En el restaurante San Ángel Inn sirven las margaritas más elegantes
La margarita es el cóctel mexicano más popular en el mundo, existen muchas leyendas alrededor de su creación, pero sin duda este lugar se lleva el premio a las más elegantes de Ciudad de México
Podría decirse que el San Ángel Inn es el más clásico de los restaurantes clásicos de Ciudad de México. Uno de esos sitios detenidos en el tiempo, que ofrecen una gran experiencia más allá de una simple buena comida. Visitar el San Angel Inn incluye varios rituales, uno de los más populares es tomarse una margarita. De acuerdo con Alejandro Flores, jefe del comedor desde hace 36 años, esta costumbre nació con la fundación de este restaurante en 1963, “lo primero que llegaban a pedir los clientes era un martini o una margarita, mientras esperaban su mesa en el bar”.
El bar del que habla Alejandro conserva el lujo de los años sesenta, todavía tiene una sala de estar, mesas de caoba con sillas tapizadas en piel, una gran alfombra persa, una chimenea con un retablo de madera coronado con un óleo, esculturas y lámparas a juego y una barra con vitrales, donde cada día los cantineros acomodan decenas de copas y caballitos en espera de que lleguen los primeros clientes, que actualmente suelen ser extranjeros ansiosos por alcanzar sitio en el hermoso patio de la antigua hacienda.
Ese es uno de los atractivos del San Angel Inn, está alojado en uno de los edificios más bonitos y mejor conservados de la época colonial, la Ex Hacienda de Goicoechea, construida en 1776. Con el paso del tiempo y el crecimiento de la ciudad, el terreno se dividió en otras residencias, pero el casco original resistió los cambios.
En 1963 un grupo de empresarios decidieron emprender e inauguraron el San Ángel Inn con dos comedores y el bar, poco a poco acondicionaron más salones, luego el patio central, con plantas colgantes, jardineras llenas de crotos y rosales, y una fuente; y hace poco, la pandemia obligó a la administración a adecuar la terraza de la parte trasera, un rincón nuevo y apacible.
Actualmente, tiene capacidad para unos 600 comensales, aun así, los fines de semana suele estar lleno y es posible que haya lista de espera, situación ideal para repetir el ritual de antaño y pedir una margarita en los coloridos sofás, que están junto a la entrada principal.
La margarita es el cóctel mexicano más popular en el mundo, existen muchas leyendas alrededor de su creación, pero sin duda el restaurante San Ángel Inn se lleva el premio a las margaritas más elegantes de la Ciudad de México. “Nuestra receta es la tradicional, pero solo nosotros la servimos así”, dijo Alejandro.
La receta original lleva jugo de limón, tequila blanco y triple seco —un licor hecho a base de cáscaras de naranja—; todo se mezclan en una coctelera que se agita 15 segundos con algunos hielos, y el resultado se vierte en una copa de margarita —casi idéntica a la martinera, pero con una curva que le da su forma peculiar de sombrero invertido— escarchada con sal.
En el San Ángel Inn el mesero lleva a la mesa una copa martinera vacía, escarchada con sal y con una cáscara de limón, junto con una cubeta de plata que contiene una pequeña jarra encajada en hielo troceado. “La jarra mantiene fría la bebida y evita que el hielo se derrita dentro”, aseguró Alejandro. Y tiene razón, el cóctel no se diluye, conserva su sabor fuerte y da para rellenar la copa un par de veces (hasta vaciar la jarrita y comenzar a alegrarse).
Esta coquetería es la insignia de la casa, y se repite en muchos detalles, como los floreros llenos de rosas o claveles, en el pocillo de barro donde sirven los escamoles o en el carrito antiguo de madera de los postres, que pasean por todo el restaurante cuando llega a la hora del café.
Como la mayoría de los sitios clásicos, los mejores platillos del menú son los que los hicieron famosos y por los que las personas regresan. En San Angel Inn hay que pedir las papas fritas que ponen como botana, la sopa azteca, el gazpacho a la castellana, los tacos de rib eye y la ensalada César, que preparan a un costado de la mesa y es otra ceremonia imperdible.
La experiencia se completa con música en vivo los fines de semana. El pianista inaugura las tardes en un piano de cola negra y se alterna con un par de tríos, incluso los sábados se puede escuchar un salterio, un instrumento de cuerdas similar a un arpa, que en definitiva transporta al pasado.
La nostalgia juega un papel principal para Alejandro, “porque es un lugar de tradición, vienen chavos que son los nietos de nuestros viejos clientes, y ahora traen a sus niños para continuar con la costumbre”.
Como mencioné al inicio, los clásicos ofrecen experiencias, por eso algunos van al San Ángel Inn a recrear sus reuniones familiares, otros para comer en esas mesas de mantel blanco con la vajilla de cerámica de flores azules y los vasos de vidrio soplado de siempre; o para tomarse un tequila derecho con sangrita de la casa en esos salones ostentosos, con grandes candelabros y ventanales vestidos con cortinas de tela; o simplemente para disfrutar de una tarde soleada mientras se toman su segunda margarita.
San Ángel Inn
Diego Rivera 50, Colonia San Ángel Inn, Ciudad de México.
Precio: 1200 - 1500 pesos.
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