Bildu y la reforma laboral
El acuerdo secreto entre el presidente del Gobierno y la portavoz parlamentaria de Bildu sobre la derogación de la reforma laboral en su integridad (o no), viola un principio elemental de la moral política. Traiciona el espíritu constitucional democrático en tanto en cuanto responde a la voluntad de retener el poder antes que de cumplir lo que los votantes esperan de sus líderes. En este caso, podrá ser presentado como un sacrificio necesario para garantizar el mantenimiento del estado de alarma frente a la amenaza de la pandemia. Falso. Da la espalda a lo que debe esperarse de una formación p...
El acuerdo secreto entre el presidente del Gobierno y la portavoz parlamentaria de Bildu sobre la derogación de la reforma laboral en su integridad (o no), viola un principio elemental de la moral política. Traiciona el espíritu constitucional democrático en tanto en cuanto responde a la voluntad de retener el poder antes que de cumplir lo que los votantes esperan de sus líderes. En este caso, podrá ser presentado como un sacrificio necesario para garantizar el mantenimiento del estado de alarma frente a la amenaza de la pandemia. Falso. Da la espalda a lo que debe esperarse de una formación política con, se supone, un código moral mantenido desde hace siglo y medio en un caso y desde pocos años en el otro. El Gobierno de coalición está gravemente herido, tanto por la vocinglera e insultante oposición como por la incoherencia interna de las dos formaciones que lo componen. Y lo que desean por encima de todo sus políticos principales es mantenerse a capa y espada (me parece que bien dicho) indiferentemente de los objetivos prometidos e imposibles de cumplir sin la honradez de que carecen.
No es cuestión de quién lo hará bien o mal. La batalla es la misma cualquiera que sea el tablero en el que se libra. En este momento, es cuestión de ética. No se engaña a los propios votantes. Ni a los ajenos.
Fernando Schwartz. Madrid