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La lectura recupera terreno en México: los jóvenes leen más y los mexicanos destinan una hora a los libros en promedio

Este es el primer año en que los libros repuntan en el porcentaje de lectores, al igual que los periódicos

En los transportes públicos en México diversas personas van leyendo en sus teléfonos celulares. Libros, cómics e incluso historias escritas en blogs, otros más optan por el papel, y en las calles se puede ver un flujo constante de visitantes en puestos de libros o librerías. Las ferias del libro también suman. En 2024, solo la Feria Internacional del Libro de Guadalajara superó lo 907.000 asistentes, una quinta parte se acercaron al área infantil. Y, a pesar del planteamiento de funcionarios como Paco Ignacio Taibo, a cargo del Fondo de Cultura Económica, que ha declarado que hay un retroceso de la lectura entre los jóvenes, este año ocho de cada 10 mexicanos mayores de 12 años afirman que han leído algún material como libros, blogs o historietas. Y la gran parte de los jóvenes lo hacen de acuerdo con el Módulo sobre Lectura presentado por el Inegi.

Los jóvenes han superado al resto de los grupos de edad. Entre las personas que saben leer, de 12 a 24 años, cerca del 90% afirma que sí suele consultar algún material, mientras que en el grupo de 60 años y más, solo lo hace un 66,8% de los encuestados.

El 2025 es el primer año en que incrementa el número de lectores de libros desde 2021. El 45,4% de los ciudadanos de más de 18 años se siente cercano a la lectura, aunque el número récord es el de 2015, cuando el 48,5% de la población reconocía que solía leer.

Abril G. Karera, mediadora de lectura y directora general de la asociación civil LibrosB4Tipos, celebra que la encuesta plantee otros tipos de lectura como materiales válidos para los lectores, pues de esta manera más personas pueden considerarse como parte de la comunidad. Este también es el primer año en que se consulta a los adolescentes entre 12 y 17 años, además de que se toma en cuenta lo que se lee en redes sociales.

Entre los materiales de lectura, los claros ganadores de la encuesta son los libros. El 79% de las personas lectoras los eligen, seguido de las páginas de internet. Siete de cada 10 leen más de un tipo de producto, mientras que el grupo de 25 a 39 años es considerado el más diverso en su forma de leer, por aceptar entre cuatro y cinco tipos de materiales distintos.

Los más jóvenes, que tienen entre los 12 y 24 años, prefieren la literatura, en más del 50% de los casos, seguidos de libros que se refieren a sus profesiones o de alguna materia específica. Los mayores de 40 años optan más por libros de autoayuda, superación personal o del corte religioso. Tanto la literatura como los de superación personal suelen ser elegidos por gusto y siete de cada 10 encuestados afirma que siente agrado por leer. Por ejemplo, entre los libros más comprados en Amazon México se encuentran los libros de superación El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl y Hábitos atómicos, de James Clear, junto con la novela La biblioteca de la media noche, de Matt Haig.

El 32,9% de las personas consultadas por el Inegi afirma que ha leído cuatro o más ejemplares en el último año, el 81% de las veces en papel. Los lectores más asiduos prefieren comprarlos nuevos, mientras que el resto adquiere sus ejemplares como regalos o préstamos. Solo en poco más del 20% de los casos los descargan de forma gratuita. En promedio, la población destina una hora a esta actividad. El 49%, al menos, lo hizo una vez a la semana, el 24% diariamente.

El tímido retorno de las revistas y los periódicos

Las revistas también retomaron el vuelo: el 23,6% de la población adulta acepta que las lee, aunque el 38% destina entre 16 y 30 minutos. Los temas de cultura general son los más consultados, seguidos por los de salud y los especializados.

Los periódicos repuntaron en esta encuesta. El 20% de la población afirma que los consulta, después de una constante caída desde 2017. Las noticias encontraron a sus mayores seguidores entre las personas de 25 a 39 años, que las lee en un 37% de los casos y los temas más elegidos son los de política y economía. El 56% lo hizo en formato digital y más de la mitad lo descargó de forma gratuita. Solo el 28% declaró que compraba. Cuatro de cada 10 lectores opta por leerlos de dos a cuatro días por semana y su público es mayoritariamente masculino, quienes les dedican hasta media hora para revisarlos.

Una lectura distinta

Karera señala que, como mediadora de lectura, una de las cuestiones más complejas es que la gente se quite las preconcepciones sobre lo que implica leer, como que hay que memorizar la información o que solo algunos libros son válidos para considerar la lectura. Entre los productos que algunas personas no toman como lecturas válidas están las historietas o cómics, así como las publicaciones en redes o los blogs. Otro de los favoritos de la lista de compras de Amazon es el manga de Chain Saw Man de Tatsuki Fujimoto. Estos productos funcionan como parte de los círculos de lectura, así como un acercamiento a diferentes artes, como el dibujo o la pintura.

Entre los lectores de historietas o cómics, el 40% de los jóvenes entre 12 y 24 años ocuparon este material y los hombres son sus mayores usuarios. Cinco de cada 10 lo hace diariamente o al menos una vez a la semana. Cuando se trata de páginas de internet, foros o blogs, sus mayores lectores tienen entre 25 y 39 años y el 40% los visitó todos los días.

La directora general de LibrosB4Tipos afirma que también han identificado un crecimiento en la publicación de textos en redes sociales, como las ficciones adaptadas por fans, denominadas fan fictions. Al emplear sus cuentas de Facebook o X, sus redactoras y seguidoras no requieren de un blog o una página definida para leerlos, sino que emplean sus propias plataformas. Más del 90% de las personas entre 12 y 39 años afirma que lee en redes sociales, lo que Karera celebra que ya se considere en la encuesta como parte de los materiales de lectura.

Entre las personas que declararon que leían, el 64,4% encontró el primer impulso en casa, con la existencia de materiales de lectura que no fueran libros de texto en su hogar, seguido del ejemplo de sus padres, quienes también leían.

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