PepsiCo: una visión con ADN femenino
La compañía consolida su compromiso con la equidad de género en la región, a través de acciones y programas enfocadas en el crecimiento y desarrollo de sus colaboradoras. Actualmente, su comité ejecutivo está integrado en un 65% por mujeres de la región
El mundo de los negocios evoluciona constantemente y cada vez más rápido. En un entorno de alta competitividad y globalización, el valor de una marca ya no depende únicamente del éxito financiero, de la disrupción en los productos o servicios, la adaptabilidad a los cambios o el compromiso por resolver desafíos globales. Todo eso importa, pero igual de crucial es la diversidad, que se ha convertido en un motor silencioso para el crecimiento sostenido.
PepsiCo mantiene, desde hace casi un par de décadas, una fuerte estrategia en paridad. Todos los mercados de la empresa de alimentos y bebidas tienen el mandato de saldar la deuda histórica con las mujeres y se están retando a demostrar que no hay trabajo que un hombre pueda hacer mejor que una mujer.
Así lo ha entendido Paula Santilli, CEO de PepsiCo Latinoamérica, pionera en demostrar cómo el liderazgo incluyente transforma una organización. Ejemplo de ello es la reestructura del comité ejecutivo de la región hasta lograr un 65 % de participación de mujeres. “La diversidad nos da una ventaja competitiva que no podríamos alcanzar de ninguna otra manera”, suele decir Santilli.
Un informe de McKinsey muestra que las empresas con mayor diversidad de género tienen 25 % más probabilidades de superar a sus competidores en términos de rentabilidad. Y no es solo diversidad de género, como lo ha entendido Santilli, también es diversidad cultural, generacional y de pensamiento.
De ahí que Santilli ponga énfasis en entender la cultura de cada mercado: “las mujeres y hombres latinoamericanos liderando PepsiCo entienden la realidad de sus mercados porque viven y respiran esa realidad todos los días”, comparte. Y es que, si bien las distintas regiones que conforman América Latina comparten contextos y realidades similares, también tienen mosaicos culturales profundamente diferentes y únicos.
Antes de que Santilli tomara el liderazgo regional de PepsiCo, la compañía había desplegado equipos internacionales para dirigir países o regiones que no necesariamente conocían del todo: estaba la barrera del idioma, primero, y el contexto cultural, después. Ella insiste en que nadie conoce mejor Latinoamérica que los latinoamericanos, por eso decidió empoderar el talento local y colocar a más mujeres en posiciones de liderazgo.
Es el caso de Ana Fleury, Senior VP de Estrategia, Transformación e Implementación de PepsiCo Latinoamérica, un puesto clave para la evolución de la organización. “Es curioso que mi rol sea el de ver por la transformación de la compañía, porque la transformación se ha dado mucho más allá de la tecnología y de la digitalización de procesos. Hemos logrado cambiar también el rostro del equipo de liderazgo a uno más diverso, más plural y acorde a las necesidades actuales del negocio”, dice Fleury.
Además de estos cambios dentro de la organización, PepsiCo se ha ocupado de llevar el impacto positivo hacia afuera. Así lo cuenta Begoña Aristy, General Manager de PepsiCo Andinos (Colombia, Perú, Ecuador, Venezuela y Bolivia): “Para ser una empresa realmente incluyente, debemos extender nuestra visón y propósito a toda la cadena de valor, comenzando con nuestras mujeres en el campo”.
Un ejemplo de esto lo encontramos en Colombia, donde PepsiCo lanzó Mujer, Agua y Reconciliación, una iniciativa que busca contribuir al fortalecimiento de las capacidades productivas, el empoderamiento de la mujer rural y el desarrollo de prácticas innovadoras para la sostenibilidad de pequeños/as productores/as de papa.
En países como Colombia y Perú encontramos otro ejemplo, el programa Ella Alimenta al Mundo, que impulsa la economía de mujeres rurales y sus familias en el campo, abordando la seguridad alimentaria y la desigualdad de género, a través de formación y acompañamiento para lograr el incremento de sus cosechas e ingresos. En México existe la Línea Rosa, una línea de producción solo operada por mujeres que no solo aumentó la productividad de la planta, sino también redujo el número de incidentes.
Estos casos de éxito demuestran que cuando las compañías cuentan con una visión de liderazgo femenino, la cadena de bienestar se expande incluso fuera de las paredes de la empresa. Es así como a partir de sus 34 plantas, 400 centros de distribución y 13 socios embotelladores en América Latina, PepsiCo amplifica el impacto positivo a 150 millones de hogares diariamente.
“He tenido la oportunidad de trabajar con Paula Santilli. Ella me ha inspirado a lo largo de mi carrera y me ha acompañado a abrir el camino. Ahora soy yo quien tiene la responsabilidad de ser una guía y una mentora para mujeres que buscan elevar su potencial personal y profesional”, agrega Aristy.
La visión integradora de PepsiCo Latinoamérica se ha posicionado como un ejemplo para las operaciones de la compañía en otras latitudes del mundo. Hace años quedó resuelta la duda —si es que alguna vez se dudó— de que la diversidad y la inclusión son ventajas competitivas para las compañías. Ahora el reto es cómo hacerlo efectivos esos cambios, con verdadera autenticidad y compromiso.
“Veo cada vez a más mujeres esforzarse por llegar más lejos. Eso es el reflejo no solo de la cultura organizacional de PepsiCo, sino de la sociedad que está corrigiendo el rumbo de la historia”, opina Myrna Macias, Senior VP de Supply Chain de PepsiCo Latinoamérica, un cargo que por muchos años fue ocupado por hombres.
Para PepsiCo la diversidad no es una moda pasajera, es mucho más: la redefinición de lo que significa ser una organización exitosa en el siglo XXI. Así suena en palabras de Ana Fleury: “Lo que sigue para PepsiCo, y para todas las mujeres que integramos esta compañía, es demostrar que no somos una tendencia, que no somos una moda: las mujeres somos líderes por naturaleza y podemos poner en alto a nuestro género en cualquier nivel organizacional”.
Las empresas que abracen este cambio no sólo verán beneficios en sus resultados financieros, sino que dejarán una huella positiva en la sociedad, allanando el camino para un futuro más equitativo, inclusivo y próspero. En ese sentido, Paula Santilli lo tiene claro: “Nosotras tenemos una capacidad de liderazgo y de gestión única. Un PepsiCo sin mujeres es inimaginable”.