Opinión

Si no es ahora, ¿cuándo? América Latina y el Caribe en el mundo poscovid-19

La región, emergente y en desarrollo, es la más afectada por la crisis generada por la pandemia en términos humanos y socioeconómicos

Mauricio Claver-Carone Angel Gurría Rémy Rioux
Una mujer recibe la vacuna contra la covid-19, en Iquitos, Perú, el pasado 15 de mayo.STRINGER (Reuters)

Las consecuencias son dramáticas y plantean un desafío histórico para nuestras sociedades, en particular para los más vulnerables, con cerca de un 60% de trabajadores informales y prácticamente un 40% de trabajadores que no contaban con ninguna red de protección social al llegar la crisis.

La covid-19 es un fenómeno global que revela la necesidad de un multilateralismo renovado y transparente como herramienta para una recuperación inclusiva y sostenible. De hecho, el 70% de los l...

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Las consecuencias son dramáticas y plantean un desafío histórico para nuestras sociedades, en particular para los más vulnerables, con cerca de un 60% de trabajadores informales y prácticamente un 40% de trabajadores que no contaban con ninguna red de protección social al llegar la crisis.

La covid-19 es un fenómeno global que revela la necesidad de un multilateralismo renovado y transparente como herramienta para una recuperación inclusiva y sostenible. De hecho, el 70% de los latinoamericanos considera que la cooperación es esencial para enfrentar los desafíos globales actuales. Por ejemplo, en la desigual distribución de vacunas entre países desarrollados y en desarrollo: en dosis administradas por cada 100 personas, menos de 10 personas en los países en desarrollo han recibido una dosis, frente a 43 en de renta alta. La aparición de variantes del virus demuestra que no puede haber una recuperación sostenible si el virus no es derrotado a nivel mundial. Para eso se necesita más solidaridad entre países y diseñar mecanismos de acceso a tecnología para reforzar las capacidades de producción y entrega en la región.

Una respuesta eficaz a la crisis sanitaria puede al mismo tiempo ser el “gran empuje” necesario para que la región avance hacia una mayor integración. La respuesta desde el comercio y la industria puede ser una oportunidad para avanzar en la diversificación productiva y un mayor desarrollo e integración en las cadenas de valor regionales y mundiales. No promover mayor integración llevaría a una América Latina en desventaja frente a otros bloques regionales en un mundo que apostará por cadenas de valor que brinden garantías de resiliencia.

La transición hacia el mundo poscovid-19 no pueden abordarse únicamente desde una lógica nacional. La cooperación internacional es crucial para coordinar una respuesta a la emergencia sanitaria en la región, y promover una recuperación que aborde las vulnerabilidades estructurales preexistentes. Un elemento importante es la movilización de recursos financieros a escala mundial, la gestión efectiva de la deuda pública y promover la inversión productiva para incrementar las capacidades de los bancos de desarrollo internacionales, nacionales y locales. La movilización del sector privado también es esencial – tanto el sector financiero como socios corporativos que tienen el potencial de invertir y generar empleos de calidad.

En este contexto, es inevitable la reflexión sobre el fortalecimiento de los mecanismos de gobernanza internacional. Los países de la región tienen la oportunidad de repensar su participación en la agenda global y promover nuevas alianzas estratégicas y acuerdos que permitan avanzar hacia una recuperación inclusiva, verde y sostenible y representen los intereses y especificidades de cada país.

El mundo poscovid exige que las cuestiones sociales y medioambientales estén en el centro de las políticas públicas y sean abordadas conjuntamente. Las acciones para mitigar el cambio climático y aumentar la resiliencia pueden generar importantes beneficios económicos, sociales y medioambientales, por ejemplo, creando puestos de trabajo de calidad. Según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) la transición verde podría generar 15 millones de empleos netos para 2030 en América Latina y el Caribe. Por ejemplo, se estima que el plan nacional de Costa Rica, apoyado por el BID y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), para lograr cero emisiones netas para el 2050 generará 41.000 millones de dólares en beneficios netos.

En lo social, existe la necesidad de avanzar hacia sistemas universales de protección social, promover opciones innovadoras de formalización laboral, especialmente mujeres y migrantes, así como mejorar la calidad y cobertura de los servicios básicos, en particular, salud y educación. Es importante asegurarse de que los avances en los sistemas de apoyo a los más vulnerables se conviertan en componentes estructurales de los sistemas de protección social post-pandemia. Estamos trabajando para garantizar la sostenibilidad de los sistemas de protección social en la región.

La salida de la situación actual exige diseñar estrategias fiscales creíbles y un nuevo contrato social entre gobiernos, el sector privado, y ciudadanos y establecer mecanismos solidarios y compartidos a nivel internacional. Por eso necesitamos adoptar una visión diferente para la cooperación internacional. El enfoque de Desarrollo en Transición, conjuntamente elaborado por el Centro de Desarrollo de la OCDE, la CEPAL y la Comisión Europea y presentado en el informe Perspectivas económicas de América Latina, plantea estrategias de desarrollo que vayan más allá del ingreso, busca promover avances duraderos en las múltiples dimensiones del desarrollo generando espacios de diálogo que incorporen a todos los países y actores en pie de igualdad.

El Centro de Desarrollo de la OCDE, el BID y la AFD pondrán en el centro del debate estos temas durante el 13o Foro Económico Internacional sobre América Latina y el Caribe, que se llevará a cabo el jueves 27 de mayo de 2021 de manera virtual, en el marco de la Semana de América Latina y el Caribe. Reuniremos a los principales líderes de los sectores público, privado, sociedad civil y Organizaciones Internacionales. Esta plataforma de diálogo será una ocasión para que diferentes voces puedan debatir sobre la situación de la región, el carácter global de la crisis de la covid-19, y la coordinación entre políticas nacionales e internacionales para promover un mayor desarrollo sostenible post-pandemia. La región no puede permitirse una década perdida de desarrollo. El momento de actuar es ahora.

Mauricio Claver-Carone es presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)

Angel Gurría es secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)

Rémy Rioux es director general de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD)

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