Cartas al director

Vísteme despacio, que tengo prisa

Los lectores opinan sobre la vacuna de AstraZeneca, las condiciones laborales de los jóvenes, el accidente ferroviario de Angrois y la clase media

El Wizink Center de Madrid comenzó ayer como nuevo punto de vacunación contra la covid-19 con la vacuna de AstraZeneca.Emilio Naranjo (EFE)

En un instante se ha restaurado el escepticismo que cundía sobre las vacunas contra la covid-19. Si AstraZeneca estuviera en un mercado de libre competencia, puede que ahora mismo tuviese pocos clientes. Tenemos que vacunarnos cuanto antes, pero también de la mejor manera posible, sin precipitarnos en aras de confusas prioridades. Conviene utilizar las vacunas más eficaces y darnos el tiempo que haga falta para capear el temporal sin sobresaltos generados por la precipitación o calendarios ajenos al problema sanitario en cue...

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En un instante se ha restaurado el escepticismo que cundía sobre las vacunas contra la covid-19. Si AstraZeneca estuviera en un mercado de libre competencia, puede que ahora mismo tuviese pocos clientes. Tenemos que vacunarnos cuanto antes, pero también de la mejor manera posible, sin precipitarnos en aras de confusas prioridades. Conviene utilizar las vacunas más eficaces y darnos el tiempo que haga falta para capear el temporal sin sobresaltos generados por la precipitación o calendarios ajenos al problema sanitario en cuestión. Suscitar una y otra vez expectativas que se frustran a renglón seguido tiene un elevado coste psicológico. Habría que cuidar también este aspecto sin relegarlo continuamente a un segundo plano. De lo contrario, se acrecentará un desánimo colectivo muy difícil de revertir. Como dice el refrán: vísteme despacio, que tengo prisa.

Roberto R. Aramayo. Madrid


La nueva forma de esclavitud

¿Trabajarías gratis? Bueno, eso nos vemos obligados a hacer muchos estudiantes que pretendemos obtener un título universitario. En muchos casos, tenemos que combinar el horario de clases con trabajar en la empresa durante cuatro horas sin ninguna remuneración. Ante esta situación, podemos escuchar una frase así: “Saldré de España lo antes posible”. Eso es lo que piensan miles de jóvenes como yo. Un título universitario, una licenciatura en inglés y alemán, y una maestría y un posgrado no son suficientes. ¿Cómo no pensar en irnos cuando bajan los salarios, suben los despidos y hay escasez de empleo? El verdadero problema es que la fuga de cerebros no es importante aquí.

Hugo Pinto Herradón. Alcorcón (Madrid)


Víctimas del accidente del Alvia de 2013 protestan para pedir que no se olvide el accidente y exigir una investigación independiente.Europa Press

Concluida la instrucción de Angrois

Acabo de escuchar que se da por cerrado el periodo de instrucción sobre la investigación del descarrilamiento del tren Alvia en las cercanías de Santiago de Compostela, hace ya siete años, y en el que murieron 80 personas.

Desde mi ignorancia en procesos judiciales, me atrevo a manifestar mi asombro ante el hecho de que dicha investigación concluya que solo hay dos acusados, el maquinista y el jefe de seguridad de Adif. Y que sobre ellos recaigan 80 delitos por homicidio imprudente y otros 144 por lesiones. ¿Nadie más tiene la más mínima responsabilidad? ¿De verdad?

Julio García-Casarrubios. Valdepeñas (Ciudad Real)


El declive de la clase media

Este país tiene una clase media que poco a poco va desapareciendo. Trabajadores con oficios varios podían dar a sus hijos estudios, tener vivienda y recibir becas cuando sus hijos eran buenos estudiantes. Vivían dignamente, aunque sin lujos. Gracias a esa clase media se pudo crear una sociedad más justa donde casi todos tenían las mismas oportunidades, fueran de cualquier clase social, porque no eran clases cerradas, se podía prosperar.

Poco a poco, todo esto ha ido desapareciendo con contratos basura, la inestabilidad laboral y viviendas no asequibles para el ciudadano medio. Las nuevas generaciones lo tienen muy difícil, ahora, o perteneces a una clase alta o a una clase baja, y es difícil cambiarlo.

María Victoria Trívez. Madrid


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