotas en la pista, alguna también lanzada a la grada en los últimos Juegos Olímpicos, debilitaba sus criterios antivacunación y su presencia en Australia habiendo sorteado los requerimientos sanitarios del país. ¿Se imaginan la misma actitud en sus otros dos competidores para ser número uno de la historia del tenis? Sinceramente, no. Impensable por lo consecuente y obvio de sus comportamientos a lo largo de sus trayectorias. Tratándose de cualquier otro ciudadano, esta rebeldía le hubiese durado unas horas al Gobierno australiano. Pero en el caso de Djokovic le ha costado días. Deseo que esta exposición mediática sirva para rechazar definitivamente a quienes se creen por encima de la ciencia, la sanidad y las normas anticovid. Han vuelto a quedar desenmascarados.

Angel Andrés Villuendas. Barcelona

Cultura frente a toxicidad política

El estudio de la aportación de los creadores y artistas de la música en España en el periodo de confinamiento asociado al coronavirus (publicado por la Universidad de Innsbruck en diciembre de 2021) revela la oposición entre la música resiliente y el ruido destructivo de la derecha extrema (PP) y de la extrema derecha, que han buscado desgastar y deslegitimar al Gobierno y fatigar a la sociedad española para que sea más frágil y escéptica en su juicio político.

La ciencia ha paliado la crisis sanitaria, creadores como Juan Mayorga y Blanca Portillo continúan aportando oxígeno, pero la toxicidad de la erosión sociopolítica es creciente. ¿Hasta cuándo?

Carmen Mata Barreiro. Madrid

Repetir los errores del pasado

Después de leer la entrevista realizada al ilustre y digno Noam Chomsky recordé de inmediato unas palabras del poeta de la Escuela de Nueva York, John Ashbery, fallecido en 2017. El autor, uno de los más influyentes de las letras estadounidenses, escribe en el prólogo del libro Tres poemas (1972): “Estamos constantemente fabricando nuestras vidas y personalidades sobre la marcha, de una forma que los europeos no practican. Afortunadamente, creo, nosotros improvisamos”.

Queda claro, y después de leer la entrevista aún más, que hoy Estados Unidos está mucho más cerca de repetir viejos errores que de improvisar modernas soluciones.

Francisco García Castro. Estepona (Málaga)

Las desventajas de la tecnología

Cada vez son más las personas que, con cada nueva notificación del móvil, notan cómo aumenta su angustia. También son cada vez más los que denuncian que la tecnología nos mantiene encadenados, totalmente enganchados a los estímulos que llegan desde el móvil, que generan un creciente malestar sin el que, al parecer, es imposible vivir. De esa disponibilidad que casi parece exigible las 24 horas del día derivan la ansiedad y la depresión, que afectan al 14,6% de la población española, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Daniela Monteso Martín. Madrid



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