Aburrirse

Los lectores opinan sobre la creatividad, la economía, las nuevas tarifas eléctricas y sobre términos que se ponen de moda

Cientos de informes científicos avalan la importancia en el desarrollo infantil del juguete de toda la vida.

Aburrirse no es divertido, ni ameno, y mucho menos atractivo. Pero tal vez, en el aburrimiento tengamos una herramienta poderosa para fomentar la creatividad. Los especialistas nos dicen que un niño necesita aburrirse para desarrollar su imaginación y creatividad. Es habitual observar, en reuniones familiares y de amigos, cómo se les entrega un móvil a los niños para que se entretengan y dejen “tranquilos” a los adultos. ¿Por qué no se les da lápiz y papel? Si les hacemos recomendaciones de có...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Aburrirse no es divertido, ni ameno, y mucho menos atractivo. Pero tal vez, en el aburrimiento tengamos una herramienta poderosa para fomentar la creatividad. Los especialistas nos dicen que un niño necesita aburrirse para desarrollar su imaginación y creatividad. Es habitual observar, en reuniones familiares y de amigos, cómo se les entrega un móvil a los niños para que se entretengan y dejen “tranquilos” a los adultos. ¿Por qué no se les da lápiz y papel? Si les hacemos recomendaciones de cómo podrían dibujar sus pensamientos, de escribir sus ideas, de dejar volar su mente, tendrían una oportunidad para la creación. Estamos acostumbrados a vivir en un mundo de imágenes y sonidos para nuestro ocio y entretenimiento. Cambiemos nuestra forma de educar y demos una oportunidad a los que vienen detrás para que puedan ser creadores y soñadores en aras de un mundo mejor. Los adultos somos el problema, pero también la solución.

Pedro Marín Usón. Zaragoza


Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Algunas notas para la esperanza

Todo apunta a que la Unión Europea lanzará una emisión de bonos comunitarios para financiar el fondo europeo de recuperación, imprescindible para que Europa supere la crisis económica derivada de la covid-19. Es un hito de esperanza, igual que lo ha sido la reciente reunión del G7 para armonizar la actuación ante los impuestos de las grandes multinacionales y poner coto a los paraísos fiscales. Noticias de este tipo servirán para recuperar la confianza en la política a gran escala —mundial y europea—, poniendo de manifiesto la debilidad de acciones contrarias a pequeña escala como ocurre en algunas comunidades españolas.

Francisco Vicente Valero. Cádiz


Un hombre pone una lavadora en su domicilio.Víctor Sainz

Virgencita, que me quede como estoy

Las compañías de telefonía móvil tarifaban por minutos. Para beneficiar a los consumidores, pasaron a tarifar por segundos; el resultado fue que con el nuevo método pagábamos más que con el viejo. Los aparcamientos tarifaban por horas. Para beneficiar a los consumidores pasaron a tarifar por minutos; el resultado fue que se pagaba más con el nuevo método. Las eléctricas, también para favorecer a los consumidores, acaban de cambiar la tarificación. El resultado lo estamos sufriendo todos. Por eso, pediría que no toquen nada más, que no intenten beneficiarme. Virgencita, que me quede como estoy.

Antonio Casero Martínez. Puerto de la Cruz (Tenerife)


Personas tóxicas

Fíjense que ya no hay libro de autoayuda ni artículo de psicología popular que no incluya el nuevo mantra del momento: la “persona tóxica”. Es más, lo hemos hecho tan nuestro, tan de casa, que ya no hay conversación que se precie que no incorpore por lo menos a una “persona tóxica”, casi siempre se trata de un jefe, de una expareja o de algún compañero de trabajo que tenemos atravesado. De esta manera, el tocanarices de toda la vida ha subido de nivel y se ha transformado en una “persona tóxica” que molestar molesta igual, pero parece que suena más culto. Habrá que buscar urgentemente un antídoto para tanta palabra hueca. O acabaremos todos intoxicados.

Ignasi Castells Cuixart. La Garriga (Barcelona)


Los textos de esta sección tienen que enviarse exclusivamente a EL PAÍS y no deben tener más de 100 palabras (700 caracteres sin espacios). Deben constar nombre y apellidos, ciudad, teléfono y DNI o pasaporte de sus autores. EL PAÍS se reserva el derecho de publicarlos, resumirlos o extractarlos. No se dará información sobre estas colaboraciones. La dirección para escribir en esta sección es CartasDirector@elpais.es



Archivado En