¿Sigue habiendo funcionarios?

Los lectores escriben de los problemas para contactar con la administración pública, las calificaciones de zonas protegidas, el recibo de la luz y el papel del PP en la renovación del CGPJ

Varias personas esperan en las puertas de la oficina de Empleo y Seguridad Social de Barcelona.Albert Garcia (EL PAÍS)

Los funcionarios del Instituto Nacional de la Seguridad Social, ¿existen todavía? ¿Se han extinguido? ¿Queda alguno o han sido sustituidos todos por una máquina de inteligencia artificial? Cuando quise tramitar mi jubilación me resultó imposible escuchar una voz humana, concertar una cita y ser atendido de forma personal. Eran los momentos más duros de la pandemia y entendí la evaporación del personal. Pero ahora,...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
Más información

Los funcionarios del Instituto Nacional de la Seguridad Social, ¿existen todavía? ¿Se han extinguido? ¿Queda alguno o han sido sustituidos todos por una máquina de inteligencia artificial? Cuando quise tramitar mi jubilación me resultó imposible escuchar una voz humana, concertar una cita y ser atendido de forma personal. Eran los momentos más duros de la pandemia y entendí la evaporación del personal. Pero ahora, tras la vacunación general, al intentar ayudar a un familiar vuelvo a chocar con el muro. Conseguir cita previa, imposible. En los teléfonos de atención, una amable voz robotizada te va encelando hasta la frase fatídica de “en este momento no podemos atenderle”. Y cuando le haces caso y optas por la página web, después de llenar todos los datos, un mensaje te suelta que no hay disponibilidad de cita para las fechas próximas, pero sin señalar cuándo la habrá. Y así un día tras otro, en un bucle infernal para las personas no digitales. Si algún funcionario del INSS se ha salvado de la extinción, que mande un aviso. Por favor.

Emilio Alfaro Martínez. Vitoria-Gasteiz

Patrimonios de la humanidad

Parques naturales, reservas de la biosfera, patrimonio mundial o de la humanidad son calificaciones que suenan muy bien, pero revelan una situación manifiestamente mejorable. Quizá debiéramos reparar en el significado negativo que tienen esas beneméritas clasificaciones. Parece haber zonas geográficas o manifestaciones culturales que no merecerían verse preservadas, al no entrar en uno u otro catálogo, lo cual sería una pésima noticia. Bien está que hagamos mapas donde se destaquen simbólicamente unas determinadas cimas de la cultura o del entorno natural. Pero eso no debería convertir cuanto falte por catalogar en tierra quemada susceptible de verse urbanizada en aras del mero beneficio económico, ni menospreciada como un bien cultural sin mayor interés. El planeta en su conjunto y nuestra historia global merecen un respeto sin paliativos.

Roberto R. Aramayo. Madrid

No lo entiendo

Como la mayoría de españoles, reconozco cierta incapacidad para entender el recibo de la luz. Pero aún me causan estupor las palabras de Pedro Sánchez la pasada semana en estas páginas cuando prometió que en 2021 la factura será similar a 2018. Ha bajado el IVA un 10%, ha subido el triple, respecto a 2020, la generación energética, y los costes de prima por la transición a renovables se han mantenido. O sea, la promesa me parece voluntarista, siendo benévolo, salvo que esté previsto que las eléctricas no nos cobren el cuarto trimestre, que sería lo único que lo posibilitaría. Parece que la falta de empatía es contagiosa en Moncloa.

Dionisio Rodríguez Castro. Madrid

Interpretación a la carta

A mí se me antoja que el bloqueo del Partido Popular a la renovación del órgano de gobierno de los jueces se asemeja demasiado a la interpretación de las leyes que practicaba el Govern Catalán durante el procés. Estos conocían la improcedencia de las leyes que iban promulgando porque sus propios servicios jurídicos se lo advertían. El partido de Pablo Casado sabe perfectamente cuál es su obligación.

Antonio López Garzón. Granada


Los textos tienen que enviarse exclusivamente a EL PAÍS y no deben tener más de 100 palabras (700 caracteres sin espacios). Deben constar nombre y apellidos, ciudad, teléfono y DNI o pasaporte de sus autores. EL PAÍS se reserva el derecho de publicarlos, resumirlos o extractarlos. No se dará información sobre estas colaboraciones. CartasDirectora@elpais.es

Más información

Archivado En