Consejos de mi profesor de autoescuela aplicables a la paternidad
Frases como “observa”, “no planifiques ni te agobies tanto y reacciona más” o “frena con tiempo” son tan válidas para la conducción como para una buena crianza
Igual que Juan Diego Botto en la entrañable y divertidísima serie No me gusta conducir, decidí sacarme el carnet a los 40 y pico, después de toda una vida más o menos cómoda como pasajero. El motivo es que con dos hijos la logística de desplazamientos y vacaciones es más práctica con coche propio o alquilado. Y aunque mi mujer conduce la mar de bien, siempre hay agoreros que nos preguntan qué pasaría si ella se lesiona o se encuentra mal...
Igual que Juan Diego Botto en la entrañable y divertidísima serie No me gusta conducir, decidí sacarme el carnet a los 40 y pico, después de toda una vida más o menos cómoda como pasajero. El motivo es que con dos hijos la logística de desplazamientos y vacaciones es más práctica con coche propio o alquilado. Y aunque mi mujer conduce la mar de bien, siempre hay agoreros que nos preguntan qué pasaría si ella se lesiona o se encuentra mal y no hay cobertura ni nadie para avisar a la grúa y el destino del universo depende de que yo sea Vin Diesel.
Dado que mi facilidad de palabra y de escritura no se traduce automáticamente a la coordinación ni al juego de pedales, he pasado muchísimas clases con mi profesor, el paciente y amable Jaume de la autoescuela Alba 2 de Barcelona (no me da comisión, pero os lo recomiendo igual.) Le he dado tantas vueltas a sus consejos que, con un poco de imaginación, los veo aplicables a una buena crianza.
Así que aquí os los dejo, con la tranquilidad de que la DGT no os hará ningún examen.
- Respeta las normas o ¿Para qué hacerlo mal si puedes hacerlo bien? Por poco que sigas las recomendaciones médicas y el calendario de visitas y vacunación, los plazos de puertas abiertas y matriculaciones de centros escolares, campamentos de verano y extraescolares, leyendo bien las instrucciones y los típicos PDF informativos de cualquier tema, te ahorrarás sustos y tiempo de gestiones y rectificaciones.
- Observa y planifica. Por muy bien que conduzcas o críes tú y por muy responsables y sensatos que sean tus hijos, no estáis solos en el mundo. Por eso, es imprescindible tener conciencia de todo y todos los que te rodean y anticipar tus posibles reacciones. Porque igual que circulando, aunque la culpa sea de los demás, no quieres llevarte el susto o el golpe. Por ejemplo, en cualquier parque se ve rápido al niño matón que pega o roba los juguetes. Por lo tanto, cuando veas que va hacia tu hijo con malas intenciones, no esperes a que el tuyo acabe llorando. Acércate a ellos y despliega tu manto de protección para evitar tragedias.
- A las situaciones complicadas hay que llegar lento y salir rápido. O, lo que es lo mismo, ante un problema de crianza, resuélvelo pronto o busca ayuda rápido, y no te quedes parado en una situación complicada, acongojado por la duda y la angustia, que no arreglan nada. Por ejemplo, vale más ir a tiempo a la pediatra o a hablar con las profesoras y que piensen que exageras un poco que no lidiar con las consecuencias de algo que el tiempo ha ido empeorando y aumentando.
- No planifiques ni te agobies tanto y reacciona más. Quizá esta seguridad en la paternidad llega ya con el segundo crío, pero al final ves que los niños también sobreviven sin el babero, el peluche de la suerte, tres mudas por si acaso, y el termómetro y el Dalsy en el cochecito hasta para salir a tirar las basuras. Que lo tienes preparado, mejor; pero si no, seguro que podrás improvisar medianamente bien.
- Indica y señala tus movimientos. En la conducción y en la crianza, no estás solo y los demás no te leen la mente. Te ahorrarás discusiones, malentendidos y broncas si hablas con tu pareja y familia de lo que quieres hacer, para consensuarlo bien.
- Frena con tiempo. En vez de pisar el freno a lo bestia justo en el paso de peatones o de pegarle un grito al crío cuando te saca de quicio, controla la situación y reduce su energía o su rabieta poco a poco y con ternura y paciencia antes de la explosión que os pondrá de mal humor a los dos.
- Si puede ser fácil, no lo compliques. Esto sirve tanto para las rotondas y los estacionamientos en batería como para la crianza moderna. No necesitamos esterilizadores de biberón, nebulizadores de la habitación, posavasos del carrito de 50 €, dudús para tapar la luz cuando duerman… Si te lo regalan y lo llevas encima, perfecto. Si te lo has dejado en casa, no pasa nada. Y por muy buena vida que les queramos dar a nuestros niños, no te preocupes tanto de gastar mucho dinero o hacer planes espectaculares, sino de pasar tiempo con ellos haciéndoles caso de verdad, mirándoles a ellos en vez de al móvil.
- ¡Estilo! O lo que es lo mismo, disfruta del proceso, conduce y cría con elegancia, no te canses ni te enfades demasiado, consigue que todo fluya sin tensión y saborea día a día la alegría de moverte por la vida sobre ruedas y acompañado de unos seres pequeñitos que te regalan tanto amor como les das.
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