Eres tonta

Nunca es pronto ni tarde para levantar cabeza, pero ya te tiene cogida del cuello y solo te soltará cuando se canse de ser tu yugo, si no eres tú quien le quita el poder que le diste

Rocío Carrasco, en el documental 'Rocío: contar la verdad para seguir viva'.Mediaset

En cuanto él te dice tonta, inútil, patética y tú no le respondes ahí te quedas, estás cavando tu tumba. La de tu paz. La de tu alegría. La del respeto a ti misma. Nunca es pronto ni tarde para levantar cabeza, pero ya te tiene cogida del cuello y solo te soltará cuando se canse de ser tu yugo, si no eres tú quien le quita el poder que le diste. Por eso, en cuanto la oí decir en la tele, llorando desde las tripas, que él la llamaba desde no...

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En cuanto él te dice tonta, inútil, patética y tú no le respondes ahí te quedas, estás cavando tu tumba. La de tu paz. La de tu alegría. La del respeto a ti misma. Nunca es pronto ni tarde para levantar cabeza, pero ya te tiene cogida del cuello y solo te soltará cuando se canse de ser tu yugo, si no eres tú quien le quita el poder que le diste. Por eso, en cuanto la oí decir en la tele, llorando desde las tripas, que él la llamaba desde novios tonta, inútil, gorda patética, sin que ella le dijera ahí te quedas hasta que fue tarde, supe que eso era cierto. Tanto como que ella no es una santa ni una madre perfecta. A quien lo sea que la saquen en procesión y le canten saetas.

Desde el instante en que pares ya no eres tú, no solo. Eres la madre y lo serás hasta que mueras. Así te miran, así te llaman, así te juzgan. Una madre nunca haría eso, lo que sea, sentencian, y lo peor es que son mujeres las que lanzan las peores piedras. Una madre no decide no amamantar pudiendo. Una madre no sale de juerga y deja a sus hijos con otra. Una madre no cede la custodia de los hijos por su carrera. Una madre aguanta lo que le echen. De los padres no se habla. Son hombres, ya sabes. Los hijos son de las madres, aunque lleven de primer apellido el de alguien que ni está ni se le espera. Dicho esto, se puede ser maltratada y avariciosa. Maltratada y egoísta. Maltratada y vuelta a maltratar sabiendo lo que sabes. Y, sí, maltratada y madre mejorable. Las maltratadas no son ángeles. Son humanas. Eso es lo que vi el domingo en la tele. Una mujer contando el proceso del maltrato mejor que cien libros blancos. Lo demás: la música apocalíptica, las plañideras rasgándose la camisa después de haberle arrancado la piel a tiras, las políticas subiéndose al carro, los sorteos de 12.000 pavos entre golpes de pecho, sobra. Con que una cría de 17 años oiga la alarma si el noviete la llama tonta y le diga ahí te quedas, algo habremos ganado.

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